Aunque pueda parecer sencillo, el arte floral japonés ikebana esconde muchos secretos. Te los detallamos para que puedas realizar estas composiciones florales tan elegantes y cargadas de simbolismo.
Ikebana significa camino de las flores, aunque para componerlos también pueden (y suelen) emplearse ramas, hojas, e incluso frutos y semillas. Además, el arreglo puede estar en un jarrón o en un recipiente bajo, como en la propuesta, y generalmente es cerámico.
Matices entre sus cuatro escuelas
Los floristas responsables de este arreglo, Sakura Atelier, explican que "el ikebana es uno de los caminos para alcanzar un estado zen a través del arte y la conexión. Son disciplinas poco conocidas en occidente pero que en Japón son milenarias y gracias a ellas muchas personas han recorrido un largo camino espiritual”.
Cada escuela tiene unas características distintas, que pasan a describirnos:
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Ikenobo: Tradicional y la escuela más antigua.
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Ohara: Destaca las cualidades estacionales, los procesos naturales de crecimiento y la belleza de los entornos naturales. Arreglos tipo ‘jardín’ (como el de la imagen superior).
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Ichigo: Foco en el equilibrio y las estructuras
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Sogetsu: La escuela más moderna. Foco en lo creativo y el uso de materiales alternativos.
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¿Por qué el ikebana triunfa en el mundo entero?
Su estética esencial seduce a todo tipo de personas, las de decoración más minimalista y sobria, pero también las amantes de un estilo tradicional, pues las composiciones resultan delicadas y sumamente bellas. Además, es perfecto para personas creativas que pueden expresar sus cualidades en cada nueva propuesta.
En este ambiente de La Redoute Interieurs, comprobamos lo bien que queda una simple rama en un jarrón, junto a miniplantas e incluso un árbol en maceta. Contemplar un arreglo ikebana te ayudará a conectar con tu equilibrio interior y te proporcionará calma. Además, por lo general tienen una gran durabilidad.
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¿Qué materiales necesitas para crear un ikebana?
Tan solo precisarás un kenzan (el dispositivo con púas que sostiene a los elementos vegetales), unas tijeras para cortar los tallos y alguna hoja, el recipiente para albergar la composición y, por supuesto, la selección a tu gusto de flores, ramas y hojas.
Desde Sakura Atelier advierten que "en los arreglos florales ikebana el recipiente no es el protagonista, simplemente acompaña”. Aquí las auténticas estrellas son los elementos naturales, únicos e irrepetibles.
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¿Qué recipiente seleccionar?
El ikebana se puede hacer en un recipiente bajo o en un recipiente alto (tipo jarrón o botella, como este modelo de Westwing). Los arreglos en recipiente bajo se llaman moribana, mientras que los elaborados en un jarrón son los denominados nageirebana.
Ten en cuenta que cuando el cuello del contenedor es bastante estrecho, no podrás colocar el kenzan en la base para crear la composición, aunque los elementos botánicos difícilmente se moverán.
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Con un diseño meditado
Lo más común son los recipientes cerámicos o de porcelana, no obstante, encontrarás en el mercado propuestas en vidrio que quieren realzar la flor desde el tallo. Un ejemplo es el jarrón modelo ‘Ikebana’, diseñado por el prestigioso Jaime Hayon para la firma Fritz Hansen. Como su nombre indica, se idea expresamente para este arte floral con cientos de años de tradición. La estructura que permite colocar las flores rectas en agua está disponible en dos acabados: acero galvanizado y acero con recubrimiento de latón dorado.
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Claves del diseño
Desde Sakura Atelier detallan cuáles son los cuatro principios en los que se basan todos los arreglos ikebana:
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Asimetría
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No llenar el espacio
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Movimiento
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Fuerza vital de las flores
En la imagen, un diseño de McQueens Flowers, las protagonistas son las dos flores de la palmera Ave del Paraíso (Strelitzia), dispuestas en distintos ángulos y alturas por tal de cumplir con las reglas descritas de crear dinamismo y huir de las simetrías.
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Líneas puras
Los arreglos florales del arte tradicional japonés van a huir de toda grandilocuencia, muy al contrario, son minimalistas. Insistimos en un hecho, no debes recargar con elementos botánicos la composición, todo se basa en dar una imagen formalmente sencilla.
“Shin, soe y tai son los tres elementos que componen un arreglo. Shin es la más larga y representa el cielo. Soe es la mediana y representa a la humanidad, mientras que tai, la más pequeña, representa la tierra”, relatan los cofundadores de Sakura Atelier, el matrimonio formado por Samar Cajal y Juanjo Díaz. Para no ‘llenar’ el espacio, los ikebanas en muchas ocasiones dibujan una ‘V’, como el de la propuesta, a base de ramas de boj y alstroemeria.
Variaciones a lo largo del año
Dependiendo de donde se coloque el kenzan, daremos más importancia al agua o a la flor: en primavera y en verano, se suele poner en la mitad trasera de los recipientes para dar visibilidad al agua, mientras que en otoño e invierno, en la parte delantera para ‘esconder’ el agua.
De igual modo, en los ikebanas se emplea flora fresca local y de cada temporada del año, es decir, estacional.
Este arreglo de Sakura Atelier de gran verticalidad es de estilo moribana y cuenta con una rama con unos preciosos botones amarillos del árbol mimosa (Acacia dealbata), cuyo periodo de floración comienza en invierno.
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