La instalación de un sistema SATE es uno de los métodos más habituales de mejorar las prestaciones de la envolvente de una casa. Consiste en colocar aislamiento térmico en las paredes exteriores de un edificio para lograr importantes ahorros de energía, consiguiendo gastar menos a la hora de climatizar la casa y encontrando una temperatura confort interior, al acabar con el denominado efecto de ‘pared fría’ en invierno (o tipo sauna, en verano).
La arquitectura sostenible apuesta por las fachadas SATE y hay sobrados motivos, como nos detalla el experto Fernando Amutio, arquitecto en el estudio cántabro Moah (moah.es). En este proyecto firmado por él y su equipo, una unifamiliar en Pámanes (Cantabria), se combina la ligereza del acabado de mortero con un basamento de piedra.
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¿Qué es el SATE y qué capas lo componen?
SATE viene por las siglas de Sistema de Aislamiento Térmico Exterior y se compone de tres capas:
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La primera capa es el aislamiento, que va adherido a la hoja exterior del cerramiento con cemento cola y anclajes mecánicos. A mayor espesor de aislamiento, menores serán las pérdidas de calor del edificio.
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La segunda capa cumple una función protectora y consiste en varias capas de mortero de altas prestaciones que protegen el aislamiento e impermeabilizan la fachada. Estas capas van armadas con una malla de fibras que aumenta su resistencia y reduce el riesgo de fisuras (en ese punto del proceso se encuentra trabajando el profesional de 100x100biopasiva de la imagen).
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La tercera capa es el acabado. El más extendido en la actualidad es el mortero, que da una imagen continua y homogénea al edificio.
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Los buenos resultados de aislar la casa desde el exterior
Hay dos sistemas de aislamiento por el exterior: el SATE y la fachada ventilada (que es la segunda piel de la vivienda, pero dejando una cámara de aire). Ambas son excelentes opciones para lograr interesantes ahorros a la hora de climatizar una vivienda.
El sistema más eficiente en términos económicos es el SATE, ya que se consigue muy buen aislamiento con una menor inversión inicial.
El principal inconveniente del SATE con acabado en mortero es que requiere un mantenimiento periódico, ya que con el paso de los años van apareciendo manchas y fisuras. Cada 10 años aproximadamente habrá que hacer un sellado de fisuras y repintado. "Este plazo va a depender del clima y de la exposición de la fachada a viento, lluvia, contaminación, etc.", afirma Fernando.
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Clave en las viviendas sostenibles
Teniendo en cuenta que la tendencia es a que cada año tengamos veranos más cálidos, el SATE un sistema eficiente para reducir el calor de las viviendas. Y es que, en climas en los que hay mucha diferencia de temperaturas entre el día y la noche, el SATE nos permite ‘acumular’ el frescor de la noche y aprovecharlo durante el día. La fachada funciona como una pila que acumula frescor y lo va soltando a medida que sube la temperatura interior.
En la propuesta, una passivhaus diseño del estudio de arquitectura Moba Showroom y construida por 100x100biopasiva. Se trata de una casa industrializada fabricada en madera de 330 metros² situada en Gran Canaria cuyo acabado final es mortero fotocatalítico (de la firma Kerakoll) que, además de resultar de una alta impermeabilidad, reduce la contaminación del aire.
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Confort térmico gastando menos
A nivel térmico, los sistemas de aislamiento por el exterior son la mejor opción, ya que se eliminan los puentes térmicos y los riesgos de condensaciones en el interior, explica Fernando.
En climas en los que hay mucha diferencia de temperaturas entre el día y la noche, los sistemas de aislamiento por el exterior permiten además aprovechar la ‘inercia térmica’ de la fachada, de forma que se puede conservar una mayor cantidad de calor (o frescor) en el interior. Se entiende mejor con un ejemplo, que nos ofrece el arquitecto: “en una noche fresca de verano, se abren las ventanas de forma que el aire refresca tanto el ambiente interior, como los elementos constructivos del edificio. Durante el día, estos elementos constructivos irradiarán el frescor que han acumulado por la noche, gracias a la inercia térmica. Esto no sería posible si se hubiera colocado el aislamiento por el interior”. El estudio Guillem Carrera Arquitecte apuesta por un sistema SATE para la fachada de esta vivienda en Alella (Barcelona) para, de este modo, lograr ahorros en la climatización del hogar.
En lo que respecta al aislamiento a ruido, la mejora que aporta el SATE no es relevante, ya que los problemas de ruido suelen proceder de ventanas y cajoneras de persiana, que son los puntos más débiles de la envolvente.
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Hablemos de precios
El coste del sistema SATE va a depender de la geometría o complejidad de la fachada, de las calidades elegidas y de la ubicación. “Una de las cosas que más encarecen el sistema son los remates. Por ejemplo: en una medianera el coste va a ser mucho menor que en una fachada con muchos huecos y retranqueos”, detalla Fernando. Aparte, nos ofrece este coste orientativo de instalar SATE acabado en mortero en una vivienda unifamiliar estaría en torno a 80 y 120 €/m² de fachada.
En la propuesta vemos la entrada de una vivienda pasiva bioclimática en Santiago de la Ribera (Murcia) ideada por Ecoproyecta que destaca no solo por las fachadas SATE, también por las cubiertas ajardinadas y su jardín seco, es decir, planificado para no tener que regar.
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Diferencias del sistema SATE frente a otro tipo de fachadas
Técnicamente, las principales diferencias respecto a una fachada convencional son que se eliminan los puentes térmicos y que se consigue una mayor inercia térmica. Una ventaja añadida es que refuerza la impermeabilización de la fachada.
Y si comparamos el SATE frente a una fachada ventilada, técnicamente esta última tiene un mejor comportamiento en verano, ya que la hoja interior queda completamente protegida de la radiación solar gracias a la segunda piel que le aporta sombra.
Estéticamente, la principal diferencia es que el SATE es más limitado en lo que respecta a acabados.
Y en cuanto al mantenimiento, en caso de instalar SATE con acabado en mortero se requiere un mantenimiento periódico. Mientras que, en el caso de las fachadas ventiladas, el mantenimiento dependerá del material de acabado elegido.
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Limitaciones en el caso de las reformas
La mayor limitación del sistema SATE en reformas es que está pensado para superficies lisas. Así pues, no se adapta bien a edificios con geometrías complejas ni con relieves en la fachada (líneas de imposta, es decir, hilada algo voladiza sobre la que se asienta un arco o bóveda, recercos de ventanas o, lo que es lo mismo, marcos, etc.). "En esos casos, lo que se suele hacer es eliminar los relieves o reducirlos al mínimo, para poder trabajar sobre una superficie lisa", revela el arquitecto.
En el caso de bloques residenciales, otra limitación es que se debe conseguir el acuerdo de tres quintas partes de los propietarios, por tratarse de obras de mejora de la envolvente.
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Revestimiento exterior, ¿solo de mortero?
Fernando insiste en que sí, como norma general, cuando hablamos de fachadas SATE nos referimos a fachadas con un acabado de mortero, por ser estas las más extendidas en la actualidad. Es el que se le da a esta casa de nueva construcción en Tarragona proyectada por el arquitecto Guillem Carrera. Añadir, en todo caso, que el mortero puede presentar distintos tratamientos y texturas: liso, fratasado, rayado, etc.
Otra posibilidad mucho menos habitual son las fachadas SATE con acabado cerámico o sintético. Normalmente son plaquetas ligeras de formatos pequeños. “Algunas imitan la forma del ladrillo, de forma que pueden utilizarse en rehabilitaciones de edificios de ladrillo en las que se quiere mantener la imagen original”, comenta el experto.
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