Seguro que ya conoces todos los beneficios que tiene cultivar plantas en casa. Sin embargo, no todas las personas lo consiguen de forma sencilla y natural. ¿Qué pasa si eres de los que, sencillamente, ‘no tienen mano' para las plantas? ¿Qué se puede hacer si se te mueren hasta los cactus? Sigue leyendo y descubre cómo acabar con esta tendencia planticida.
No te resignes a vivir sin plantas
Si lo has intentando en más de una ocasión y no consigues sacar adelante ni a las especies todoterreno, esas que lo soportan todo, seguramente estarás pensando en tirar la toalla, si es que no lo has hecho ya.
¡Nada de eso! Ahora es el momento de buscar soluciones para poder cultivar plantas en casa y aprovechar las muchas ventajas que esto tiene. Para empezar, y entre otros beneficios, las plantas nos conectan con la naturaleza de una forma sorprendente. Además, decoran nuestras casas y son capaces de mejorar nuestra salud mental. Son demasiadas cosas positivas como para no seguir intentándolo. Hoy te ofrecemos algunas pautas para que descubras qué estás haciendo mal y puedas corregir tus errores.
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Utiliza la empatía
Puede que, dicho así, suene un poco raro lo que tener empatía con una planta, pero lo que significa en realidad es que debes tratar de replicar en tu casa su hábitat natural. Si te pones en el lugar de la planta, imaginarás que, como ser vivo que es, notará mucho el cambio de ubicación al que se le ha sometido. Puede que las características del interior de tu casa no se parezcan en absoluto al entorno en el que a ella le gusta estar, por lo que tratar de recrear su hábitat en casa puede ser una gran idea.
Spoiler: eso no siempre es fácil ni, incluso, posible, aunque siempre se puede intentar.
Si reproducir las características de la selva ecuatorial en tu piso de Madrid no está en tu mano, seguro que puedes tratar de aumentar la humedad ambiental o conseguir que las condiciones de luminosidad sean lo más parecidas posible. Con eso, ya estaremos poniendo un primer granito de arena para cultivar plantas en casa con éxito.
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Causa nº 1: demasiado riego
Esta es la razón más habitual por la que nuestras plantas de interior terminan muriendo: un riego excesivo. Cuando regamos las plantas demasiado existe un alto riego de que las raíces se pudran, lo que termina produciendo la muerte de la planta.
El exceso de humedad provoca la aparición de hongos y estos atacan a las raíces. Pero, ¿cómo saber si estamos regando demasiado nuestras plantas de interior? Algunas señales que nos pueden alertar son el hecho de que las hojas se pongan amarillas, o que se caigan. También si al coger la maceta se nota muy pesada, como con el sustrato empapado.
Si detectas alguna de estas señales lo mejor es interrumpir el riego y llevar la planta enferma a un lugar donde reciba la luz directa del sol. Acostúmbrate a regar tus plantas solamente cuando tengan el sustrato completamente seco.
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Dale a cada planta el agua que necesita
Ya sabes que todas las plantas no requieren de los mismos patrones de cultivo y esto se extiende al riego. No todas han de recibir la misma cantidad de agua, por lo que hay que establecer pautas de riego individualizadas según las especies que tengas en casa.
Una buena idea es agrupar las plantas según sus necesidades hídricas, lo que facilitará la tarea de regarlas sin errores. Otra cosa a la que hay que acostumbrarse es a tocar la tierra de cada maceta antes de regar, de forma que solo aportemos agua a las plantas cuando realmente lo necesitan.
Un consejo: si saber cuándo regar tus plantas te resulta muy difícil, hazte con un medidor de humedad para el sustrato. Son baratos y pueden darte una idea de si la tierra está muy seca o no, al menos hasta que vayas aprendiendo a detectar tú mismo cuándo es necesario aportar agua a las plantas.
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Causa nº 2: las estás regando poco
Aunque regar en exceso en las plantas es muy perjudicial para ellas, dejar que pasen sed tampoco es la solución. De hecho, es otra causa frecuente por la que suelen morir. Si tus plantas están mustias, las hojas se ponen marrones o se rizan, puede que les esté faltando agua. En cuanto las riegues de nuevo un poco verás cómo reviven.
Si algunas de las especies que cultivas necesitan bastante riego, piensa que el sustrato ha de actuar como una esponja, manteniendo la humedad. Por otro lado, al llegar el calor en primavera y verano se hace necesario aumentar la frecuencia de riego. Algunas plantas necesitarán también que las pulverices para mantener una humedad ambiental adecuada.
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Causa nº 3: la maceta no es la adecuada
Elegir un contenedor apropiado para cada planta es una cuestión importante, que va más allá de acertar con el tamaño de la maceta. También hay que tener en cuenta el tipo de especie.
Las plantas que necesitan un sustrato húmedo como, por ejemplo, los helechos, han de estar en macetas que no sean de barro o de cerámica, ya que estas son muy porosas y el agua se evapora el agua más rápidamente y el sustrato tiende a secarse en poco tiempo.
Las macetas de plástico, cristal o metal retienen más tiempo la humedad, por lo que son más adecuadas para los helechos y especies similares. Por el contrario, suculentas y cactus crecerán mejor en macetas porosas.
Un consejo: el tamaño también importa. Si pones una maceta demasiado grande a una planta pequeña, el sustrato retendrá más humedad y el sustrato tardará mucho en secarse, lo que puede perjudicar a la planta.
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Causa nº 4: no elegir bien el sustrato
Aquí tienes otro error que puedes estar cometiendo: no darle a cada planta el mejor sustrato para ella, sino elegir uno universal para todas. Puesto que cada especie es diferente, proporcionarle a cada una el sustrato más adecuado a sus necesidades es clave, si quieres que tus plantas de interior sobrevivan y crezcan saludables y felices.
Esta cuestión es más importante cuando se trata de plantas con necesidades especiales como, por ejemplo, las crasas y suculentas. En estos casos, elegir un sustrato específico es fundamental.
Por otro lado, el sustrato de las plantas cultivadas en maceta va perdiendo nutrientes con el tiempo, y llega un momento en el que necesita un aporte de abono o fertilizante. Para renovar los nutrientes es necesario abonar las plantas con fertilizantes apropiados para cada caso, y respetar la dosis recomendada por el fabricante. El exceso de abono puede ser más perjudicial que no fertilizar la planta.
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Causa nº 5: demasiado sol directo...
Las plantas de interior aman la luz natural y el sol, siempre que no las expongas en exceso a sus rayos de forma directa, ya que eso podría perjudicarlas considerablemente. La mayoría de las especies, sobre todo las de interior, sufriría quemaduras a causa de un exceso de sol.
Otros síntomas que te pueden alertar de que están recibiendo demasiada luz directa son las hojas descoloridas o, incluso, con agujeros. Por eso no conviene colocar las plantas en una ventana muy soleada, en especial si está orientada al sur o al oeste.
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Causa nº 6: ...o muy poca luz
Si un exceso de sol puede matar tus plantas, la oscuridad tampoco les beneficia en absoluto. Hay muchas plantas de interior que necesitan una cantidad considerable de luz para poder hacer la fotosíntesis y así crecer adecuadamente. Si no la consiguen, se van quedando mustias y, muchas de ellas, incluso dejan de crecer y de florecer.
Sufren etiolación, un proceso en el cual las plantas crecen en entornos oscuros sin apenas luz natural. El resultado son tallos débiles, hojas más pequeñas de lo normal, color pálido y amarillento por la falta de clorofila, etc.
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Causa nº 7: el peligro de las plagas
Aunque estén cultivadas en el interior, puede ocurrir que las plantas sufran el ataque de diversas plagas. Estos insectos dañinos son una de las causas por las que tus especies de interior podrían morir. Ácaros, pulgón, mosca blanca, cochinilla algodonosa etc. todas estas placas pueden afectar a tus plantas y, de no tratarse, pueden llevarlas al colapso.
Por eso si detectas algún signo de presencia de plagas en tus plantas utiliza un insecticida para plantas de interior, mejor si es ecológico como el aceite de neem o el jabón potásico. Diluye una cucharada de este último en un litro de agua y pulveriza las plantas afectadas con la mezcla.
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