Primavera es la estación florida y en verano también son muchas las plantas que nos deleitan con sus flores, sin embargo, con la bajada de temperaturas y la llegada de más lluvias posteriores, la situación es bien distinta. Pero no con los agératos o damasquinos (Ageratum), una variedad con una floración duradera que alcanza hasta el otoño. Por cierto, un consejo, prolongarás su floración si eliminas las flores marchitas enseguida.
Esta pequeña planta ornamental (como máximo alcanza los 50 cm de altura) es muy apreciada en paisajismo por sus abundantes flores de efecto pomposo, por lo que se suele utilizar para dar volumen empleada en bancales o ribetes del jardín y también en maceta, en soleados balcones, terrazas o patios.
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Belleza perecedera
El agérato es una planta perenne en sus países de origen (México y Perú), no obstante, dado que no resiste el frío excesivo, aquí se la emplea como anual, puesto que no se siente cómodo a partir de que las temperaturas bajan de los 4° C. Quizá el clima subtropical de Canarias permita su cultivo en jardines como vivaz.
El género incluye más de 60 especies, siendo la más empleada en jardines la variedad Ageratum houstonianum, cuyas plantas pueden presentar flores en colores rosa, azul lavanda o blanco, siempre tupidas y hermosas.
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Atrae a los polinizadores
Se trata de una planta melífera, lo que se traduce en que sus flores producen néctar, atrayendo así a mariposas y a otros insectos, aparte de pájaros. Con ello, no solo estarás consiguiendo un ambiente exterior rico en biodiversidad sino que favorecerás la polinización.
¿Sabías que las distintas especies polinizadoras tienen sus preferencias en cuanto al color de las flores? Mientras que las abejas se decantan por las azules, blancas y, amarillas; las aves, por su parte, se sienten atraídas por las tonalidades rojizas, naranjas y, de nuevo, blancas.
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¿Dónde ubicar el agérato?
Sí, es una planta ‘friolera’ pero, ¿qué tal lleva el calor? Pues es una gran amante del astro rey, no temas por situarla a pleno sol, pues es como se siente más cómoda. Mientras que con temperaturas cálidas también podrá crecer en zonas en semisombra. En todo caso, búscale un emplazamiento protegido del viento.
Como se encuentra igualmente a gusto en contenedores, en tu terraza o balcón si la tienes en maceta puedes ir cambiando su posición para que al menos reciba unas horas de rayos solares al día.
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La importancia del drenaje
A pesar de que el agérato se adapta a cualquier tipo de suelo, prefiere aquellos que sean fértiles (con algo de materia orgánica) y, sobre todo, necesita que se encuentre bien drenado. Por ejemplo, una buena mezcla es la de tierra con arena.
Lo mantendrás más sano y fuerte con un aporte de nutrientes a base de abonos líquidos, aplicados cada 15 días en el agua de riego desde primavera hasta que termine su periodo de floración que, en algunas variedades, puede extenderse hasta el otoño.
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No te olvides de sus riegos
Es una planta poco exigente en sus cuidados, aunque sí demandante de agua, por lo que precisa riegos frecuentes y no abundantes. Insistimos, el suelo debe estar bien drenado para evitar pudriciones y mantenerse ligeramente húmedo en todo momento.
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Multiplicación
La multiplicación del agérato se realiza preferentemente por semilla. La mejor época para sembrar es entre enero y marzo (cuando las temperaturas no bajen de los 2º C por esa época).
Procúrale un suelo bien drenado y mantén la humedad del sustrato, regando dos veces por semana. En la imagen vemos su estado de plántula; una vez alcance los 10 cm de altura, puedes trasplantarla. Sitúa cada agérato a 30 cm del nuevo ejemplar, así conseguirás una mata densa y vistosa.
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Cuida de su salud
Estas plantas pueden ser atacadas por varios animales, especialmente la araña roja y el pulgón. Para luchar contra la primera, lo más efectivo es pulverizar con acaricida. Eliminarás el pulgón con tratamientos ecológicos, tales como el purín de ortigas y el jabón potásico.
Otros de sus enemigos habituales son los trips y la mosca blanca.
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¿Más cosas para mantener la planta perfecta? Te recomendamos que cortes los tallos más altos, de este modo prevendrás que se doblen por efecto del viento. Evitar encharcamientos por el riego también será vital para la salud de tus agératos. Además, te reiteramos que si vas cortando las flores marchitas lograrás potenciar (y alargar) su ya de por sí extensa floración.
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