Las reglas de oro para iluminar la habitación infantil

Las habitaciones infantiles tienen dos caras: son el centro de actividades como juegos, lecturas y estudios durante el día, pero, por la noche, se transforman en el lugar para el descanso donde conciliar un plácido sueño. Para compatibilizar ambas funciones, la iluminación de este cuarto tan versátil (que pocas veces solo hará de dormitorio) debe mimarse al detalle y, sobre todo, no tiene que dejarse para lo último en la decoración. Estos son los mejores consejos para no equivocarte y conseguir una ambientación llena de una acogedora claridad.

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Aprovecha al máximo la luz natural

Para evitar tener que recurrir muchas horas a la luz artificial, algo que agota la vista y además resulta más costoso a nivel energético, aprovecha bien los rayos solares. Lo más inteligente es situar la zona de actividad junto a la ventana y, siempre que se pueda, la de sueño, lo más alejada de ella, como hace en este dormitorio RQH Studio. Además, al apostar por un mobiliario blanco, la claridad se propaga y llega hasta el último rincón de la estancia.

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¿Por qué iluminar con varios puntos de luz?

Apostar tan solo por una iluminación general será insuficiente dado que, como hemos comentado, el espacio es multifuncional y tendrá que incorporar más luminarias en función de las distintas actividades.

La luz general puede lograrse con lámparas de techo o bien focos empotrados en el techo, la ambiental, por ejemplo, con apliques de pared. Por último, coloca luces puntuales para la lectura o la zona de estudio, con un flexo.

En este dormitorio infantil de inspiración selvática, un punto de luz que emite una claridad muy suave (un quitamiedos), reproduce a una tigresa y, para la iluminación general. se instala una lámpara de techo metálica. Todo aquí es muy natural, con gran presencia de la madera, como el suelo en roble, de Quick-Step.

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Pensando en su seguridad

La curiosidad es una de las virtudes de los más jóvenes de la casa, que cada día descubren nuevas cosas. Sin embargo, este rasgo de carácter positivo puede resultar peligroso en el caso de las lámparas. Por lo que conviene elegir modelos que no sean desmontables y estén fabricadas en materiales irrompibles, a prueba del hijo más revoltoso e intrépido.

Para evitar tropiezos accidentales, no instales lámparas de pie hasta que no sean algo más mayores y debas montarles la habitación juvenil, pues los cables recorriendo el suelo pueden resultar obstáculos.

En la propuesta, el flexo procede de Leroy Merlin, aquí lo vemos con orejas de ciervo pero, además, se comercializa con otros dos pares de orejas: imitando las de un gato y las de un conejito. 

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¿Qué hay de la bombilla?

Las obsoletas bombillas incandescentes se calentaban mucho al generar luz, por lo que resultaban un potencial peligro si se tocaban. Los LED también emiten calor encendidos, pero mucho menos y, destacan sobre todo por ofrecer un sinfín de ventajas, pues son ecológicos, al consumir menos energía y tener una vida útil muy superior a las bombillas convencionales. Selecciona un LED con filtro antideslumbrante y que emita una luz cálida para lograr un ambiente de lo más acogedor, como este dormitorio infantil compartido de La Redoute Interireurs. 

En todo caso, conviene evitar los focos halógenos y fluorescentes.

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La atmósfera adecuada

Para propiciar un buen descanso y respetar los ritmos circadianos de tu hijo, nada mejor que la luz pueda ser regulada mediante un dimmer que adapte la intensidad (e incluso el color de la luz) en función de la hora del día.

Ten en cuenta que una iluminación agresiva puede perturbar el patrón de sueño de los niños. Así que, para un dormitorio, independientemente de si es infantil, juvenil o para adultos, no se recomienda una luz blanca, 3.000 k de temperatura de color o cifras por encima resultan excesivos, es mejor que te muevas entre rangos de 2.200-2.700 k, para lograr una luz cálida.

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Luces que dan el toque de magia

Para propiciar un ambiente mágico puedes introducir unas bellas guirnaldas luminosas que sean protagonistas de todas las fiestas de pijamas, ofreciendo un aire muy distendido a la habitación. Esta tan colorida cuenta con piezas de Maisons du Monde.

Mientras que si tu hijo o hija tiene miedo a la completa oscuridad, puedes incorporar preciosas lámparas de noche (también llamadas quitamiedos), de luz sutil y que no impiden un buen descanso. Por otra parte son ideales porque de día, sin estar encendidas, parecerán un decorativo juguete.

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Opciones creativas

Neones, light boxes o guirnaldas luminosas con formas de sus temáticas favoritas o que dibujen una palabra, también son todo un acierto y consiguen una decoración de lo más imaginativa, a la altura de lo creativos que son los ‘peques’ de la casa.

En la propuesta, las figuras decorativas luminosas de sol y luna son de Sklum, quien propone un universo galáctico también con su modelo que reproduce un planeta.

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Incómoda iluminación excesiva

Despedimos el reportaje con un último consejo pues, si bien una iluminación escasa está contraindicada, también lo está pasarse y que sea excesiva, pues el ambiente no se ve acogedor y se crea cansancio ocular. Así que habrá que encontrar el equilibrio.

La luz general no debe ser intensa sino uniforme y que no provoque sombras. De moda está apostar por una luz ambiental mediante tiras LED recorriendo el cabecero de cama o el escritorio, aunque también se pueden colocar apliques en la pared o lámparas de sobremesa. Cualquiera que sea la opción seleccionada contribuirá a crear profundidad e interés decorativo al espacio. Y no descuides la luz puntual con focos orientables o flexos (en este dormitorio infantil las luminarias, así como el mobiliario, son de Banak).

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