Románticos y armoniosos, en decoración son muchas las veces que los ramos y los centros florales solo tienen una tonalidad. Hemos consultado a Mat Climent, artista floral e interiorista en Mat Climent Studio (matcliment.studio) acerca de los motivos y, de paso, nos ha explicado cómo crearlos con éxito.
Una razón por la que crear composiciones florales monocromáticas es que “nos ayudan cuando el resto de la decoración o ambientación sigue una misma cromática, además cada color tiene su significado y será una forma de expresar nuestros sentimientos a través de las flores”, detalla Mat.
Por ejemplo, en San Valentín el color primordial es el rojo y si queremos hacer algo más original que un ramo de rosas rojas, propone combinarlo con otro de tipo de flores del mismo tono; y en ocasión del día de la madre unos colores infalibles son el blanco o el rosa.
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No es un arte fácil
A pesar de que a primera vista los ramos y los arreglos monocromáticos parecen más sencillos de diseñar si somos principiantes en la materia, en realidad no es así pues, como explica el artista floral, para que realmente conseguir que cada flor brille por sí misma debemos jugar mucho con las distintas texturas. "Hay que hacer una buena elección de flores y jugar bien con la composición para conseguir el efecto deseado".
¿Cómo elegir el color?
Decantarse por unas tonalidades vibrantes y llamativas (como el amarillo del centro ‘Radiante’ de Interflora, con veraniegos girasoles combinados con rosas) o apostar por gamas sosegadas puede depender del tipo de estancia de la casa, aunque sobre todo son decisivas: la personalidad de los habitantes, así como el estado de ánimo que reine.
“Los colores más vibrantes se utilizan para celebraciones de un público más joven, sin embargo los colores empolvados son un acierto seguro que aportarán color a cualquier estancia sin ser demasiados llamativos. En espacios pensados para el descanso, como los dormitorios o un rincón para practicar yoga, utilizaremos colores más relajados, mientras que en otros espacios, como las zonas de paso, podemos apostar por gamas más alegres y encendidas”, afirma Mat.
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Todo al blanco
Un color estrella: el blanco. “Sin lugar a dudas es el color más demandado durante todo el año, porque es un acierto seguro y cuando las personas no quieren arriesgar optan por él, al no ser que exista un color de preferencia de la persona que lo va a tener o si se trata de fechas románticas [como San Valentín o el aniversario de boda], donde reina el rojo”, revela el experto.
En este ramo creado por la fundadora de Bloom, Margarida Botelho Rodrigues, se apuesta por flores de ammi. “La intención principal ha sido crear un arreglo que recordara el campo en esta época de verano, favoreciendo así el color, la textura, el tamaño y el movimiento de esta planta silvestre. Todas estas características permiten un arreglo más desestructurado y rural”, revela la artista floral.
Combinar matices del mismo color
En opinión de Mat, resulta muy interesante jugar con distintos tonos de la misma paleta de color, como hace aquí con el rosa. ¿El motivo? Ayuda a enfatizar el color en sí de cada flor y ofrece mayor riqueza visual a la composición.
La selección de flores de la imagen incluye crisantemos, claveles, hortensias y Tanacetum baya, todo en rosa. Además de un fruto: piñas en formato mini.
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Claves de diseño
Para generar interés en una composición monocromática es muy importante tener en cuenta tanto las texturas como las alturas, estas nos ayudan a dar profundidad y a que se distingan unas flores de otras. “Otro truco, para colores más difíciles de encontrar, es utilizar flores naturales tintadas con pinturas naturales, las cuales también nos aportan un aspecto original y único”, sugiere el experto.
Siempre se deben tener en cuenta estos tres parámetros fundamentales: color, textura y altura; ¡si aciertas con ellos, el éxito está asegurado!
Respecto al último punto, las alturas son nuestras grandes aliadas, ya que ayudan a generar el volumen. Es importante tener en cuenta desde el principio la altura deseada, pues el resto de la composición dependerá de la altura máxima. De hecho, como las alturas serán muy visibles, hay que tener buen ojo para ir viendo que la composición quede equilibrada y con el efecto deseado.
En este caso Sakura Atelier crea un arreglo de estilo rústico, inspirado en la Toscana y sus olivos. Por su parte, el empleo de materiales naturales como el barro del jarrón hace que tenga un toque japandi. En concreto combina olivo, Thalaspy, rosas y ornithogalum. “La mejor forma de colocar estos materiales es ir mezclándolos en la mano y meterlos directamente en el jarrón, asegurándonos que limpiamos bien los tallos que quedarán por debajo del agua”, cuentan los artífices del diseño.
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Contenedores que conquisten
Tanto si hablamos de un ramo como de un centro de mesa, el artista floral propone que el contenedor tenga un color diferente, pero neutro, para que de esta forma quede como elemento secundario y no reste protagonismo a la flor.
Además, una opción muy a la moda es convertir en jarrones objetos cotidianos, como una jarra de agua, una botella de leche de cristal, una lata, una regadera vintage o incluso tuberías. Pon a prueba tu ingenio para unos resultados sorprendentes en el arte del upcycling.
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¡Pura diversión!
Dependiendo del estilo del artista floral, será más propenso en rellenar con verdes. A Mat en concreto no es algo que le guste, no obstante sí le agrada incluir a sus composiciones de flores monocromáticas frutas, como piñas. Otra opción habitual consiste en añadir granadas o variedades en colores vistosos.
En la propuesta, por ejemplo, Bossvi incorpora limones en rama.
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Un arte emocional
Para saber que la composición monocromática creada es todo un acierto, Mat explica que sobre todo debe gustarle a uno mismo. “Cuando realizo una composición dentro de mí me voy emocionando al ver el resultado. Desde luego siempre es importante poder recibir críticas, pues ayudan a seguir mejorando”.
Y anima a seguir probándolo. En ocasiones cuando comenzamos a realizar la composición sentimos que no está quedando como deseamos, pero es importante continuar sin miedo, pues hasta que no lleguemos al resultado final, no se puede valorar el trabajo.
Un último apunte de Mat, creador del ramo de la imagen: “el arte floral es una forma de experimentar con las manos y por tanto de conectar con el corazón y con lo que siente uno mismo. Por ello es importante estar centrado, liberado del ruido mental y preparado para crear y dejar que la creatividad fluya”.
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