Cada vez se tiende más a crear estancias multifuncionales, distribuciones abiertas y luminosas en las que dos o más ambientes comparten el mismo espacio. Esta tendencia no solo es perfecta para ganar comodidad y funcionalidad, sino que también es una práctica con la que se consigue que los espacios parezcan más grandes. Pero esto no significa que no se busquen ideas y soluciones para dividir ambientes, marcar límites, sin renunciar a la luz ni a la amplitud.
Una estantería sin trasera
Probablemente sea el recurso más habitual. Este tipo de mobiliario permite dividir visualmente los espacios sin obstruir la luz ni la circulación del aire. Además, al no tener una parte trasera, se crea una sensación de continuidad visual y es posible acceder al contenido de las baldas desde cualquier ambiente. Eso sí, es fundamental tener en cuenta las dimensiones del espacio en general para asegurarse de que la estantería encaje de manera armoniosa en el diseño global, que no dificulte el paso ni recargue el ambiente. Esta pertenece a la colección Kai de Treku.
Lamas de madera giratorias
Las lamas de los separadores de ambientes Tegar se pueden dejar entreabiertas, cerradas, o unas abiertas y otras cerradas, en función de las necesidades del momento. Son ideales en espacios donde es necesario sumar intimidad como, por ejemplo, en la zona de transición de una suite, entre el baño y el dormitorio, o como elemento de privacidad en el recibidor, ya que impide ver el resto de la casa. También es útil para crear una cocina semiabierta al salón-comedor. Estos separadores están disponibles en una amplia gama de tonalidades, que, además, se pueden personalizar.
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Entre muros
En esta vivienda, el equipo de KELE voy a hacer diseñó una estantería a medida, que combina estructura de hierro con puertas y estantes de madera, para encajar entre el muro de carga y la pared. Una solución ingeniosa para aprovechar al máximo el espacio disponible y crear una zona de despacho dentro del salón. En la parte superior de la librería, se incorporó una jardinera con plantas verdes, las cuales no solo mejoran la calidad del aire interior, sino que también contribuyen a crear una atmósfera más acogedora y natural.
Un mueble bajo
En esta cocina, un proyecto de Thinking Home, la isla, que acoge la placa de cocción, marca el paso de un ambiente a otro. Para potenciar aún más esta división, el mueble se remató con una mampara de cristal con perfilería negra que evita que los humos vayan de aquí para allá. Además, al utilizar distintos materiales para revestir el suelo (tarima en el pasillo y porcelánico en la cocina) también se potenció esa separación visual entre los ambientes.
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Un diseño funcional
En ese caso se trataba de separar el salón del dormtorio. Para ello, el estudio KELE voy a hacer diseñó un mueble a medida que no llega al techo para favorecer el paso de la luz, ya que la vivienda es algo oscura. Con un estilo industrial, se construyó con un armazón de hierro y chapa para mayor ligereza, y se le otorgó un acabado óxido. Equipado con ruedas para facilitar su movilidad según las necesidades del momento, este mueble multifuncional cuenta con elementos de audiovisual en el lado del salón y un jardín vertical colgante en el lado del dormitorio.
Vano convertido en estantería
El equipo de Borrós Interiorisme es el autor de esta propuesta. El paso abierto en el tabique se completó con una librería de madera a medida que, no solo dota de cierta intimidad a la zona del recibidor, sino que, además, sirve de apoyo al improvisado rincón de lectura que se ha creado junto a ella. Un ambiente que invita a relajarse y disfrutar de un buen libro justo al entrar en la vivienda.
Correderas de cristal
Las puertas correderas ofrecen la posibilidad de comunicar o independizar dos ambientes contiguos según la ocasión. Y si, además, son de cristal, permiten que la luz fluya sin obstáculos de un ambiente a otro. En este proyecto, Javier Tomás, de Juka Interiorismo, optó por esa sutil división entre la cocina y el comedo para evitar que humos y olores lleguen a las zonas de estar.
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Mucho más que un murete
En este proyecto de Pia Capdevila, se ha instalado un murete a media altura, rematado con una elegante mampara de perfilería de madera, para separar la cocina del salón. Este murete no solo cumple la función de delimitar los espacios, sino que también integra un banco con espacio de almacenaje y se extiende hacia la mesa de comedor. Con esta solución, la interiorista logró otorgar autonomía a cada área y fomentar una relación fluida entre ambos espacios.
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El juego de las sillas
Los salones de grandes dimensiones invitan a crear distintos ambientes, y para delimitarlos, el mobiliario se convierte en una herramienta clave. En este caso (un proyecto de Paola RIbero), unas butacas estratégcamente colocadas definen los límites entre la zona de estar y el rincón de trabajo, además de sumar carácter y funcionalidad al espacio.
Lamas estrechas
En este proyecto de la interiorista Laura Martínez, observamos una estrategia eficaz para definir el espacio del recibidor en un piso mediante una estructura de palillería, listones verticales de suelo a techo que proporcionan mayor intimidad que las lamas anchas. Gracias a su acabado en madera clara, este elemento divisor queda perfectamente integrado en el entorno, y suma una dosis de estilo y elegancia.