Les Moulins du Villars: la casa de campo favorita de Grace Kelly para olvidarse del mundo

Rodeada de verdes valles, Gilette es una idílica y tranquila población en la Costa Azul a tan solo 30 kilómetros de Niza que enamoró a Grace Kelly, en especial la finca Les Moulins du Villars, donde pasó varias vacaciones y ella misma definió como un “oasis de paz”. Esta exclusiva casa de campo situada en una reserva natural fue el lugar favorito de Grace de Mónaco para relajarse y desconectar de su ajetreada agenda real. No llegó a comprarla, pero sí a disfrutar de ella en varias ocasiones, antes de su trágica muerte con tan solo 52 años, el 14 de septiembre de 1982.

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Sale a la venta Les Moulins du Villars

Aunque no fue propiedad de la familia Grimaldi, esta casa fue muy especial para ella, hasta el punto de que la esposa de Rainiero y estrella de Hollywood estableció una relación de amistad con sus dueños y hasta les regaló varias estatuas, de las cuales dos de ellas todavía están presentes en la mansión. Ahora la finca se ha puesto a la venta por 11,5 millones de euros en la exclusiva inmobiliaria Côte d'Azur Sotheby’s International Realty.

En la imagen vemos las dos elegantes salas de estar abiertas y el rincón de piano.

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Con mucha historia

Les Moulins du Villars fue en origen un conjunto de molinos construidos a orillas de valle de Estéron, algunos de los cuales datan del siglo XIV. Tras la transformación y renovación de la finca por parte del conde Jean Fernand Joseph Gouin de Roumilly, en la década de los 70', es cuando el lugar vivió su máximo esplendor al convertirse en meca de la alta sociedad, aquí se reunió regularmente la alta aristocracia. El flechazo entre Grace y este rincón paradisíaco comenzó en 1980, cuando la entonces princesa fue a promocionar los quesos y el aceite de oliva de la región. Y es que de hecho aquí se habían fabricado harina y aceite.

Sus propietarios actuales, desde 2006, han emprendido una restauración completa poniendo en valor su arquitectura y los exteriores.

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Un lujo discreto

El alma que respira Les Moulins du Villars es de una exquisitez serena, libre de una excesiva suntuosidad y ostentación. Quizá el mayor lujo es el del espacio: la vivienda cuenta con más de 600 metros² y el terreno, con más de dos hectáreas. A la fachada de piedra de la edificación principal, se le une un hermoso jardín con arbustos, cipreses, palmeras… y una enorme piscina que, seguro, ha sido centro de reuniones y fiestas en el pasado.

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¡Puro ingenio!

La edificación principal cuenta con cuatro plantas, comunicadas mediante un ascensor. La joya de la corona es la zona de día, donde un molino (acristalado y en movimiento) divide el ambiente de salón del comedor. El molino original no se pudo conservar pero, en todo caso, este es un homenaje a la historia de la edificación.

De la zona de estar destaca asimismo que no solo los sofás se tapizan en terciopelo, sino también las mesas de centro tipo otomanas, tan empleadas en la decoración en Estados Unidos.

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Infinidad de ambientes mágicos

La residencia cuenta además con dos cocinas, siete dormitorios, una sala multimedia y diversos baños, algunos en suite. Además de, como es previsible en este tipo de casas donde no escasean los metros, vestidores, despachos y una amplia bodega donde almacenar prestigiosos vinos.

Además, otro de los equipamientos de la casa son cuatro plazas de aparcamiento, donde los vehículos se resguardan bajo unas arcadas.

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Un ‘mix & match’ muy peculiar

El diseño interior es sumamente ecléctico y te puedes encontrar con espacios de inspiración arabesca, otros de clara tendencia clásica y también ambientes muy cálidos propios de la decoración de montaña, como el dormitorio sobre estas líneas, con la mesita de noche y la alfombra de piel de vaca, el techo en madera y el cabecero entelado a cuadros. Muy llamativo es asimismo el papel pintado de la pared principal, que simula troncos.

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Múltiples equipamientos

Cerca del edificio principal también se encuentran: una casa de invitados denominada ‘el Cabanon’, un invernadero y el bautizado como ‘el Santuario’, unas antiguas ruinas de la antigua Roma restauradas que actualmente se utilizan para fiestas y otros eventos.

No es de extrañar que esta villa haya enamorado a Grace Kelly y a múltiples personajes de la aristocracia, ¿no te parece? Cautiva por su encanto y lujo sobrio.

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