Interiores con mucha clase. Ese es el objetivo del estilo decorativo clásico-moderno, una tendencia al alza que sube y sube gracias a su elegancia y tradición. Adiós contemporaneidad, hola clasicismo. Pero, con un punto de revisión que lo actualiza. Hay muchas formas de lograrlo. Toma nota de las claves de estos espacios afines al estilo que nos ocupa.
La importancia de recuperar
Lograr un espacio clásico-moderno es fácil con una base creada a base de elementos recuperados. Porque ya tienen esencia e historia. En una reforma hay que analizar qué elementos arquitectónicos y materiales se pueden recuperar y resaltar. Con esa base, la incorporación de los muebles y accesorios actualizarán el conjunto. Proyecto del estudio Ábaton, un salón con vigas de madera vistas en el techo, dejando un espacio hasta el forjado, suelo de madera; y asientos actuales con obras pictóricas modernas.
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¿Qué elementos se prestan a ser recuperados?
Además de suelos joya, las chimeneas más tradicionales, vigas, columnas o pilares y molduras nos ayudarán a crear esa base de la que hablamos para que el estilo clásico-moderno cobre más sentido y fuerza que nunca en un proyecto. Siempre es posible sumar algunos elementos adicionales. Lo más sencillo es una moldura o rosetón en paredes y techos. Llevar esas molduras y ornamentos a la carpintería también es una buena idea. Proyecto de ESS Interiorismo.
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Truco comodín que nunca falla
Una pared con un zócalo decorado con molduras y cuarterones y un tono suave tierra en la parte superior de la pared, bien rematado en pintura o con un papel pintado tradicional que aporte textura. Estos dos elementos lograrán crear una base clásica actualizada sobre la que incorporar la decoración con las claves que vas encontrando en este artículo. Proyecto de Raquel González Interiorismo.
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Los materiales de este estilo
Si hay algo que caracteriza este estilo decorativo de tendencia es su elegancia, su clase, su distinción. Y aquí no solo las formas y diseños son importantes. Los materiales son clave para recrear un estilo clásico-moderno. Los que más predominan son los nobles y de alta calidad: madera, mármol o piedras en general; piel y mucho cristal y espejo, no faltan. Recibidor decorado por el estudio Molins Design con mucho clasicismo, solo alterado por la lámpara y el gran cuadro de la pared.
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El mobiliario mezcla
De igual manera, el mobiliario debe ser elegante y sofisticado. Aquí hay que combinar piezas más clásicas (de herencia o recuperadas) con otras que actualicen de diseño limpio y simple. Funciona bien en esa búsqueda de reflejar la tendencia de la que hablamos, optar por piezas Mid Century. Tejidos de calidad para los tapizados que cobran protagonismo en color. Un mueble de herencia y una mesa de diseño. Esta combinación atrevida funciona en el estilo clásico-moderno, como sucede en este comedor, proyecto de Ábaton, en el que además las vigas de madera y el revestimiento del techo en su parte inclinada, suman.
Muebles inspirados en la tradición pero 'de hoy'
Otra opción para llevar el estilo clásico-moderno a casa cuando se quiere jugar con esta tendencia, pero asegurando que no resulte demasiado clásica, es decorar con muebles que evoquen clasicismo pero con un diseño renovado. Es el caso que Molins Estudio ha reflejado en este comedor. Las sillas recuerdan a los tradicionales modelos de silla Luis XV pero en un diseño actualizado. La mesa de cristal resulta elegante y sofisticada, sin guiños a la tradición.
Los accesorios con los que debes decorar
Hay dos posibilidades para decorar con accesorios. Si has creado un estilo clásico-moderno con más muebles clásicos que actuales, incorpora accesorios más design. Y al contrario. Es decir, los complementos han de estar bien elegidos. No saturar ni llenar como podría verse en un palacete clásico. Hay que aligerar. Pero usar los elementos para potenciar y complementar. Cuadros, esculturas y otros objetos de arte deben ser de alta calidad y encajar en la estética del espacio. Este comedor está proyectado por Raquel González Interiorismo.
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La importancia de la iluminación
No solo para crear la atmósfera adecuada, sino que con las lámparas en sí se puede inclinar la balanza hacia un lado más clásico, con luminarias tipo araña, con cristal y metales; o más moderno, con iconos de diseño, líneas rectas, lacados y formas rectas o circulares, pero muy geométricas. Salón decorado por Pia Capdevila con estilismo de Mar Gausachs.
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Los colores del estilo clásico-moderno
Casi se podría decir que todo vale. Lo importante es el equilibrio. Muchos colores llamativos y mezclados pueden llevar el ambiente a una modernidad no deseada. Sin embargo, los colores intensos encajan con un ambiente clásico. No solo hay que pensar en los tonos más suaves. Una buena idea para equilibrar es usar las gamas medias o lavadas de los colores. Y añadir notas concretas más fuertes para actualizar. Ese contraste puntual es sinónimo de modernidad. Aquí se ha apostado por tonos medios y mezcla de estampados. Las sillas de material vegetal y diseño tradicional de jardín son perfectas para introducir el clasicismo.
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El arte, muy protagonista
Son esos elementos que elevan el nivel de un espacio. Las obras pictóricas y esculturas deben tener un lugar preferente y ser resaltadas (con su ubicación y por la iluminación directa). Por lo general, son elementos que pueden tener un diseño actual y llamativo, mientras se opta por una base más clásica en el mobiliario. En este salón-comedor, de reducidas dimensiones -ejemplo de que el clásico no está reñido con el tamaño-, los muebles son tradicionales y se actualiza con los accesorios como las mesas de centro, la lámpara de techo y el cuadro abstracto de la pared sobre el sofá. Una propuesta del estudio Crea Spacios.
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