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© Julien FernándezCuando la estructura de una casa merece la pena, la rehabilitación total se convierte en una idea fabulosa, capaz de rescatar espacios maravillosos. De borrar las huellas del pasado y crear escenarios luminosos, llenos de estilo y elegancia. Eso es justo lo que se propuso hacer el interiorista Mikel Irastorza con este piso situado en San Sebastián.
Blanco, el telón de fondo perfecto
La casa se localiza en un edificio de principios del siglo XX y está estratégicamente situado en la calle Hernani, junto a la Avenida de la Libertad y los jardines Alderdi. El espacio era amplio (tenía unos 200 metros cuadrados) pero la distribución era angosta y anticuada. Mikel Irastorza cambió completamente la vivienda, adaptando la distribución a las necesidades de sus actuales propietarios, una pareja con dos hijos.
Una vez terminadas las obras de rehabilitación, el espacio era un gran telón de fondo de color blanco sobre el que desplegar la creatividad. Las paredes y techos blancos y los espacios diáfanos y luminosos son ahora la clave. Sobre ellos, se fue añadiendo interés visual a través de muebles especiales, piezas de estilo vintage y toques de color.
Destacan las molduras decorativas en techos y paredes, que aportan un toque clásico y elegante. El salón comparte espacio con el comedor y se separa de la cocina por un cerramiento acristalado. Sobre la alfombra bereber beni ouarain, dos butacas azules de estilo danés de Jo Van-Norden, procedentes de Berlin. La mesa de centro es de La Trastienda.
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© Belén ImazEspacios sin límites
La nueva distribución de la casa se caracteriza por dar lugar a espacios más amplios y diáfanos, menos compartimentados. En el salón se mantuvieron los pilares centrales que soportan la estructura. Sin embargo, no son elementos que molesten o estorben, sino que el interiorista consiguió integrarlos y hacer que funcionasen como elementos divisorios del espacio.
El sofá es de Desiree Italia, el aparador blanco que está detrás es de Sovet Italia y la librería es un diseño de Mikel Irastorza.
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© Julien FernándezLa magia de los muebles de diseño
Aunque la chimenea no es real, se quiso aprovechar la embocadura que estaba en la casa y se restauró para integrarla en la pared del salón. El interior se revistió de azulejos blancos.
La butaca amarilla con reposapiés es el modelo Wing de Desiree Italia, y la lámpara de pie negra de Thai Natura. Juntas componen el rincón de lectura perfecto.
En las paredes de toda la casa se exhiben algunos cuadros destacados y obras de arte. En el salón, sobre la falsa chimenea, un cuadro del artista Hernández Pijuan.
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© Julien FernándezToques de estilo vintage
Paredes blancas, carpinterías del mismo color y suelos de madera. En ese espacio se integraron piezas de carácter vintage, como el aparador danés de madera o la lámpara de pie dorado y pantalla de rombos, de Deco Arts, en Berlin. Se recuperó el radiador antiguo de hierro fundido, y se pintó de negro para que destacase. El color aparece a través de piezas especiales como los jarrones alemanes en rojo y blanco, los cuadros, las tapicerías de sillas y butacas, etc.
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© Julien FernándezEl comedor, funcional y decorativo
En un rincón, entre el salón y la entrada a la cocina, está el comedor. Es un espacio funcional y práctico, con muebles de diseño. Se han puesto sillas diferentes pero tapizadas con la misma tela estampada, lo que aporta unidad. Se combina un modelo de estilo danés, de madera, y dos butacas blancas de Porada Italia. La mesa, con estructura blanca y sobre de madera, es de la firma italiana Sovet. Los cuadros son de Rafael Canogar.
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© Julien FernándezRincones que destilan elegancia
Cada pequeño espacio de la casa, aunque sencillo, es especial. Como este rincón de la entrada, con una consola de mármol de Meridiani Italia. Sobre la pared blanca decorada con molduras, un espejo redondo de Sovet, modelo Visual Round. La lámpara con pie de porcelana es de Jo Van-Norden.
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© Julien FernándezBlanco, negro y rosa
La combinación de estos tres colores es la clave decorativa en la cocina. Los muebles blancos llevan tiradores pequeños de color negro. El rosa aparece en el papel pintado de la pared y en los taburetes.
El elemento más llamativo es, sin duda, el suelo de baldosas cerámicas de diseño geométrico en blanco, negro y gris, que recuerdan los pavimentos hidráulicos.
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© Julien FernándezEstilo en la cocina
Pueden ser los techos altos, las molduras que los decoran o el antepecho de porcelánico que imita al mármol. El caso es que el espacio en la cocina posee un aire elegante y lujoso, como de cocina joya.
Sobre la península que hace las veces de barra para desayunos, una lámpara colgante de Omio. Los taburetes rosas son de Valentina.
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© Belén ImazUn templo de descanso
En el dormitorio principal triunfa el relax visual, que se consigue gracias a los tonos serenos y sobrios. La pared del cabecero lleva un papel pintado liso marrón de Elitis, que contrasta con el blanco del resto de superficies.
El cabecero es de capitoné realizado a medida. Sobre él, un cuadro de Pablo Palazuelo que pone el toque de color. Las mesillas son de Andrew Martin y las lámparas colgantes de Omio.
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© Julien FernándezCombinar estampados
El interiorista Mikel Irastorza quiso conseguir en los dormitorios una atmósfera que fuese elegante, pero también serena y confortable. Apostó por una paleta de tonos neutros y dejó el protagonismo a los estampados. Combinarlos de forma genial fue uno de sus aciertos.
Destaca el diseño geométrico del papel pintado de la pared del cabecero (de Elitis) y de la colcha, y la forma genial en que se compaginan. La ropa de cama y los cojines son de La Trastienda, así como el escritorio y la silla Bertoia vintage. También destaca la butaca de herencia familiar que se retapizó con una tela de Dedar.
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© Julien FernándezUn baño en blanco y negro
El esquema decorativo del cuarto de baño se basa en la combinación de dos colores: blanco y negro. A partir de este dúo se diseñó un espacio de baño elegante y también funcional, con revestimientos de mármol, ducha y grifería empotrada en negro. El espejo con marco está hecho a medida. Destaca el lavabo de Duravit con patas cromadas y la lámpara vintage.
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