Cómo elegir el color para el sofá del salón: todas las claves para acertar

El sofá es el elemento central del salón. Todo gira en torno a él y, por tanto, elegirlo es una cuestión de máxima relevancia. Ha de ser cómodo y decorativo y, por supuesto, tener el color adecuado.

Pero… ¿cuál es dicho color? ¿Qué tono es el mejor para el sofá de nuestro salón? La respuesta a estas preguntas no es fácil, pero aquí tienes algunas claves que te ayudarán a desentrañar el misterio.

Una decisión meditada

No todos los días se compra uno un sofá nuevo. Por eso, cuando lo hagas, debes estar segura de haber elegido la mejor opción.

Cuando tenemos que decidirnos por un sofá para el salón, el primer criterio a tener en cuenta debe ser la comodidad. Por muy decorativo que sea, aceptar un sofá incómodo no es una buena idea. Además de contar con un diseño que nos guste, este mueble ha de ofrecer el confort adecuado para que podamos disfrutarlo al máximo.

Una vez escogido el modelo de sofá llega el momento de elegir la tapicería: el tejido y el color. Opta por un color que te guste y que armonice con el resto de los muebles y la decoración. Si los muebles son discretos puedes decidirte por un sofá estampado o de un color intenso. De lo contrario, es mejor ser más sobrios y moderados. En la foto, el modelo Shinto, de Domkapa, es modular y muy versátil, capaz de adaptarse a cualquier ambiente.

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El punto de partida es clave

No es lo mismo comenzar a decorar un salón eligiendo el sofá, que comprar este mueble para sustituir al viejo que ya necesita un cambio. Si todavía no has comprado los muebles del salón, puedes empezar por decidir qué sofá quieres e ir decorando todo el espacio a partir de él.

Sin embargo, cuando se tratar de renovar el sofá determinar qué color es el adecuado es más complicado. En este caso necesitas un sofá que complemente la decoración que ya tienes: puede que no vaya a ser el protagonista del espacio, pero tampoco conviene que pase desapercibido.

Apuesta por la armonía y el equilibrio: el sofá Elvis, de Maisons du Monde, tapizado en terciopelo verde, es el complemento ideal en el salón luminoso de la foto.

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Los tonos claros y luminosos

Los sofás blancos o gris claro son perfectos para salones pequeños, ya que aportan una mayor sensación de amplitud. Son muy decorativos y elegantes, pero no todo son ventajas. Estos colores presentan el inconveniente de ensuciarse con facilidad, por lo que no son nada recomendables si tienes niños pequeños o mascotas en casa.

A no ser que quieras cubrirlos con fundas, será complicado mantener limpio un sofá blanco en estas circunstancias. El modelo de la foto es el sofá modular Sugar, de Caffe Latte, tapizado en un tono muy luminoso. En cualquier caso, y aunque el desgaste también será más evidente en sofás claros, hoy existen tejidos con prestaciones tecnológicas sorprendentes. Opta por tapicerías con tratamiento antimanchas que sean fáciles de limpiar, o modelos desenfundables que puedas lavar en casa.

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¿Crear contrastes o integrarlo en el espacio?

Esta cuestión es relativamente difícil de responder, ya que entran en juego las preferencias personales que, al fin y al cabo, es lo que debe guiarnos al final. En teoría lo más adecuado es favorecer ciertos contrastes de color.

Si el suelo de tu salón es oscuro, quedará mejor un sofá claro, aunque existen otras formas de aportar luz: puedes colocar una alfombra en un tono tenue, por ejemplo.

Lo mismo sucede con el color de la pared, con distintas opciones para elegir. Integra el sofá eligiendo un tono similar al de la pared, o haz que destaque mediante el color.

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La versatilidad de los colores neutros

Si un sofá de color blanco no es para ti una opción a tener en cuenta, puede que los tonos neutros sí lo sean. Este tipo de colores, con gamas más variadas de lo que pueda parecer, son fáciles de integrar en cualquier salón y su mantenimiento y limpieza son bastante mejores.

Se abre ante ti un delicado panorama de tonalidades beige, grises, arena, topo, etc. El gris, por ejemplo, es una alternativa elegante y muy actual. De los grises claros o medios al antracita y los grises más oscuros, tienes muchos tonos para elegir. Los colores neutros y oscuros aportan profundidad y equilibrio al espacio.

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Cuándo conviene apostar por un sofá negro

¿Necesitas un sofá clásico y elegante para tu salón? Un modelo de color negro puede que sea lo más adecuado, sobre todo si el espacio es amplio y luminoso. En un salón grande un sofá negro no oscurecerá el ambiente. El negro es un color perfecto para sofás de piel que, además, son fáciles de limpiar. Puedes combinarlo con paredes y muebles de colores más claros. En la foto, el sofá Bergmann de My Furniture, de estilo chester, está tapizado en terciopelo negro.

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Un sofá azul marino

El azul marino es un color oscuro y profundo capaz de insuflar una buena dosis de elegancia a tu salón si lo eliges para el sofá. Como el modelo Casper, de Sweetpea&Willow, en la imagen. Sus líneas rectas al más puro estilo Mid Century Modern se complementan con la tapicería lujosa en terciopelo azul.

En cualquier caso, y a pesar de ser un color superdecorativo, es conveniente tener en cuenta ciertas claves para utilizar el azul marino de forma adecuada. Elige un sofá de ese color si las paredes son blancas o de un tono neutro y claro. Después añade complementos en otros tonos: funcionan bien los cojines, mantas o alfombras en azules más tenues.

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Los tonos más llamativos

Azul turquesa, amarillo mostaza, un rosa intenso… Los colores brillantes también pueden ser una buena idea a la hora de elegir el sofá del salón. Todo depende del resto de la decoración.

Los tonos llamativos van mejor en salones amplios. El sofá se convertirá en el protagonista del espacio, atrayendo todas las miradas. Sirva como ejemplo el gran sofá de la foto: el modelo Lansdowne, de Sweetpea&Willow, en color azul turquesa. La clave es combinarlo con elementos de colores más neutros y sobrios para lograr cierto equilibrio.

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Combinaciones certeras

No todos los asientos del salón han de ser de los mismos tonos. De hecho, la clave del éxito está en crear combinaciones que funcionen, incluidos los tonos más atrevidos y los estampados.

Juega con las butacas, si incluyes alguna en tu salón. O con los cojines, que son un complemento perfecto para aportar armonía (o contrastes atrevidos) y que, además, resultan fáciles de sustituir. Las tapicerías de las sillas o las cortinas son otros textiles que entran en juego para equilibrar o, por el contrario, añadir dinamismo a los colores del salón. El sofá Montparnasse Skirted, de Mind The Gap, hace gala de un diseño clásico y de una tapicería de rayas de lo más original. Un sofá diferente para un salón a tu estilo.

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