Las fachadas ventiladas son técnicamente el mejor sistema para resolver la envolvente de todo tipo de edificios, viviendas incluidas. ¿Qué aporta esta ‘doble piel’? Grandes mejoras en la eficiencia energética, la impermeabilización y, hasta, la estética.
Para conocer en detalle los beneficios que proporcionan las fachadas ventiladas a las casas hemos consultado a Fernando Amutio, arquitecto en Moah (moah.es). En este proyecto su estudio reviste la segunda fachada (la visible) con piedra blanca.
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¿Qué es una fachada ventilada?
Se trata de un sistema constructivo con un comportamiento térmico excelente, por lo cual pensando en una arquitectura sostenible cada vez se utiliza más.
Martín Lejarraga, quien ha reformado esta casa en San Javier (Murcia) y ha instalado una fachada ventilada cuya cara exterior es a base de piezas cerámicas de gran formato, explica que en este sistema constructivo se dispone una cámara de aire entre el revestimiento exterior y el aislamiento, continuo en el plano de fachada, eliminando puentes térmicos y problemas de condensación. Es una solución que genera un ahorro directo en el consumo energético en el interior del hogar.
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Todas las ventajas de las fachadas ventiladas
Las ventajas técnicas y estéticas de las fachadas ventiladas son muchas y nos las resumen desde Moah:
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Mejora la eficiencia energética por varios motivos: en primer lugar (como ya hemos comentado), porque se eliminan los puentes térmicos. Porque mientras que en las fachadas convencionales hay puentes térmicos en puntos singulares, como cantos de forjado, huecos de ventanas, etc., con este tipo de construcción el aislamiento es continuo por el exterior y no queda interrumpido.
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Se mejora la impermeabilización. En climas en los que hay fuertes lluvias con viento, estas fachadas permiten colocar un primer ‘escudo’ al agua. Además, se puede colocar una lámina impermeabilizante adicional en la cámara ventilada que garantiza una estanqueidad total.
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Se mejora la estética. La cara exterior puede ser de muchos y variados materiales. Además en ellos no aparecen eflorescencias, manchas blancas debidas a las sales de los morteros. Como en este caso las piezas están ancladas mecánicamente sin mortero, no se pueden producir eflorescencias.
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Es compatible con cualquier sistema constructivo que se utilice para la hoja interior de la fachada.
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¿Cómo funciona la fachada cuando hace frío o bien calor?
La fachada ventilada se compone de tres partes: el aislamiento, la cámara de aire ventilada y la piel exterior. “El elemento principal contra el frío es el aislamiento. Al estar situado en el exterior, permite aislar toda la superficie del edificio sin que haya puntos fríos, como el encuentro entre la fachada y los forjados”, explica Fernando. Mientras que, al contrario, cuando hace calor, el aislamiento cumple la misma función que con el frío. En este caso: aislará del calor.
La fachada de esta vivienda passivhaus en Sant Andreu de la Barca (Barcelona) Arquima instala un revestimiento exterior de fachada formado por lamas de madera de abeto Douglas carbonizadas con combustión intensa, con una capa de aceite para evitar que destiña y pierda el carbonizado.
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Además, “la cámara ventilada y la piel exterior cumplen una función adicional que permite reducir el calentamiento del edificio”, prosigue. En las fachadas que están expuestas al sol, la piel exterior hace sombra a la hoja principal de fachada, evitando que esta se caliente. El calor que incide en la piel exterior se disipa a través de la cámara ventilada.
En este caso la fachada seleccionada por Arcworld es de la empresa guipuzcoana Ulma, el modelo ‘Stoneo Pure’ en color blanco que ofrece la apariencia y la textura de la piedra natural. El material se compone de áridos y materiales reciclados.
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Un sistema más costoso
La única desventaja de las fachadas ventiladas respecto a otros sistemas es que tienen un precio superior. “Esto es debido a que para sujetar el material de acabado hay que colocar una subestructura y a que requieren una mano de obra más especializada que una fachada convencional”, argumenta el experto.
¿De qué cantidad hablamos? Una valoración estricta requeriría concretar la composición completa de las dos fachadas que estamos comparando. En obra nueva, no se superpone una fachada ventilada a una fachada convencional, ya que cada sistema se diseña con diferentes capas.
Para simplificar, “vamos a considerar una composición habitual y que ambas fachadas tienen el mismo espesor de aislamiento y el mismo el mismo acabado exterior. Partiendo de esta hipótesis, el incremento de coste de una fachada ventilada respecto a una fachada convencional, puede estar en torno al 30 %”, afirma Fernando.
La particularidad de la fachada ventilada de esta vivienda en Griñón (Madrid) bautizada como Farol, ideada por Muka Arquitectura, consiste en que el exterior es a base de celosía cerámica (de la empresa familiar alicantina Cerámica La Escandella).
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De qué materiales puede ser la ‘piel’ exterior
En lo que respecta a materiales, estas fachadas permiten todo tipo de acabados.
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Cerámico: son fachadas muy duraderas, que no requieren ningún tipo de mantenimiento. Existen formatos que van desde 40 x 60 cm a grandes formatos de 100 x 300 cm.
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Piedra: de gran resistencia y características. Cuando la piedra es porosa, es conveniente aplicar un tratamiento hidrofugante para evitar que se manche o que aparezcan mohos.
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Fibrocemento: de grandes prestaciones. Tienen la ventaja de que son más ligeras que las anteriores.
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Madera: son fachadas muy atractivas estéticamente. El inconveniente es que, en exterior, requieren un mantenimiento regular (tratamiento con aceite o pintura). En la imagen en detalle la fachada de una casa gerundense en S’Agaró que apuesta por este material, también para la construcción de la vivienda.
Más opciones también colocadas de forma habitual encontramos metales, materiales de última generación (por ejemplo a base de cuarzo) o maderas sintéticas. Respecto a los formatos, pueden ser tan diversos como placas, chapas, listones, baguettes, tablero, paneles…
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Otras ‘pieles’ para nuestros hogares eficientes
Cuando hablamos de otras posibilidades de aislamiento en el exterior de la fachada, que eviten al máximo las pérdidas térmicas y al mismo tiempo aíslen bien del ruido, una de las más recurrentes es el sistema SATE (siglas de Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior), que consiste integrar una serie de capas aislantes de distintos materiales, eliminando así los puentes térmicos.
Sin tratarse de una fachada ventilada ni de un SATE, muy interesante también es apostar por una envolvente hecha con ladrillos autoventilados (como en este proyecto de Moah). “La ventaja de este sistema respecto al ladrillo convencional es que consigue reducir el sobrecalentamiento de la hoja interior”, detalla Fernando.
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Alternativas para aislar pero por el interior
La legislación actual en materia de eficiencia energética obliga a reducir significativamente las pérdidas de energía a través de los cerramientos, haciendo que el aislamiento exterior sea la alternativa más utilizada. No obstante, como señala el arquitecto consultado, en el caso de las rehabilitaciones, no siempre es posible aislar por el exterior, como ocurre en edificios protegidos o comunidades de vecinos que no quieren hacer obras. En esos casos tenemos dos alternativas, que detalla Fernando:
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Si no se quiere hacer reformas en el interior de la vivienda, se puede estudiar la opción de aislar en la cámara, aunque no siempre es posible (depende de cómo esté formada la cámara y la exposición de la fachada a viento y agua).
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En caso de que se planteen hacer obras en el interior, la alternativa más eficiente es hacer un trasdosado con aislamiento, es decir, aplicar por el interior de la fachada del edificio un aislamiento en la cámara de aire que forman las dos hojas de la fachada, para a continuación poner acabado por la cara interior con placa de yeso laminado o bien con fábrica de ladrillo.
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