Es verdad que cuando se trata de completar la zona de asientos del salón, lo primero que nos viene a la cabeza es la idea de colocar uno o dos pufs cerrando el estar. Más aún, si no contamos con muchos metros. Los pufs son piezas ligeras, fácil de mover, que permiten acomodar a más personas alrededor de la mesa de centro. Pero su funcionalidad no queda aquí, ya que estos muebles auxiliares tienen tantos usos como tipos existen. ¡Sus posibilidades son múltiples! Es más, cuando descubras de qué otras formas puedes utilizarlos y en qué estancias pueden ser igual de esenciales que en el salón, vas a querer poner uno (o dos) en tu vida.
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Una mesa de centro de tendencia
Como comentábamos al principio de este artículo, una de las ventajas que tienen los pufs es que son muebles fáciles de llevar de un sitio a otro. Por eso, cuando forman parte de la decoración del salón, ofrecen la posibilidad de modificar la distribución de la zona de estar en función de nuestras necesidades. Así, un modelo como éste, de 60 cm de diámetro, es una mesa de centro ideal que, cuando tengas invitados podrás usar a modo de asiento. En esta caso, se ha combinado con un modelo de la misma colección, pero algo más pequeño, con lo que se crea un conjunto dinámico. Ambos son de la serie Barrow, de Ethnicraft, y están tapizados en lana bouclé, el tejido del momento.
Un cómodo reposapiés
¿Qué pasaría si acompañarás tu siilón preferido de un puf en el que poder apoyar los pies y tumbarte? Nada más y nada menos, que ganarías un cómodo y acogedor rincón de relax en el que desconectar del mundo. Solo tendrías que pensar dónde ubicarlo, pero eso es cuestión de metros. IKEA nos propone dos piezas de su colecció OSKARSHAMN: el sillón orejero y un puf o reposapiés con espacio de almacenaje.
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Con almacenaje
Los pufs son muebles ideales para pisos pequeños, pues permiten contar con un asiento o superficie de apoyo extra en el mínimo espacio. Así que, ya puestos a optimizar los metros disponibles, hazte con un modelo con el que, además, ganes una zona de almacenaje. Este puf-caja lo encontrarás en El Corte Inglés y en su interior podrás guardar desde mantitas o plaids hasta libros o revistas. ¡Lo que necesites!
En pareja
Incluso como asientos ocasionales en la zona de estar del salón, los pufs dan mucho juego, tanto que pueden utilizarse como contrapunto cromático o recurso para animar una decoración en tonos neutros. En este caso, siempre que las dimensiones del salón lo permitan, queda más decorativo colocar una pareja de pufs que una única pieza. Puedes optar por crear una composición simétrica que transmita sensación de orden y equilibrio, con dos modelos idénticos, o bien, jugar con las alturas y dimensiones para un resultado más dinámico. Estos pufs son el modelo Kate, de la firma Domkapa.
De estilo étnico
Que se trate de un mueble auxiliar no implica que no pueda convertirse en protagonista absoluto de un ambiente. Más aún si tiene un diseño especial o si es un modelo tan decorativo como éste, de piel, con costuras vistas y un motivo en el centro del asiento. Es de la firma Bohemia Design Limited y está realizado y cosido a mano por artesanos de Marruecos. Ideal para montarse un "chill out" de lo más exótico, o un rincón de té, con varios pufs como éste o similares en torno a una mesa baja redonda.
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De fibra vegetal
Y si de montar un rincón chill out se trata, nada como un puf de fibra vegetal acompañado de varios cojines de suelo y plantas o flores que pongan ese toque de naturalidad y frescura. Es una idea perfecta para recrear tanto dentro como fuera de casa. En este caso, el puf de yute es el modelo Nodino y los cojines a rayas de colores vivos en intensos son de la colección Antana. Todo, de La Redoute Interiéurs.
A los pies de la cama
En tu dormitorio también encajará perfectamente un puf tapizado en los colores de la decoración, bien en armonía, bien en contraste. Además de un asiento a modo de descalzadora, contarás con una superficie de apoyo para dejar una mantira o la ropa del día siguiente. En cualquier caso, sea cual sea el uso que decidas darle (asiento, mesita auxiliar, reposapiés…), te interesa que sea un tejido resistente o antimanchas. El puf que ves sobre estas líneas es el modelo Duo de Kenay Home y combina dos colores: mostaza y beis.
El toque divertido
Cualquier uso que imagines para un puf, tiene cabida en el cuarto de los niños, donde te ayudará a montar desde un rincón de lectura hasta una zona de juegos divertida y desenfadada. ¡Y no lo veas solo como un asiento! Aunque eso sí, lo suyo es que elijas un modelo acorde con la edad del niño. Éste es el modelo The World, de la firma Ferm Living, que, no solo le proporcionará una pieza blanda en la que sentarse, rodar, tumbarse o jugar, sino que seguro que despertará su curiosidad sobre nuestro planeta y el reino animal, pues el puf está decorado con figuras de animales cuidadosamente bordadas en la tela.
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Para tu rincón más personal
Los pufs son cómodos asientos, pero no solo para la zona de estar. También encontrarás modelos ideales para completar tu rincón de tocador. Lo único que debes tener en cuenta es que su altura sea proporcional a la del tocador, para que, una vez sentada, te veas perfectamente en el espejo. Este modelo es de Westwing.
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Un punto informal
¿Y qué me dices de esos pufs que nada más verlos invitan a tumbarse en ellos? Para ver tus series preferidas, leer el último libro que compraste o charlar con los amigos. Con respaldo y asiento blanditos, son un híbrido entre puf y sillón, ideales para decoraciones actuales y desenfadadas. Este modelo, con forro de algodón, asa y un bolsillo, es de Zara Home. Y por cierto, nada de reservarlo para la habitación de niños y adolescentes, pues en salones y dormitorios también encajan (siempre que el resto de la decoración acompañe).
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