El mundo del bricolaje y del “hazlo tú mismo” está repleto de ideas geniales. Se abre ante ti todo un universo de proyectos por explorar y llevar a la práctica para mejorar la decoración de la casa y renovar cualquier espacio.
Sin embargo, y aunque existen un sinfín de trabajos sencillos y asequibles, es importante conocer ciertas técnicas de bricolaje que son esenciales. Aquí tienes un compendio de las más básicas.
Pasión por el “hazlo tú mismo”
Renovar la pintura de las paredes, reparar un mueble de madera o construir uno nuevo. Estas son solamente algunas de las muchísimas tareas DIY que podemos desarrollar para redecorar la casa de una forma única y original.
Existe algo especial en los proyectos de bricolaje hechos por nosotros mismos. Los llevamos a cabo por el placer de construir algo por nosotros mismos, con nuestras manos. Al principio todo parece muy complicado: no sabemos realizar las tareas, no tenemos herramientas, etc., pero con el tiempo aprendemos y disfrutamos cada vez más.
Si te sientes identificado, sigue leyendo porque a continuación aportamos algunas claves para aprender las técnicas básicas del bricolaje orientado al DIY. Dominándolas serás capaz de realizar miles de proyectos geniales que convertirán tu casa y tu vida en un paraíso de la creatividad.
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La clave está en practicar
Como sucede con otras muchas habilidades, el secreto para realizar grandes y complejos trabajos de bricolaje está en la práctica. Puede que hayas comenzado por tareas como colgar un cuadro en la pared, pero con el paso del tiempo podrás construir muebles, reparar paredes y suelos, y renovar cualquier espacio que se ponga por delante. Por descontado, es importante empezar por el principio, aprendiendo y dominando técnicas sencillas.
Un aspecto que va ligado a este aprendizaje son las herramientas que se emplean para estas tareas. Hay algunas técnicas que requieren utensilios sencillos que todos podemos tener en casa, mientras que para otras se necesitan herramientas más especializadas.
En cualquier caso, en todas las casas debería existir una caja de herramientas con un kit básico que nos puede sacar de más de un aprieto. Y tampoco está de más contar con un taladro, un atornillador eléctrico o una sierra de calar.
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Pintar: una técnica para obrar milagros deco
La pintura es un recurso casi mágico. Pintar las paredes de casa o los muebles es una estrategia absolutamente genial para decorar cualquier espacio, de una forma asequible al alcance de todo el mundo.
No importa si eres más o menos novato en el mundo del bricolaje. Todos podemos darle un cambio radical a nuestras habitaciones con un poco de pintura, aunque sí es importante saber ciertas cosas.
Debes conocer los tipos de pintura y cuál es más adecuado para cada trabajo, así como los materiales y herramientas que te ayudarás a lograr los mejores resultados.
Un consejo: en general, en cuanto a los tipos de pintura, apuesta siempre que sea posible por las pinturas acrílicas (que se disuelven en agua), tanto para paredes como para muebles. Hoy existen esmaltes acrílicos de gran calidad, muy resistentes y duraderos. Son más fáciles de utilizar, se limpian con agua, no huelen y se secan antes que las pinturas sintéticas (con base al disolvente).
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Consejos para pintar como un profesional
A la hora de pintar paredes u objetos hay ciertas recomendaciones que debes seguir si quieres trabajar mejor y conseguir resultados óptimos.
- Elige bien los utensilios y las herramientas que vas a utilizar. Apuesta por rodillos y brochas de calidad, que no suelten pelo ni cerdas y te ayuden a lograr un acabado sin marcas.
- Tapa con cinta de enmascarar todo lo que no quieras que se manche. Seguro que estás deseando empezar a pintar y piensas que taparlo todo es perder el tiempo, peo te alegrarás (mucho) cuando veas lo poco que tienes que limpiar una vez termines el trabajo.
- Diluye ligeramente la pintura antes de empezar.
- Escurre bien la brocha o el rodillo para evitar aplicar demasiada pintura. Es mejor dar capas finas para que no se produzcan goterones y manchas.
- Deja secar bien la pintura ente capa y capa. No tengas prisa.
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Lijar, una técnica sencilla
Es una de las técnicas del DIY más sencillas que existen, pero tan bien de las más necesarias, puesto que de un buen lijado puede depender que el acabado de la pintura sea perfecto o no.
Lijar sirve para suavizar una superficie, ya sea de un mueble de madera, del yeso de la pared, etc. Se realiza de forma manual, con un taco forrado de papel de lija, o mediante una lijadora eléctrica que lleva una banda o disco de papel de lija incorporado. Existen lijas de distintos granos, más o menos abrasivos para diferentes trabajos y materiales.
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Decapar, un paso esencial antes de renovar
Se trata de una técnica que sirve para eliminar el acabado de un mueble o superficie. Es decir, para retirar la pintura o el barniz que pueda tener y dejar el soporte al natural. Después podrás darle otro acabado o no.
Existen diferentes procedimientos para decapar, ya sea sobre madera o metal. Para empezar, hemos de saber qué tipo de acabado vamos a tratar de eliminar. Si se trata de pintura o barniz podemos usar un decapante químico. Es un producto que se aplica con ayuda de una brocha extendiéndolo por la superficie a limpiar. Se deja actuar el tiempo recomendado por el fabricante, hasta que la pintura o el barniz se levanten y se puedan retirar con ayuda de una espátula.
Otro método para decapar es usar una pistola de calor, que va ablandando la pintura o el barniz de forma que podamos retirarlos con la espátula.
Por último, si la capa de acabado es muy fina, podemos eliminarla con un buen lijado de la superficie, siempre teniendo cuidado de no excedernos para evitar daños.
Serrar, clave en los trabajos con madera
Los amantes de la carpintería saben que la sierra, ya sea circular o de calar, es una de sus herramientas imprescindibles. Serrar consiste en cortar una pieza en dos con una herramienta que lleva una hoja o un disco dentado. Además de madera, se pueden serrar otros materiales como plástico, aluminio, hierro, etc. Existen en el mercado numerosos modelos de sierra, más o menos grandes y complejas, para uso doméstico y para profesionales.
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Taladrar, el arte de hacer agujeros
Cuando digo que en todas las casas debería haber un taladro, es porque se trata de una herramienta que todos vamos a necesitar en un momento u otro de la vida y, además, con cierta frecuencia. Por eso, si no tienes uno es buena idea añadirlo a la lista de deseos para 2023, porque cuando menos te lo esperes tendrás que colgar una balda en la pared, un cuadro que pesa demasiado, o querrás construir un pequeño mueble de madera.
Sea como sea, la técnica de taladrar no es demasiado compleja, aunque la herramienta puede imponer un poco al principio. Para hacer un agujero en una superficie, ya sea esta de madera, yeso, metal, azulejo, etc., debes tener, además del taladro, una broca específica para el material que vas a agujerear. Estas son las claves para hacer un taladro perfecto:
- Coloca la punta de la broca en posición perpendicular a la superficie que vas a taladrar.
- Si se trata de una superficie delicada como los azulejos, pega un trozo de cinta adhesiva en el punto donde quieres hacer el taladro. De esta forma la broca no resbalará.
- Si vas a taladrar una pieza de madera, sujétala con sargentos a la mesa de trabajo para que no se mueva.
- Comienza a taladrar muy despacio al principio. Después puedes ejercer más presión.
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Unir piezas: atornillar, clavar y encolar
En el proceso de construcción de muebles, o en el montaje de los mismos, tendrás que unir diferentes piezas de madera o de otros materiales. Para ello se emplean diferentes técnicas como atornillar (la unión se hace mediante tornillos), clavar (se unen las piezas de madera con clavos) o encolar (mediante adhesivos adecuados).
Para ensamblar un mueble de madera, por ejemplo, se combinan distintas técnicas: puedes clavar las piezas y encolarlas, además, con cola blanca de carpintería y espigas de madera. Este tipo de adhesivos se seca en dos o tres horas y resulta bastante resistente.
En cuanto a los tornillos, existen diversos tipos en función del trabajo: de cabeza plana, con ranura plana o de estrella, de Allen, etc.
Un consejo: aunque todos contamos con uno o varios destornilladores en casa, conviene hacerse con un atornillador eléctrico, una herramienta sencilla y práctica que facilita la tarea cuando hay muchos tornillos que apretar.
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