Último fin de semana de octubre. Seguro que estás pensando en la fiesta de Halloween, que marca el comienzo del mes de noviembre. Pero no sólo de calabazas y sustos va la cosa. El próximo domingo 31 de octubre se producirá el cambio de hora (a las 3:00 de la mañana el reloj cambiará a las 2:00) que marca la “sensación” de entrada en el invierno y que asociamos con la reducción de horas de luz. Resumiendo, que seguramente salgas del trabajo y ya sea de noche. "Qué mal llevo el cambio de hora", será una de las frases más repetidas la semana que viene.
Y es que, tal vez no te lo has planteado, pero, ¿cómo nos afecta este cambio horario? ¿Realmente tiene efectos negativos en nuestro día a día? Esto es lo que se desprende del estudio sobre la “Tristeza Invernal” desarrollado por Turismo de Islas Canarias, y que ha contado con la colaboración y asesoramiento de Miren Larrázabal, psicóloga clínica y sexóloga. Así, según los resultados, los días más cortos y las noches más largas afectan directamente a nuestra personalidad. De hecho, según afirma “la reducción de horas de luz puede tener claros efectos negativos en las personas. Si el grado de incidencia de estos efectos es leve podremos superarlo con mayor facilidad pero, si confluyen varios síntomas y en grado alto, entonces incluso podemos llegar hablar de un trastorno afectivo estacional.”
La luz, responsable
Todos estos síntomas tienen su origen en la intensidad de la luz del día, que influye directamente en nuestros ritmos circadianos (las personas que son sensibles a esta disminución no son capaces de ajustarse a un ritmo estricto de 24 horas), en los niveles de serotonina (que sufren una caída ante la ausencia de luz) y la secreción de melatonina (que es liberada en respuesta a la oscuridad). Por eso, cuando hay menos luz, el equilibrio de estos componentes se altera y aparecen los síntomas de la “tristeza invernal”, a la que los europeos conocen como winter blues. De hecho, no es extraño que en los países del norte de Europa, donde anochece muy pronto, valoren sobremanera las horas de luz de los países mediterráneos.
¿Cuáles son sus síntomas?
Uno de los principales síntomas que mencionan los encuestados es el aumento de la tristeza o la apatía. En concreto, 7 de cada 10 afirman que cuando hay menos horas de luz se sienten más tristes. Aunque en general todos los entrevistados coinciden, parece que los más jóvenes (entre 16 y 34 años) son más sensibles a este cambio horario (un 70% lo afirma) que los mayores de 55 años (50%).
Pero además de la tristeza, existen otros síntomas: decaimiento, falta de energía, cansancio, dificultad para realizar tareas cotidianas e irritabilidad, referida especialmente al ámbito de la pareja. Un 34% de los encuestados (tanto hombres como mujeres) reconocen que cuando cambiamos la hora y hay menos luz están más ariscos con su pareja. “Entre los síntomas más comunes que encontramos en este periodo están una cierta ansiedad, trastornos en el sueño, aumento de peso porque tendemos a comer más hidratos y chocolate, dificultad de concentración e irritabilidad. En definitiva, nos afecta a áreas relacionadas con nuestra vida social, laboral y de pareja”, comenta Miren Larrazábal.
En esta misma línea, uno de los síntomas más mencionados por los encuestados es la falta de concentración. En concreto, un 50% reconoce que cuando cambiamos la hora rinden menos en su día a día. Una vez más, son los jóvenes (50%) frente a los mayores y las mujeres a los que más afecta.
Pero como afirma Miren, “se trata de unos síntomas que, a diferencia de otros tipos de trastornos, tienen un claro componente estacional. Suelen empezar en otoño, empeoran en invierno y desaparecen con el comienzo de la primavera.”
¿Qué factores influyen en su aparición?
-Género. Las mujeres son más propensas a padecerlo. De hecho, dentro de las mujeres encuestadas, un 74% reconoce sentirse más triste cuando hay menos luz, frente a un 63% de los hombres.
-Latitud. La cantidad de luz varía dependiendo de la latitud en la que se vive (mayor la incidencia según vivamos más cerca de los polos).
-Época del año: aparece en otoño, empeora en invierno para concluir en el principio de la primavera y el verano.
Si quieres combatirlo...
“La tristeza invernal es algo que sabemos que existe, pero no podemos dejarnos vencer por ella. Optar por tomarse unas vacaciones en un destino cálido y con sol en mitad del invierno, realizar actividades en el mar o al aire libre o poner en marcha actividades placenteras como pasear, reír, regalarnos un tratamiento relajante o salir con familia y amigos, son recetas muy eficaces a la hora de combatirla”, apunta Miren Larrazábal. Para superarla, los expertos aconsejan deporte, ocio, aire libre y luz. En línea con estos comentarios, los resultados del estudio muestran que la opción preferida por el 50% de los encuestados para afrontar la tristeza invernal es viajar a un destino cálido y con luz y combatir la tristeza y apatía propia de esta estación. Otras opciones mencionadas han sido una cena romántica (29%) y ver una película en pareja (21%).
¿Cómo afrontas los meses de invierno?