El cáncer es una enfermedad en la que interactúan muchos factores a la hora de su desarrollo. Parecen claves mantener un peso equilibrado, llevar una vida y alimentación saludables, hacer ejercicio y evitar el tabaco y el estrés. Incluir en nuestra dieta variedad y cantidad de verduras y frutas frescas y de cultivo ecológico es un paso claro hacia la salud. Existen alimentos que han demostrado su eficacia ante tan temido enemigo, tanto en la prevención como en el tratamiento de tumores:
- Brócoli. Tiene un alto contenido en isotiocianatos. El gen 53, conocido también como “el guardián del genoma” se encarga de mantener a las células sanas. Cuando este gen 53 se vuelve defectuoso su falta de control hace que las células anormales proliferen y den lugar a distintos tipos de cáncer. Los isotocianatos presentes en el brócoli, el repollo y la coliflor son capaces de eliminar la proteína del g53 defectuoso.
- Tomates, fresas y sandía. El licopeno que tienen reduce la incidencia de distintos tipos de cánceres, especialmente el de próstata. El licopeno inhibe la proliferación celular y modula los mecanismos inmunológicos.
- Frutas, verduras y mermeladas. Contienen pectina, un gelificante natural de las frutas y las hortalizas, que también se usa para fabricar mermeladas y que inhibe la galectina 3, una proteína que ayuda a la diseminación del cáncer en el organismo.
- Cúrcuma. Es uno de los antiinflamatorios naturales más potentes. Se ha comprobado que la curcumina inhibe el crecimiento de un gran número de tumores como los de colon, hígado, estómago, mama, ovarios y leucemia entre otros. Favorece la eliminación de sustancias cancerosas, ayuda a nuestro cuerpo a producir sustancias anticancerosas como el glutatión y tiene un gran poder antioxidante.
- Setas chinas. Maitake, shiitake y reishi se utilizan en la medicina tradicional china para reforzar el sistema inmune. Las setas frenan el crecimiento de las células tumorales y la aparición de metástasis. También son ricas en selenio, que ayuda en la lucha contra la enfermedad.
- Té verde. Contiene polifenoles que anulan los efectos de las nitrosaminas y tiene poderes antioxidantes. Es un poderoso protector contra las radiaciones ambientales. Potencia el efecto de la radioterapia en las células cancerosas.
- Aceite de oliva. Reduce el riesgo de cáncer de mama, próstata, colon e intestino. El aceite de oliva contiene un ácido graso esencial, el ácido oleico (omega 9) que disminuye los niveles de un oncogén. Una alimentación que incluya aceite de oliva virgen extra puede reducir el desarrollo de tumores entre un 8% y un 10%, y hasta un 15% en el caso de cáncer de mama.