¿Necesitas un arbusto de porte elegante y bellas flores para tu jardín? La dafne (Daphne odora) puede ser la planta que estás buscando. No tendrás que esperar mucho para ver cómo brotan sus capullos y botones florales, y cómo se convierten poco después en bellas flores de color rosa. Descubre a continuación cómo has de cuidarla.
Una planta agradecida
Si hay una virtud que se le puede otorgar siempre a la dafne es que no es nada exigente con los cuidados que requiere. Se trata de una planta resistente y fuerte, que no te costará mucho esfuerzo mantener en plena forma. Esta característica ya es una buena razón para decidirse a cultivarla, pero no es la única.
Existen en torno a 70 especies dentro del género Daphne, una planta de la familia de las Thymelaeaceae, que puede alcanzar más de 1 metro de altura. Originaria de China, algunas variedades son de hoja caduca y otras de hoja perenne.
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El aroma de sus flores
La floración de la dafne es uno de los mayores alicientes para cultivarla ya que es muy bella y, además, aparece a mediados de la estación fría, entre los meses de enero y marzo.
Las flores son pequeñas, de cuatro pétalos, y se agrupan en racimos. Suelen ser de color rosa, pero también las hay blancas. Una de las características de las flores de la dafne es su intenso y rico aroma, que inundará tu jardín.
Las plantas del género Daphne presentan un fruto en forma de baya que resulta tóxica; debes tenerlo en cuenta para evitar que los niños pequeños o las mascotas las ingieran.
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¿Dónde puedes plantar la dafne?
Como es una planta rústica y resistente crecerá en cualquier parte del jardín, pero lo que realmente le gusta es un lugar a pleno sol o, mejor aún, con sombra parcial en algunas horas del día, aunque esto puede cambiar ligeramente de unas variedades a otras. En general, a la dafne le gusta la luz directa.
Sin embargo, tendrás que ser mucho más cuidadoso a la hora de elegir el terreno donde plantarla, porque no soporta los encharcamientos. Necesita un suelo con un buen drenaje.
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Resistente al frío y al calor
Una de las características de la dafne es que se trata de una planta rústica que soporta temperaturas muy bajas en invierno, de hasta -8º C, y altas en verano.
No tendrás que preocuparte mucho por ella, aunque si vives en una zona de inviernos muy rigurosos es buena idea que hagas un acolchado o mulching. Cubre el suelo alrededor de la planta con mantillo para proteger las raíces.
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No te pases con el riego
La dafne es una planta que soporta una escasez de riego ligera. En realidad, prefiere estar con poca agua que tener el sustrato encharcado, ya que esto le hace mucho daño. Por eso regarla se convierte en el cuidado más complicado que has de darle a la dafne. Sé precavido y riégala con moderación, esperando a que la tierra se seque del todo antes de volver a ponerle agua. Así darás con la frecuencia de riego correcta para ella.
Por otro lado, se trata de una planta acidófila, es decir, necesita que las riegues con agua ácida y no alcalina. El ph del agua debe estar entre 4 y 6. Si en la zona donde vives el agua tiene mucha cal, puedes tratar de bajar el pH con unas gotas de zumo de limón o de vinagre.
Un consejo: reduce ligeramente el riego de tus dafnes en verano y eso estimulará el crecimiento de las flores.
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El mejor sustrato y cómo abonarla
Esta característica especial de la dafne, el hecho de que se trate de una planta acidófila, no solo determina el riego, sino también el tipo de sustrato que hay que proporcionarle.
Necesita un sustrato ácido con un pH entre 4 y 6, al igual que el agua de riego. Si el pH del suelo es más alto, las hojas de la planta se irán poniendo amarillas, lo que refleja un déficit de hierro o clorosis férrica. Para corregirlo tendrás que añadir quelatos de hierro a la tierra.
En cuanto al abono que necesita la dafne, este ha de ser también específico para plantas acidófilas. Hazle un aporte cada dos semanas en primavera y verano para mejorar la floración.
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¿Quieres multiplicar tu dafne?
Si tienes una dafne preciosa en tu jardín y quieres multiplicarla, puedes hacerlo sin problemas porque se trata de una tarea sencilla. Tendrás que hacerlo por esquejes cuando llegue el verano. El procedimiento es el siguiente:
- Corta una rama de la planta que mida unos 30 cm. Hazlo con unas tijeras grandes de podar o una sierra pequeña, ya que los tallos de la dafne son fuertes y leñosos. Desinfecta previamente la herramienta con alcohol.
- A continuación, impregna la base del esqueje con hormonas de enraizamiento, que le ayudarán a prender en la tierra.
- Planta el esqueje en una maceta con sustrato para plantas acidófilas. Riega y coloca la maceta en el exterior en semisombra.
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Cómo cultivarla en maceta
La Daphne odora es una planta de exterior que soporta muy bien las temperaturas invernales y también el calor. Puedes plantarla en el suelo del jardín, pero también en una maceta, lo que te permitirá trasladarla de un lugar a otro.
El único requisito que tendrás que observar es cambiarla a una maceta mayor cuando vaya creciendo. Además, es muy importante que vigiles el riego para no excederte.
Un consejo: las dafnes que se cultivan en contenedor necesitan más cantidad de abono que las que están en el suelo.
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Una planta con buena salud
Muy resistente al ataque de los insectos dañinos, la dafne no es especialmente sensible a las plagas, aunque no estará de más que la protejas en primavera con un insecticida ecológico utilizado de forma preventiva, como el jabón potásico, por ejemplo.
Más cuidado debes tener para evitar la pudrición de las raíces, un mal que sí afecta a la dafne con mayor frecuencia, especialmente si hay exceso de riego o mucha humedad. Si ves signos de pudrición, vigila los aportes de agua y redúcelos. Es muy importante evitar que se encharque el terreno.
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