The White Apartment es una reforma que une dos apartamentos parisinos contiguos para crear una única vivienda familiar de tres dormitorios, salón, comedor y cocina y un estudio anexo, proyectado para alquilar. Con la redistribución se ha aprovechado la luz natural, que se ve reflejada en el uso del color blanco en la mayoría de los elementos de gran tamaño.
El salón a un lado del elemento divisorio de madera
La arquitecta Nathalie Rozencwajg, al frente de Name Architecture (www.namearchitecture.net), firma este antes y después residencial de una vivienda ubicada en París (Francia). 110 metros cuadrados, reconvertidos en una vivienda espaciosa, de la que se ha "extraído" un pequeño estudio con entrada independiente, ideado para alquilar. Un diseño que abusa del color blanco en paredes y techos, así como en los muebles de mayor volumen como armario y cocina, y que gira en torno a una estructura de madera retorcida que aporta carácter y organiza los ambientes. Aquí, a la izquierda, se aprecia junto a la zona de estar. A la derecha del mueble de la pared, una puerta por la que se accede a un dormitorio con baño integrado.
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Antes de la reforma
Dos pisos independientes, pero con una ubicación continua en el mismo edificio y planta. Ese fue el punto de partida para transformar las dos casas en una única que cumpliese todos los requisitos. De un punto de partida anticuado y en mal estado se ha pasado a una vivienda que cuenta con una zona de día espaciosa y repleta de luz, con salón, comedor y cocina abierta con isla; y tres dormitorios, dos de ellos con baño integrado; más un aseo. NAME Architecture tuvo muy presente jugar con las entradas de luz para que todos los espacios creados resultasen muy luminosos.
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Una distribución bien pensada
Al otro lado del elemento estructural de madera que personaliza la zona de día se crea un módulo en blanco con espacio de almacenaje y diseño lineal. Una puerta corredera da acceso a un baño que, al mismo tiempo, se integra en el dormitorio que se encuentra al otro lado de este volumen. Enmarcado por el ventanal, un cómodo y espacioso comedor. "Cuando recibimos el encargo, la premisa fue crear un nuevo hogar para una familia con dos niños pequeños, que quería quedarse en el centro de París, pero que también deseaba vivir en un espacio fluido, abierto y lleno de luz; algo que no es posible en un apartamento", señalan los responsables del proyecto.
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Derribar para redistribuir
Tirar para luego levantar un piso que se adecuase a las necesidades y gustos de sus nuevos propietarios. "Repensar el diseño general de dos apartamentos contiguos, ambos en un estado muy ruinoso para maximizar la luz en la creación de un solo apartamento fue un desafío", señalan desde NAME Architecture. "Trabajar con la estructura de madera original del edificio del siglo XIX, minimizando las intervenciones estructurales; también. Y además, había que dotar al apartamento de una identidad auténtica que recordase su entorno histórico, a pesar de que no se conservaron muchas de las características originales", exponen.
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Ventanales y viguería tradicional
Que la luz fluyera, alcanzara todos los ambientes y se reflejara. Ese era el objetivo de la reforma. Las fotos antes y después demuestran que el cometido se ha logrado. Los ventanales tradicionales de la arquitectura francesa, con diseño vertical, favorecen la entrada de luminosidad y constituyen un elemento arquitectónico, característico y decorativo. Las vigas de madera son un elemento que aporta carácter en la zona de día, ante la limpieza de líneas rectas predominantes. Rompen con la simetría imperante.
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El baño antes de la reforma
Una estancia con bañera y poco espacio. Los baños antes no se concebían como espacio para dedicarse tiempo. Este resultaba angosto y oscuro y en él, una amalgama de materiales y acabados sin sentido, lo saturaban. El resultado tras la reforma es bien distinto, apostando por los acabados mínimos en cada ambiente, sin combinaciones imposibles. En la zona de día hemos visto suelos de pino Dinesen y una paleta de blancos (paredes, madera pintada, encimeras de cuarzo y suelos de madera blanqueados); mientras que en los baños predomina el mármol y los tonos blancos y grises.
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Una cocina familiar con muebles de gran capacidad en color blanco
La zona de salón se ubica en la fachada sur del edificio, por lo que cuenta con la mayor parte de la luz solar. El comedor y la cocina, quedan en la fachada norte. La cocina se diseñó como un espacio abierto y con gran capacidad en el que el mobiliario opta por frentes lisos en blanco total. La gran isla delimita este ambiente como elemento de transición hacia el comedor. Todo está concebido para disfrutar del espacio común en familia y jugar, cocinar, cenar, relajarse y socializar.
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El aseo de cortesía y algo más
Desde la zona de día, junto al elemento de viguería de madera restaurada, se accede a un aseo de cortesía que también cuenta con una puerta desde el dormitorio secundario. A su vez, en este espacio, se integra otro pequeño cuarto con puerta corredera y capacidad para albergar la lavadora y la secadora.
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Antes y después del dormitorio principal
Así era y en esto se ha convertido uno de los dormitorios. Apostando por la sencillez y el minimalismo, al dormitorio principal se accede por la puerta que queda a la derecha de la estantería a medida del salón. Y desde este, se pasa a un baño completo.
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Vestidor con puerta oculta hacia el baño
El dormitorio principal cuenta con un frente de armarios con puertas en color blanco y tirador uñero integrado en vertical. En un extremo, una de las puertas es la que comunica con el baño integrado, de manera que se camufla a la perfección, convirtiéndose en un paso casi oculto. La decoración no rompe la estética sencilla y pura predominante. Mucho blanco en los textiles, algo de gris y las notas más llamativas del latón de los apliques de pared y la madera del banco al pie de la cama.
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Diseños a medida para integrar
Todos los recovecos se aprovechan en este proyecto con muebles a medida (se repiten en todos los ambientes). Un ejemplo es el diseño en L del frente de armarios. Toda la carpintería es a medida porque la idea era que las soluciones de almacenamiento se integrasen en las paredes. Además, se ha buscado que no hubiese zonas de paso o distribución, que restasen metros. Si no que estos estuviesen integrados en un ambiente en sí.
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El baño antes de la reforma
Una estancia con bañera y poco espacio. Los baños antes no se concebían como espacio para dedicarse tiempo. Este resultaba angosto y oscuro y en él, una amalgama de materiales y acabados sin sentido, lo saturaban. El resultado tras la reforma es bien distinto, apostando por los acabados mínimos en cada ambiente, sin combinaciones imposibles. En la zona de día hemos visto suelos de pino Dinesen y una paleta de blancos (paredes, madera pintada, encimeras de cuarzo y suelos de madera blanqueados); mientras que en los baños predomina el mármol y los tonos blancos y grises.
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Un baño en 'suite' en mármol
Como la distribución aprovecha cada centímetro, el baño principal integrado en el dormitorio tiene una planta irregular con un retranqueo en el que se ubica el lavabo. En todo el espacio predomina el mármol de Carrara. Se soluciona la zona con un lavabo integrado en la encimera, desagüe visto y balda en mármol. En la pared, un espejo rectangular retroiluminado. Enfrente, en la parte rectangular de la planta, se ubica el inodoro suspendido con cisterna empotrada y la zona de ducha con grifería empotrada en la pared y rociador de techo. Aquí, también la iluminación destaca a través de un foseado en el techo.