Pocos jardines reúnen tanta belleza en primavera como aquellos en los que abundan las rosas. Sea cual sea el color o la variedad, sus increíbles colores y su perfume intenso es un valioso aliciente para seguir cuidándolos como necesitan. Y, entre las atenciones que requieren, la poda es fundamental. Aquí tienes algunas recomendaciones que te ayudarán a podar tus rosales en otoño.
Belleza y color
Los rosales son plantas de suma importancia en cualquier jardín. Dada su enorme variedad (existen cerca de 30.000 especies diferentes) se adaptan a todos los entornos, sea cual sea el estilo y el tipo de paisajismo. Hay rosales silvestres y otros más formales, los hay antiguos y modernos, arbustivos o trepadores, etc.
Sean como sean tus rosales, lo que importa es que les proporciones los cuidados adecuados. Además de regarlos y abonarlos, es conveniente podarlos de vez en cuando.
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¿Por qué es buena idea podar los rosales?
La poda tiene numerosos beneficios para las plantas en general, y para los rosales en particular. En el caso de estos arbustos tan especiales y decorativos, una poda adecuada influirá en su salud, en su estado y su forma, así como en la cantidad y calidad de sus flores.
Podar los rosales ayuda a fortalecer su estructura, lo que mejora su estado de salud y alarga su vida. Es una buena manera de revigorizar la planta, lo que hace que estén más fuertes para resistir mejor ciertas enfermedades que les pueden afectar. Además, la floración también mejora con la poda. Por todos estos motivos, es unas de las tareas que debemos agendar en nuestro calendario de jardinería.
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Una poda de retoque
Podar es una tarea que puede realizarse de diversas maneras y en distintas épocas del año. Los rosales necesitan diferentes podas en función del tipo de planta y una de ellas es la poda de retoque. Esta se realiza en otoño y sirve para ayudar al rosal a prepararse para el invierno que se avecina. Su objetivo es preparar la planta para el frío favoreciendo su hibernación.
Para llevar a cabo esta tarea de forma correcta es importante esperar a que se produzca la primera helada del otoño. Es la forma de asegurarnos de que el rosal ha detenido su crecimiento vegetativo. Si no esperas a esta primera helada puede ocurrir que la poda haga rebrotar la planta y que estos nuevos brotes mueran después con el frío.
La poda de retoque es una poda ligera. Bastará con cortar un tercio de la longitud de las ramas, en especial las del centro del rosal.
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Podar para mantener la forma
Otro de los objetivos de la poda otoñal de los rosales es el de mantener la forma y el porte que tienen, controlando su crecimiento. Esta poda de mantenimiento es adecuada para todo tipo de rosales, ya se trata de rosales pequeños o de especies trepadoras. Debes realizarla después de la floración.
- Corta todas las ramas secas o enfermas, así como las débiles o las que tenga un aspecto enmarañado o alguna herida.
- También debes cortar los chupones, es decir, aquellos tallos que no producen flores y que compiten con las otras ramas por los nutrientes del suelo y el agua. Suelen tener hojas de un verde más claro y bastantes espinas.
- Elimina las ramas viejas según vayan naciendo otras nuevas que tendrán más yemas y darán más flores. Es la manera de rejuvenecer el rosal.
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Rosales fuertes y vigorosos
A la hora de cultivar rosales en tu jardín todos queremos que nuestros ejemplares estén sanos, fuertes y vigorosos. Sin embargo, el vigor de estas plantas depende de varios factores: del tipo de rosal, de la forma de cultivo, del clima, etc.
Puedes lograr rosales con un vigor adecuado mediante la poda, aunque la tarea tiene su dificultad. Si no podamos el rosal, este envejecerá y los brotes serán débiles y las flores pequeñas. Y si lo podamos en exceso, los brotes serán muy vigorosos pero darán pocas flores (aunque más grandes).
Para encontrar el equilibrio fíjate bien en el estado de tus rosales. Los más envejecidos necesitan estímulo y una poda grande que elimine vegetación del centro de la planta, sobre todo. Por el contrario, los más vigorosos requieren de una poda más suave para inducir la floración.
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Así puedes pinzar las flores marchitas
Otra faceta de la poda que es importante llevar a cabo es la de pinzar (o cortar) las flores que se van marchitando. Eliminar estas rosas pasadas cuanto antes es un requisito fundamental si quieres que tus rosales sigan produciendo flores. Cuando vayas a hacerlo asegúrate de cortar las rosas a la altura de una hoja. Si las flores están en ramillete tendrás que eliminarlo entero.
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Recortar los rosales arbustivos
Aunque la poda es un cuidado general que beneficia a todos los rosales, es cierto que no todos los tipos o especies la necesitan de la misma manera o con la misma frecuencia.
Para podar los rosales de tipo arbustivo es importante esperar a que las plantas tengan entre dos y cuatro años de vida. Una vez hayan cumplido esa edad, hazles una poda ligera de mantenimiento tras la floración que les ayude a mantener su porte natural. Elimina las ramas viejas y recorta el resto.
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Cómo podar los rosales trepadores
Los rosales trepadores son un tesoro en el jardín que te ayuda a adornar con naturalidad y estilo una fachada, una valla o una pérgola, creando rincones de gran belleza. Se deben podar después de la floración y antes de que comience el invierno, con el objetivo de controlar su tamaño.
Un consejo: si las ramas de tus rosales trepadores están muy fuertes y rígidas, conviene que las guíes antes de que se vuelvan demasiado leñosas.
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La mejor técnica de corte
La manera en que podamos los rosales también influye en los resultados. Toma nota de estos consejos que te servirán para hacerlo como un jardinero profesional.
- Para empezar, protege tus manos con guantes. Te ahorrarás molestos y dolorosos pinchazos.
- Haz siempre cortes limpios, sin desgarros. Esta es la clave para que tus rosales sufran lo menos posible.
- Los cortes deben ser oblicuos, en un ángulo de 45º, y un centímetro por encima de la yema.
- Elige las tijeras en función del grosor de las ramas: de bypass para ramas finas y de yunque para las más duras. Si lo necesitas, también puedes utilizar un serrucho o sierra adecuada.
- Recuerda que las herramientas que utilices deben estar muy limpias. Pásales un paño humedecido en alcohol para esterilizarlas.
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