Antes y después de un piso de 1945 en Valencia que mezcla lo moderno con notas 'retro'

¿Te adentras en esta reforma con imágenes antes y después? Se encuentra en la quinta planta de un edifico construido en 1945 y ubicado en la Gran Vía de la ciudad de Valencia. 168 metros cuadrados que se actualizan sin perder la esencia de su historia, con algo de guiño retro, modernidad y muchas texturas.

Una construcción singular

"Se trata de un edificio con estructura de pilares y vigas de hormigón. Los muros del núcleo de la escalera son muros de carga de ladrillo macizo. La tipología de esta vivienda es muy común entre los edificios de esta época, tiene forma rectangular, dando la fachada principal de la vivienda a la calle y la trasera a un patio de manzanas", explican los arquitectos de Boor Studio (https://boorstudio.com), encargados de la transformación.

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Antes de la zona de día

Aquí se ve el cambio que experimenta la zona de día. Antes la cocina era independiente y todo resultaba más pequeño y oscuro. Ahora, se derriban tabiques y reubican ambientes para hacer una zona de día espaciosa y luminosa, compartida con salón, comedor y cocina integrada con un gran cerramiento acristalado.

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Una zona de día de altura excepcional

La altura de 3 metros de los techos de esta vivienda y la decoración de molduras con vigas de hormigón, crean un ambiente muy personal a los que suma el mobiliario sencillo, de línea contemporánea, con algún guiño retro muy discreto. "El objetivo de este proyecto plantea convertir una vivienda típica de la Gran Vía en un lugar lo más atemporal posible, donde los espacios abiertos, su permeabilidad y la luz natural tuvieran gran protagonismo. Uno de los retos de este proyecto es invertir la zona de día y noche. La zona de día pasa a dar a la fachada principal, la cocina dialoga con el comedor-salón, ya que está semiabierta y dividida por una gran cristalera de hierro que se repite también en diferentes estancias de la vivienda para dotar de luz las máximas estancias posibles", explican desde Boor Studio. Este es el resultado tras la intervención del estudio en el espacio que comparten salón, comedor y cocina.

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Elementos muy especiales recuperados

En la reforma, se recuperaron elementos originales de la vivienda, "como las molduras y escocías de los techos, la gran altura de sus estancias, revestimientos clásicos y carpinterías con contraventanas de madera y radiadores de forja de hierro, rescatando así la esencia histórica que combina perfectamente con elementos con mucho carácter, como las vigas de hormigón vistas o las cristaleras de hierro con acabado industrial gris martelé", señalan desde el estudio.

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La cocina antes de la reforma

Este es el aspecto de la cocina antes de la intervención, con paredes que la delimitan, una zona de pequeña despensa y muebles en línea en madera.

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La distribución de la cocina: de gran capacidad

Ahora la cocina se abre a la zona de día y bebe de su luminosidad gracias a un cerramiento acristalado que recorre dos de sus paredes: la principal con puertas correderas y un lateral que comunica con el pasillo que lleva a las habitaciones y que también favorece la sensación de amplitud en esa zona de paso. En el interior se crea una distribución bien aprovechada con muchos muebles. Un frente de columnas en acabado blanco con espacio de almacenaje y electrodomésticos integrados. Otro contiguo, adosado a la pared que queda frente a las puertas de acceso, con módulos bajos y fregadero y placa de cocción, y se completa con una península con almacenaje y taburetes.

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Antes y después del pasillo

En este proyecto destaca el suelo de parquet de madera maciza colocado a punta Hungría (también conocida como Chevron) y tintado a propósito para esta vivienda. "Junto con las paredes blancas y un mobiliario e iluminación contemporáneos, se consigue el diseño atemporal que se pretendía desde un inicio", añaden. La colocación mencionada a punta Hungría, dispone lamas de la misma longitud colocadas en un ángulo 45 o 60 grados. No es lo mismo que la colocación en espiga, donde las lamas están colocadas en un ángulo de 90 grados. Aquí se ve la imagen antes y después del pasillo, que se aligera con puertas y cerramientos de cristal que comunican con las habitaciones. El largo pasillo cuenta con una balda que recorre toda su distancia, con función de librería y de decoración.

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Un baño antiguo y pequeño

Con instalaciones, techo a dos alturas, azulejos en color rosa y bañera. Nada tienen que ver los baños originales que encontraron los diseñadores al entrar en esta vivienda, con los resultantes tras su intervención.

Baños sencillos y personales

La vivienda cuenta con dos baños, uno de ellos integrado en el dormitorio principal. A este se accede desde el pasillo y hace las veces de baño de cortesía. Tiene ventana y bañera, todo en tonos claros (con el suelo de gresite) y muebles que en estas estancias ponen el sello retro. Estos son de Enola Muebles y personalizan con estilo y contraste en acabado madera.

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El acceso al dormitorio principal: vestidor y baño

Aquí se aprecia el original juego de las lamas del suelo entre dos frentes de armarios con puertas lisas lacadas en blanco. Es una zona de vestidor que se sitúa a la entrada del dormitorio principal. Este cuenta con un baño integrado al que se accede por una puerta corredera, que en este caso está decorada y abandona el listo total del vestidor.

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Dormitorio con jardín interior

En los dormitorios, los responsables de Boor Studio propusieron retranquear la fachada trasera mediante cristaleras para generar una jardinera alargada llena de vegetación y así crear nuevas vistas desde el interior más agradables. De esta manera, se crea un original oasis en las habitaciones.

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