Toda padre y madre sueña con una habitación infantil ‘de revista’ y, más allá del mobiliario seleccionado (el de la imagen se ha adquirido en Portobellostreet.es), es vital que el dormitorio pueda mantenerse ordenado, sin calzado a cada paso o con ropa alojada en sillas o estantes. ¿Cómo se logra? Teniendo un armario ropero perfectamente organizado. Sigue los consejos que nos da Maite Albañil y verás que la misión no es imposible. La experta consultada es la directora de la empresa de organización para el hogar Particular Home Planners (www.particularhomeplanners.com)
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Adaptar las medidas correctamente
Una obviedad es que el tamaño de la ropa de los niños y niñas es más pequeño, por tanto, el equipamiento interior del armario deberá diferenciarse respecto al de los adultos para optimizarlo. La experta señala que la gran diferencia está en las alturas y en los espacios entre elementos (barras de colgado o estantes). Los divisores de cajones se dispondrán también conformando espacios más pequeños, dado que como estamos indicando, la ropa infantil ocupa menos espacio.
Para optimizar el interior de un armario (sea para niños, jóvenes o adultos) siempre deberemos adaptar el interior a las medidas de la ropa que va a albergar, así como a las cantidades de cada familia de prendas (vestidos, pantalones, camisetas, blusas, chaquetas, etc.) o al sistema de organización por el que optemos. Y respecto a las perchas, resultan aconsejables las forradas de terciopelo, porque son delgadas, así que ocupan menos espacio, al tiempo que son ligeras y económicas.
En la propuesta los armarios modulares pertenecen a la serie ‘Nado’ de Wookids, con un detalle importante: las puertas están equipadas con un sistema para un cierre suave.
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Perchas infantiles, una buena inversión
“Estas perchas están adaptadas a las medidas de las prendas infantiles, por lo que usándolas nos aseguramos de que no deformamos la ropa. También resulta mucho más cómodo y rápido colgar o descolgar este ligero utensilio”, detalla Maite.
Las de la imagen son ‘Binns Kids’, de Sklum, perchas infantiles con un diseño natural y exótico que están realizadas artesanalmente en ratán.
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En modo colaborativo
Maite considera que, si queremos que los ‘peques’ de la casa comiencen a colocar la ropa limpia en el armario, todo debe quedarle a su alcance. Y afirma: “no podemos esperar la colaboración de los menores si no les adaptamos el espacio a su altura y a sus necesidades motrices. Muy difícilmente, un infante va a coger la iniciativa de guardar su ropa si le cuesta abrir la puerta del armario, si debe subirse a un taburete para llegar a coger una percha vacía o si debe colocar un jersey sobre una pila alta que se desmorona constantemente. De hecho, para nosotros los adultos, también esto sería una lata”.
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Fomentar el orden y la autonomía en los ‘peques’
La experta en orden alerta que quien avisa no es traidor: “los trucos infalibles para fomentar la autonomía y el orden en los niños son la educación, el acompañamiento y la paciencia”. Y es que por mucho que adaptemos la estructura interior de sus armarios y otros mobiliarios de almacenaje a sus necesidades, si no les mostramos cómo hacerlo, no damos ejemplo con nuestras propias cosas y no les acompañamos en el proceso de aprendizaje, no conseguiremos que nuestros hijos sean ordenados ni organizados ni, muy probablemente, que sean autónomos a la hora de vestirse solos tampoco.
Hay que tener claro que fomentar el hábito del orden en los hijos es una carrera de fondo en la que seguramente habrá momentos en que avancemos muy rápido y otros en los que vayamos un poco hacia atrás. Deberemos estar atentos y para detector aquello que no les funciona y poder readaptarlo. Lo importante de todo esto es que lo vivamos como un proceso en él es importante motivar a los menores y evitemos imponerlo.
“El orden da sensación de seguridad a los niños y les ayuda a estructurar mejor su pensamiento, permitiendo una mayor capacidad de categorización y de priorización que seguro les ayuda en el futuro. Y esto, ya va en confesión personal -cuenta Maite-. Mi hijo menor, que tenía 5 años en ese momento, vio a un obrero que echaba una cabezadita en un local que estaban reformando así que todo estaba patas arriba. Era la hora de la siesta. Me preguntó, mamá, ¿qué hace ese señor? Le contesté: dormir, seguramente. Y él respondió muy serio: no creo mamá, en un lugar sucio y desordenado no se puede descansar”.
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La clasificación perfecta
En realidad, no hay solo una, así que hay que adoptar la que mejor se ajuste a las necesidades. Maite recomienda clasificar la ropa en un armario infantil de alguna de estas dos formas:
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Por familias: como hemos mencionado anteriormente, agrupando los pantalones, las camisetas, los vestidos juntos, etc. Es lo que vemos en la propuesta en un armario infantil de Ikea.
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Haciendo pequeñas cápsulas: ropa de diario, ropa de fines de semana, uniformes de colegio, etc. En cada una de estas cápsulas agruparemos todas las familias de prendas que pertenezcan a ese grupo haciendo diferentes ‘miniarmarios’, así el niño o la niña sabe escoger su conjunto dependiendo de la ocasión para la que se vista.
Puede haber otras maneras de ordenar como, por ejemplo, por colores o por tallas, pero son opciones menos usadas y que responden a soluciones para casos más concretos.
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Organización interior
Barras, cajones, baldas... ¿Qué elementos son imprescindibles en la organización interior? “Todos, aunque por regla general tenemos que priorizar las barras, dado que la ropa colgada es más fácil de localizar, resulta más difícil de desordenar y, asimismo, para los niños y niñas se simplifica la tarea de guardar la ropa limpia”, revela la experta. Por otra parte, los cajones grandes con separadores son fantásticos para la ropa interior y, las baldas, para complementos como zapatos o mochilas. El armario en forma de casita de la imagen pertenece a la colección ‘Vintage’ de Piccolo Mondo.
En todo caso, lo mejor es que las estructuras interiores no sean fijas, sino que se puedan mover, para así adaptarlas a medida que el infante vaya creciendo y sus necesidades vayan evolucionando.
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Zapatero: ¿en la habitación infantil o la entrada?
Lo más acertado es que todos los zapatos de la temporada estén en un mismo lugar, en una o dos baldas en la parte baja de su armario o del mueble de la entrada de casa, en un cajón inferior o en un pequeño mueble zapatero. El infante debe ser capaz de acceder a ellos fácilmente porque si no, en vez de guardarlos, acabarán, probablemente debajo de la cama, debajo del sofá, o tirados por algún lugar de la casa.
Al debate de su ubicación ideal, desde la perspectiva personal de la experta, “asignarles un cajón de un mueble zapatero situado en el recibidor es la opción que más defiendo, porque integra el quitar/poner/guardar el calzado en una rutina muy concreta (es como el ritual de bienvenida a casa): cuando entramos en ella, nos quitamos los zapatos, los guardamos en el mueble que está ahí mismo, colgamos la chaqueta en el colgador y vamos al baño a lavarnos las manos. Es un patrón de conducta que acabamos repitiendo automáticamente, sin pensar. En realidad, fomentar el orden en menores va de eso, de crear patrones de conducta que se apoyen en ese orden que se normalicen y acaben siendo naturales para ellos”.
En el proyecto de reforma del piso de la imagen Destudio Arquitectura incorpora en la entrada de la casa el zapatero, un mueble para los abrigos, un espejo para darse un último vistazo antes de salir de casa y un banco para poder calzarse y descalzarse cómodamente.
Operación descarte
Un adulto debe ir revisando con cierta frecuencia la ropa que ya no se pone bien porque le ha dejado de gustar o, incluso, porque no está en buen estado o no le va. En el caso de los infantes el motivo puede ser que… ¡crecen deprisa! Así pues, ¿cada cuánto tiempo habrá que chequear qué ropita se les ha quedado pequeña?
Va a depender mucho de la edad que tengan tus hijos. Como indica Maite, no crece igual un bebé de 3 a 6 meses que un niño de 8 años. En el caso de los bebés, por su desarrollo, será conveniente examinar el armario cada 3 meses aproximadamente, mientras que, para niños de más edad, con hacer revisión en el cambio de temporada suele ser suficiente porque el ritmo de crecimiento físico es más lento.
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No pases por alto estos aspectos
Es importante fijarnos en la estética del armario ropero para la habitación infantil, pero también en la seguridad. Respecto a las puertas, tienen que ser fáciles de abrir y cerrar y los tiradores deben estar a una altura manejable para esos ‘locos bajitos’. Maite aconseja que los frentes sean de materiales resistentes y lavables, para así para poder evitar huellas y otras marcas.
Además, seguro que ya sabes que a estas cortas edades son muy intrépidos, así que vale la pena apostar por una sujeción antivuelco para evitar accidentes. Cuenta con este sistema el armario de la propuesta de Hannun, el modelo ‘Montessori Tayen’, hecho artesanalmente con madera sostenible de abeto y rejillas de junco.
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Operación orden (y limpieza)
Cuando no partimos de cero y el armario ya está lleno, para ordenarlo primero de todo deberemos vaciarlo por completo y aprovechar para limpiar bien todo, los frentes y el interior. El siguiente paso es estudiar si conviene un cambio de estructura interna (modificar alturas, añadir barras, baldas, cajones…) y, por último, ubicar la ropa, los complementos y los accesorios de acuerdo con las necesidades cotidianas del infante. En la imagen todo el mobiliario es de la firma Tegar.
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Rentabilizar el espacio
Una solución muy adecuada consiste en situar en aquellas zonas en las que no acceden los ‘peques’ su ropa de otras temporadas. Y es que, como comenta la fundadora de Particular Home Planners, “el espacio menos accesible debe ser siempre para aquello que menos utilizamos. Al fin y al cabo, esa ropa dejaremos de
usarla unos 4 o 6 meses”.
Si lo preferimos, otras cosas que podemos ubicar en esos espacios es la ropa de cama, sus toallas de baño (si debieran estar en su armario) o, incluso, la típica ropa heredada de hermanos, primos o amigos, de tallas más grandes que le servirá en un futuro cercano. Así se hace en la propuesta en una habitación infantil muy divertida que tiene la cama tapizada ‘Dino’ (del fabricante portugués Circu) como absoluta protagonista.
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