Si eres fan de los cactus, te encantará tener en casa un Gymnocalycium. Además de ser una planta de lo más decorativa y exótica, resulta fácil de cuidar porque es resistente y muy fuerte. Tan solo tienes que tener claras algunas directrices importantes a la hora de cuidarla. ¡Te lo contamos todo!
Una anatomía peculiar
Con una sola mirada que le dediques al cactus Gymnocalycium te darás cuenta de por qué te llama tanto la atención. Se trata de una planta muy especial, que posee una apariencia exótica y diferente, muy llamativa a pesar de su pequeño tamaño.
Perteneciente a la familia de las Cactaceae, el género engloba a más de 60 variedades. Es una planta originaria de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia; en todos estos países la planta crece de forma natural. En España, por el contrario, el Gymnocalycium suele cultivarse como planta de interior.
Se trata de una planta que posee una forma muy peculiar con ocho ‘costillas’ marcadas y con varias espinas en cada una de ellas. Uno de sus mayores atractivos son sus flores, de forma acampanada y alegres colores (rosas, rojos, morados, etc.), que surgen en la parte superior de la planta. La floración se produce a finales de la primavera y principios del verano.
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¿De interior o de exterior?
Si bien es cierto que en los países de donde es originario El cactus Gymnocalycium nace y crece en plena naturaleza, aquí se suele cultivar como planta de interior ya que no soporta el frío ni las bajas temperaturas. Una vez el termómetro desciende de los 10 °C la vida del cactus Gymnocalycium corre peligro. Por eso es buena idea plantarlo en maceta: podrás tenerlo en el jardín o la terraza en verano y trasladarlo al interior de casa en cuanto se produzcan las primeras heladas invernales.
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Un cactus que ama la luz
El Gymnocalycium necesita estar en un entorno luminoso, donde pueda recibir entre 6 y 8 horas de luz al día. Eso sí, ha de ser luz indirecta porque si le dan los rayos del sol directamente podría quemarse. Si lo tienes dentro de casa procura ponerlo en una habitación con mucha luz, pero lo suficientemente alejado de la ventana.
¿Prefieres plantarlo en el jardín? Búscale un espacio en semisombra, donde no le den los rayos solares en las horas centrales del día.
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Concédele un deseo: un buen sustrato
¿Sabes cuál sería el mejor sustrato para tu cactus Gymnocalycium? Este aspecto es muy importante para el desarrollo de esta planta. Necesita tener un sustrato adecuado que dificulte que las raíces se encharquen y se pudran. Si lo plantas en maceta utiliza un sustrato específico para cactus y crasas puedes comprarlo o puedes hacerlo tú mismo mezclando humus de lombriz con fibra de coco y perlita. Lo importante es que el sustrato sea ligero y que no se encharque.
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El peliagudo riego de los cactus
Con este tema entramos en terreno peligroso, en lo que al cultivo de los cactus se refiere. El riego es el cuidado más difícil que plantea el cactus Gymnocalycium, ya que es difícil calcular si te pasas o te quedas corto. En cualquier caso es mejor quedarse corto que pasar.
El Gymnocalycium se debe regar solo cuando el sustrato de la maceta está totalmente seco, por lo que tendrás que revisarlo antes. En verano necesitará dos aportes de agua a la semana, mientras que en invierno tendrá suficiente solo con uno.
Un consejo: los riegos que hagas a tu cactus Gymnocalycium deben ser profundos. Han de empapar la tierra, a ser posible con agua blanda o agua de lluvia. No le gusta el agua calcárea.
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¿Hay que abonar el Gymnocalycium?
Mucha gente tiene la creencia de que los cactus no se deben abonar, que son tan resistentes que no necesitan fertilizante. Sin embargo, es importante proporcionar una dosis de energía al cactus Gymnocalycium. Puedes hacerlo utilizando un abono líquido disuelto en el agua de riego, desde el principio de la primavera hasta el final del verano.
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Trasplanta tus ejemplares más jóvenes
Mientras los cactus son jóvenes les vendrá de maravilla un trasplante cada cierto tiempo. Aunque el Gymnocalycium es de pequeño tamaño y crecimiento lento, es conveniente trasplantarlo cada dos o tres años hasta que alcance su tamaño máximo que será de entre 6 y 8 cm, tanto de diámetro como de altura.
Para tener éxito con el trasplante hazlo en primavera, cuando las temperaturas son benignas, y cámbialo a una maceta un poco más grande, poniendo en el fondo perlita para mejorar el drenaje.
Cómo multiplicar el cactus Gymnocalycium
Hay una forma fácil y eficaz de reproducir este tipo de cactus: por hijuelos o injertos. Se trata de cortar estas partes de la planta y replantarlas después en otra maceta con el sustrato adecuado.
Para reproducir un cactus sin problemas es mejor hacerlo durante los meses de calor. Cuando cortes los hijuelos, deja que se sequen durante unas 48 horas antes de replantarlos en otra maceta. Así tendrás más posibilidades de éxito, aunque no es difícil multiplicar el Gymnocalycium de esta manera.
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Plagas y enfermedades que hay que vigilar
El Gymnocalycium es bastante resistente a las plagas de insectos dañinos, pero no está de más estar precavido por si se aparecen de repente. Entre los insectos que pueden afectar a este cactus destacan los caracoles y las cochinillas. Revisa tu cactus con frecuencia para detectar su presencia cuanto antes, si es que se produce. Si descubres alguna plaga tendrás que aplicar el tratamiento insecticida adecuado. Existen productos más o menos ecológicos que pueden controlar las plagas de forma más natural, aunque todo depende del grado en que esté afectada la planta.
El cactus Gymnocalycium también puede verse afectado por hongos, especialmente si presenta algún problema y se encuentra débil. En caso de que detectes señales de hongos en tu planta deberás tratarlo cuanto antes con un fungicida específico.
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