Un piso de 1930 reformado que gana un altillo con zona de trabajo

Nos trasladamos hasta Valencia para descubrir este 'antes y después' de 2022 en una vivienda que se sitúa en una última planta de un edificio original de 1930. Este contaba con una estética anticuada y desactualizada que se transforma y aporta sorpresas, como el falso techo, que escondía una doble altura.

Salón de los años 30

Esta fotografía muestra el estado original de una vivienda que no conserva anda de lo que era. La transformación ha sido generosa y total. Nada queda de los espacios compartimentados y tabicados, de la altura convencional, de la falta de almacenaje y funcionalidad… Se partía de un piso con terraza y se crea una vivienda tipo loft con dos dormitorios, un baño, cocina abierta al comedor y salón, terraza y altillo con zona de trabajo.

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82 metros cuadrados con doble altura de techo en el salón

Ubicada en Valencia capital, este piso de 82 metros cuadrados se ubica en una esquina con el Paseo de la Alameda. El estudio de diseño de interiores Boor studio (https://boorstudio.com) se puso al frente de la transformación, junto a la Constructora MDF Construcción. La planta es rectangular y se organiza con una zona de día que queda en un extremo, cerca de la terraza que comunica con un patio trasero; y otra de noche que se orienta a la calle principal. La zona común con salón, comedor y cocina abierta, es un espacio amplio y luminoso que cuenta con doble altura.

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El gran descubrimiento: techo de doble altura

"Tras el derribo inicial en la obra se descubre toda una estructura de pilares y muros de carga de ladrillo macizo y las vigas de madera de mobila provenientes de Nueva Orleans (EEUU)", explican desde Boor studio, Borja Senabre, cofundador y director de proyectos; y Raquel Riau, cofundadora y directora creativa; y añaden: "Nuestra filosofía siempre persigue el rescatar todos los elementos, tanto estructurales como estéticos, preexistentes en el edificio, y en esta vivienda pudimos rescatar bastantes de estos elementos".

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Antes y después de la cocina-comedor

La vivienda que se encontraron los arquitectos y diseñadores de interiores de Boor studio era bastante pequeña y oscura, con varias habitaciones interiores. Así que uno de los objetivos principales de la reforma era lograr que la luz natural bañara la máxima superficie de la vivienda, y simplificar su distribución. Aquí se ve el espacio que ocupaba antes de la intervención la cocina, que ahora se ha convertido en el comedor. 

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Cocina con distribución en U

Un pilar en ladrillo visto marca el límite de la superficie de la cocina, que se organiza con una distribución en forma de U. Todo en blanco con detalles en madera en tiradores, un estante corrido junto a la campana, que alcanza el comedor o el revestimiento del estante abierto que queda junto al horno; enlaza con el resto de la decoración, con predominio de estos dos acabados (madera y blanco). La cocina queda así abierta al salón-comedor.

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¿Cómo se descubre el altillo?

"El día que fuimos a ver el piso hicimos varias catas en las que descubrimos el ladrillo visto tan típico de estas construcciones. Al romper parte del falso techo nos dimos cuenta de que ocultaba la cubierta de madera y rasillas cerámicas a dos aguas del edificio. El estado era bueno y la viga central estaba marcada con la palabra Higgins, una empresa de New Orleans que exportaba mobila desde EE.UU a Europa a principios de siglo", detallan con entusiasmo desde Boor studio. Tras ese hallazgo se empezó a diseñar cómo sería el nuevo piso y su distribución, ya no en planta, sino en sección, ganándole el altillo. Esa doble altura la disfruta la zona de día, donde los espacios son más amplios. "No se la proporcionamos a los dormitorios, puesto que no son especialmente grandes y dejar la altura total podría resultar desproporcionado, rompiendo la armonía del diseño", añaden. Además, en la decisión intervino el factor aislante, ya que una cubierta vista no aísla bien del exterior y en las habitaciones se primó el confort.

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Antes y después del acceso al altillo

Durante la ejecución de la obra, que duró alrededor de 6 ó 7 meses, Boor studio se encontró con un imprevisto. Antes de cerrar los falsos techos y tras una fuerte lluvia, se apreciaron goteras en la cubierta. Debido a esto, la obra tuvo que estar más de un mes paralizada, mientras una empresa especializaba solucionaba el problema. Aquí se muestra el punto en el que se crea una ligera escalera adosada a la pared como acceso al altillo. Combina una primera parte de escalones revestidos con baldosas y, a continuación, los escalones volados sobre un eje central. Todo en blanco. Debajo, un mueble a medida en acabado madera, que continúa en el diseño principal del salón (este mueble guarda un secreto, ya que permite ocultar un poyete que lleva la bajante hacia el baño).

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Los materiales y acabados de este proyecto

La vivienda aprovecha los elementos originales, siento el ladrillo visto y la madera en el techo lo más destacado. A esto se suma más acabado madera pulido en el suelo y diseños de algunos muebles a medida. "Se diseña una vivienda con materiales limpios y naturales, donde predomina el color blanco y los tonos suaves en todos los materiales: pavimento, alicatado, mobiliario y carpinterías, de esta forma se consigue que destaquen los elementos originales recuperados de la vivienda", matizan desde Boor studio. El mobiliario escogido, en su mayoría de Teulat, es sencillo y los espacios cuentan con una iluminación cuidada.

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El altillo convertido en zona de trabajo

El altillo que se ha ganado gracias a la doble altura del techo descubierta en la intervención mira hacia el salón. La misma mesa de trabajo hace las veces de barandilla y límite de la superficie del altillo. Aquí predomina el ladrillo visto y las vigas de madera del techo.

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Soluciones estéticas y prácticas

Esta imagen muestra el pasillo por el que se accede a la zona de día. Desde este mismo punto, mirando al lado contrario, se encuentran los dormitorios. La puerta corredera que queda a la derecha de la imagen da acceso al único baño de la vivienda. Y frente a este acceso, un frente de armarios con puertas blancas y tiradores en madera, que continúa con el mobiliario de la cocina, en el mismo acabado.

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El dormitorio principal antes de la reforma

Así era la habitación principal. En la imagen se aprecian dos puertas, una que comunica con el pasillo -que ahora estaría decorado con el frente de armarios en blanco y madera; y otra que se ha transformado en un vestidor.

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El nuevo dormitorio principal con vestidor

De nuevo, blanco, madera y ladrillo. La decoración de este espacio resulta sosegada y rica en matices. El protagonismo lo tiene el ladrillo visto de la pared del cabecero, al que se suma un revestimiento en liso -color blanco- en el que se apoya la cama y sirve para integrar los mecanismos de la luz. Se derriban tabiques originales para crear un vestidor oculto tras una cortina, de manera que únicamente se mantiene el tabique de entrada a la estancia con puerta en color blanco.

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El baño antes de la reforma no ocupaba la posición actual

Uno de los retos en este proyecto del estudio valenciano encargado de la obra fue trasladar el baño, que en su origen estaba en la terraza, donde también se encuentra la bajante del edificio. "Hubo que diseñar un poyete desde la bajante al baño, que nos sirvió de mueble de televisión", descubren.

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El nuevo cuarto de baño con una ducha en tono verdoso

En este ambiente están presentes el color blanco, la madera y el ladrillo visto, aunque todo se anima con el suave tono verdoso de la baldosa que reviste la zona de la ducha y la hornacina de la pared.

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