La sensación de agobio o incomodidad no es agradable, pero tenerla o percibirla en nuestra propia casa, debería estar prohibido. La casa es un templo de bienestar y seguridad. Si crees que haces todo lo que se indica en material de decoración y, aun así, algo falla; quizá debas repasar este listado. Puede que encuentres las claves de aquello que está haciendo que tu casa te agobie y no sea tan cómoda y amigable como debiera.
Despejar la casa
Sentir una casa amplia y despejada nos relaja. Sin caer en la sensación de frialdad en un espacio vacío, se puede contar con sensación de amplitud y hará que no nos veamos agobiados por la saturación. Este hecho de despejar es de muebles, de tabiques, de colores, de objetos decorativos… ¡De todo! Evitar los excesos y quedarse con el equilibrio que provoca calma. Un truco que funciona es despajar el recibidor o la entrada. Debería sentirse en toda la vivienda, pero empezar por este ambiente es una buena idea para experimentar el cambio en las sensaciones. Proyecto de Kinze Studio.
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Evitar el ruido visual
En esta idea de despejar también entra lo que vemos. El ruido visual es algo muy presente en las casas, que está ahí sin darnos cuenta. Tiene que ver con el orden pero, principalmente, con lo que vemos. Con ese equilibrio, pureza, y organización de los objetos que quedan a la vista. Es una librería atestada de elementos, pero también las formas de los muebles que decoran un mismo espacio y cómo conviven los estampados. Las líneas sencillas (curvas o lineales), los lisos y diseños básicos provocan calma y tienden a ser la base perfectamente pura. Pero llenarlos en exceso por encima de "cosas" provoca ruido visual. Lo más fácil es empezar por dejar solo los objetos decorativos justos sobre los muebles, ordenar la librería, evitar estantes abiertos y sustituirlos por armarios con puertas, quitar una cortina estampada muy marcada… Espacio decorado por Alfons & Damián.
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El contacto con la naturaleza
Cuando nos sentimos agobiados y estresados nos va bien estar en contacto con la naturaleza, en un sitio abierto. Tomar contacto con ese espacio natural es suficiente para soltar tensiones. Así que piensa en la sensación y llévala a casa para que no te agobie. ¿Tienes vistas? ¿Hay plantas en la estancia? ¿Disfrutas de ventanas por las que dejar que la luz natural se cuele? Hay que intentar potenciar estos elementos. Y, además, sentir el espacio limpio, ventilado y con algún aroma que evoque esa limpieza y sensación de limpieza.
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Las texturas de lo que nos rodea
Suelo, paredes, puertas, muebles… Esas texturas nos reconfortan a la vista y al tacto. El pie descalzo, ¿qué siente? Con esas sensaciones también podemos atenuar la sensación de agobio. Hemos visto la importancia de los aromas, del olor que percibimos; pero lo que sentimos al tacto también nos puede relajar. Busca las texturas naturales en los tejidos, al contacto con el cuerpo; y en suelo y mobiliario. Proyecto de RQH Studio.
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¿Qué objetos tienes en casa?
Este ejercicio conviene hacerlo para detectar lo que provoca agobio. Es un ejercicio que va más allá de los que se ve. Los objetos que decoran una casa deben tener un sentido. Tienen que gustarnos y provocarnos sensaciones agradables. ¿A qué recuerdos están vinculados? Puede que haya algo que te evoca un elemento que no te está haciendo bien. Repasa lo que tienes alrededor en cada estancia, lo que decora, y lo que provoca. Salón decorado por el estudio Egue y Seta.
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Los colores y su significado
Los colores también nos afectan. ¿Cómo están combinados en tu casa? Esas tonalidades neutras son las que nos calman. Quizá necesites abusar de ellas para sentir aún más la sensación de sosiego que, en este momento concreto de tu vida, necesitas potenciar. No dudes en pintar para lograr tu objetivo. Identifica los colores que te hacen sentir mejor y llévalos a tu hogar. Puedes incorporar otras pinceladas, siempre que tenga un efecto positivo en ti. En la imagen, pared pintada con Majestic Beauty&Resist de Jotun.
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¿Cómo son los cuadros de tu casa?
El arte tiene una repercusión en lo que percibimos, en cómo nos mueve. Presta cuidado al elegir las obras que decoran tus paredes. Sus trazos, temática, incluso, colores pueden afectarte. Siente el cuadro antes de llevarlo a tu pared. Y si ya tienes obras marcadas, párate a pensar cómo te afectan.
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La iluminación de la estancia
Tan necesaria para provocar sensaciones. Para calmarnos. Puede que la luz de tu casa o de una estancia no sea la apropiada. ¿Demasiado blanca? ¿Quizá muy intensa? ¿Es directa? No es tanto el tipo de lámpara como la luz que emite. Cómo la percibes y lo que te hace sentir. Con una luz sosegada y regulable podrás relajarte. Aprovechar para que tu cuerpo sienta que debe pausar el ritmo antes de descansar. Algo que no es posible si la lámpara emite una luz blanca-azulada y demasiado intensa.
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¿Sabes qué es el estrés estructural?
Es un aspecto de la decoración ligado a la estructura de la casa. Elementos como vigas, columnas o pilares pueden provocar estrés estructural. Lo percibes como elementos agresivos. Además, son factores que pueden hacer que la distribución no quede como te gustaría. Sentirse en un entorno amigable es fundamental. Te tiene que hacer sentir bien tu casa. Lo que no provoque esto, hay que cambiarlo. Salón abuhardillado proyectado por el estudio Deco & Living.
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Te puede agobiar un espacio mal ventilado, con olor a humedad, ruidoso…
Hay otros elementos que debes considerar si sientes que tu casa te agobia y no te está devolviendo lo que esperas de ella. Más allá de las energías en las que trabaja el Feng Shui, por ejemplo, a nivel de decoración, las corrientes, los ruidos, las humedades, son aspectos muy negativos en una estancia. Por eso es tan importante plantearse un proyecto de decoración más allá de lo que solo se ve y escoger cada material o tomar las decisiones pensando también en lo que se siente. Dormitorio decorado por Westwing.