Desde libros hasta figuras decorativas pasando por plantas, velas y marcos de fotos. Son tantos y tan variados los objetos que acogen las baldas de las estanterías que, en muchas ocasiones, el caos se apodera de ellas. Para evitarlo, es importante cuidar qué poner y cómo colocarlo, ya que de lo contrario nuestra estantería, más que ayudarnos a mantener el orden, se convertirá en un foco de ruido visual. Esto no quiere decir que tengamos que renunciar a las valiosas zonas de almacenaje que nos ofrecen librerías y estanterías, sino que debemos buscar un equilibrio entre orden y estética, o lo que es lo mismo colocar los objetos de manera decorativa. Y aquí te vamos a contar cómo hacerlo.
La clave está en el equilibrio
No nos engañemos: la estantería es un mueble funcional, cuya principal finalidad es solventar la escasez de zonas de almacenaje de una estancia, ya sea el salón o el dormitorio. Precisamente por eso, es muy tentador llenar sus baldas de todo tipo de objetos, sin cuidar ni el qué ni el cómo. Esta es la primera lección una decoración con éxito: no hay que sobrecargar la estantería, pero tampoco tiene que verse vacía o desangelada. Procura repartir el peso visual, es decir, evita poner los libros u objetos más voluminosos juntos, deja que “respiren”. También es importante que el look de la estantería siga la misma línea decorativa del espacio donde se encuentra. Sobre estas líneas, estanterías de roble y acero de La Redoute Interiéurs.
LIbros bien organizados
Existen muchas fórmulas para agrupar los libros y crear un conjunto armónico. Quizás la más decorativa sea recurrir al color de las portadas y dejar que cada una de las tonalidades gane peso. Pero ¿qué pasa si tu colección de libros es de lo más colorida? En este caso, puedes forrarlos con papeles en los tonos que desees, eso sí, sin abusar, o pasar de la gama cromática y colocarlos de una manera funcional por tamaños o temáticas. Esta estantería es un diseño de Luzio Store.
Propuesta monocromática
Hace unos años empezó a ponerse de moda el hecho de colocar los libros al revés, es decir, con las hojas a la vista y no los lomos. Una idea poco práctica, pero sí muy efectiva para crear sensación de orden y armonía, especialmente cuando los ejemplares son de muchos colores diferentes.
Sea cual sea la forma que elijas para colocar los libros, lo ideal es alternarlos con objetos decorativos que den dinamismo. Eso sí: si te apuntas a la tendencia de esconder los lomos de los libros, procura escoger los adornos en colores naturales muy suaves como blancos, beis o tostados. Y si no, juega con dos o tres colores distintos, no más. Este salón pertenece a un proyecto de interiorismo de Portobello Street.
Crea bodegones
Si eres de los que cada vez tienes más libros electrónicos y menos de papel, corres el riesgo de que tu estantería se quede algo “triste” y pierda interés visual. Para evitarlo, crea pequeños bodegones de adornos siguiendo la regla del tres, y repártelos por las baldas de tu estantería. Está demostrado que las composiciones con números impares, especialmente con tres elementos, resultan más atractivas al ojo, ya que crean conjuntos simples, bellos y llenos de armonía. No temas mezclar todo tipo de objetos (jarrones, marcos, figuras decorativas, alguna plantita…), pues de este modo te asegurarás contar con formas, materiales y alturas diferentes.
Esta estantería es un diseño a medida de la interiorista Pia Capdevilla, responsable del proyecto de reforma de la vivienda.
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Añade elementos vegetales
Entre tus libros y la selección de adornos elegidos con mimo, no puede faltar, al menos, una planta como si de un elemento decorativo más se tratara. Además de poner el toque verde, las plantas aportarán nuevas texturas, contribuirán a despertar el interés por el conjunto y purificarán el aire.
¿Sabes qué plantas quedan genial en las baldas de una estantería? Desde pequeños cactus y crasas hasta especies colgantes como la que se colocó en este modelo de la firma Pacini & Cappellini.
Esconde los elementos menos bonitos
Fíjate como objetivo que nada afee el resultado final. Así que, si vas a aprovechar la estantería para guardar papales, facturas o documentos, agrúpalos primero en carpetas o archivadores –importante: que sean todos del mismo color–, y colócalos en las baldas inferiores. Cajas y cestas también te resultarán de gran ayuda para guardar pequeños objetos poco estéticos. Sobre estas líneas, estantería Billy de IKEA.
Coloca objetos que tengan cierta presencia
Otra idea para decorar la estantería es alternar los libros con jarrones, esculturas o cuadros que tengan un tamaño proporcional a las dimensiones de los estantes. Si tiendes a acumular objetos pequeños, el espacio parecerá desordenado. Por eso, lo ideal es agruparlos, bien en bandejas, bien en cajas o cestas del mismo estilo y material. Sobre estas líneas, estantería de madera de roble de la marca Ethnicraft.
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Juega con la geometría
Para que tu librería proyecte una imagen más dinámica y atractiva, no pongas todos los libros en vertical. Reserva algunas baldas o estantes para colocar cuatro o cinco libros apilados. Y si no son del mismo tamaño o longitud mejor: lograrás un look muy moderno y ordenado. La estantería que ves sobre estas líneas pertenece a la serie Flat.C de B&B Italia.
Aprende a iluminar la estantería
Contar con una buena iluminación es requisito indispensable para poder consultar un libro por la noche sin necesidad de forzar la vista. Pero además, te ayudará a crear sorprendentes efectos decorativos. Para ello, tienes a tu disposición una gran variedad de opciones: desde lámparas de pinza hasta puntos de luz montados sobre un raíl y orientados hacia el mueble pasando por apliques o focos colocados sobre la estantería, como hizo la interiorista Raquel González en este salón.
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Lo último, librerías retroiluminadas
Una iluminación a base de tiras de LED integradas en los estantes de la librería te ayudará, no solo a encontrar el libro que buscas y destacar los objetos decorativos que tengas en las baldas, sino también a crear una atmósfera cálida y agradable en a estancia. Además, su instalación es muy sencilla, consumen menos energía que las bombillas incandescentes y emiten poco calor, por lo que se pueden utilizar en espacios reducidos. La librería que aparece sobre estas líneas es un diseño que Marta Labrador creó para Casa Decor.