Por qué es buena idea elegir pinturas ecológicas para pintar las paredes

Una de las cuestiones importantes que hay que plantearse a la hora de pintar las paredes de casa es cómo elegir la pintura. Y no nos referimos al color (elegirlo puede ser toda una aventura), sino al tipo de producto que conviene emplear. Si buscas seguridad y quieres eludir cualquier tipo de sustancia química que pueda resultar tóxica, aunque sea en un grado mínimo, lo mejor es apostar por las pinturas ecológicas. Descubre cómo son y por qué merece la pena optar por ellas.

La pintura que te conviene

Renovar la pintura de las paredes es una tarea que debemos llevar a cabo cada cierto tiempo. Tanto si decides hacerlo tú mismo como si encargas el trabajo a un profesional, conocer las diferentes pinturas que existen es importante para poder elegir y acertar.

Existen numerosas opciones desde las tradicionales, las plásticas, hasta las ecológicas. Lo primero que debemos destacar es que las pinturas plásticas habituales, si bien es cierto que incluyen componentes químicos, son seguras para las personas. Sin embargo, si eres alérgico (o alguien en casa lo es) o si tienes sensibilidad a los químicos te vendrá bien conocer cómo son las pinturas ecológicas.

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La mejor composición

Las pinturas están compuestas por pigmentos, responsables de definir el color, y de aglutinantes (suelen ser resinas) que hacen que la pintura se adhiera a las distintas superficies. Ambas sustancias están en una base líquida (solvente) que hace que pueda ser aplicada con facilidad. Este líquido puede ser agua o aceite, en función del tipo de pintura.

Las pinturas acrílicas tienen base de agua, mientras que las sintéticas tienen base de aceite. Después existen otros componentes que puede llevar la pintura; son aditivos que hacen que se seque más rápido, que sea más resistente a las manchas, etc.

Pensando en la salud de las personas y del ecosistema, cuantos menos aditivos lleve la pintura, más segura será. Existen ciertas pinturas que incorporan sustancias nocivas, como biocidas, pesticidas o metales como cadmio y cromo. Por eso optar por pinturas ecológicas puede ser una buena idea.

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¿Qué son los COVs?

Las pinturas habituales contienen compuestos orgánicos volátiles (COV). Se trata de sustancias químicas que incluyen este tipo de productos y que, aunque no son dañinas para la salud en la proporción en que están, sí se liberan al aire en forma de gases, provocando un fuerte olor.

Además, este tipo de compuestos dañan la capa de ozono, por lo que si te interesa el estado del medio ambiente lo mejor es olvidarse de las pinturas tradicionales, entre otros muchos productos, y optar por pinturas “cero COV”.

Un consejo: si quieres estar segura de que la pintura elegida es realmente ecológica, busca en el envase el sello de certificación Ecolabel, una etiqueta ecológica de la Unión Europea.

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¿Por qué usar pinturas ecológicas?

Este tipo de pinturas tiene muchas ventajas, siendo una de las más importantes que no aportan sustancias tóxicas al ambiente de tu casa, por lo que son perfectas para alérgicos y personas sensibles a las sustancias químicas.

Además, son mucho más respetuosas con el medio ambiente y menos contaminantes. Algunas de ellas presentan una calidad superior a la de las pinturas plásticas tradicionales. El inconveniente principal es su elevado precio.

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A la cal, de arcilla, de silicato...

No existe un único tipo de pinturas ecológicas o naturales, sino que hay varios para elegir. Las primeras son las pinturas a la cal, perfectas para paredes y techos e, incluso, para fachadas. Además, son las más económicas.

Después están las pinturas de arcilla, menos resistentes que las anteriores. Las pinturas de silicato son las mejores pinturas ecológicas, si nos fijamos en la resistencia que ofrecen.

Por último, contamos también con la pintura plástica mate ecológica, una pintura tradicional que no lleva COV, o los lleva en menor proporción.

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Pinturas ecológicas a la cal

La cal se ha usado tradicionalmente y de forma efectiva para blanquear las fachadas de las casas. De ahí que se hayan desarrollado modernas pinturas a la cal que llevan aditivos y resinas vegetales para mejorar la adherencia.

Sirven para paredes y techos en interior y exterior, aunque necesitan de una imprimación previa para que se puedan adherir bien a las superficies. Estas pinturas son minerales y con base de agua. No huelen y tienen propiedades desinfectantes, gracias al pH alcalino de la cal. Como se trata de una pintura transpirable ayuda a regular la humedad del ambiente.

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Pinturas de arcilla

Aunque son menos resistentes que las pinturas a la cal y más caras, tienen otras ventajas interesantes, como que permite hacer reparaciones puntuales sin que se aprecie en el color, por lo que podemos retocar un desperfecto sin tener que pintar la pared entera.

En cualquier caso, no es una pintura apta para zonas de mucho uso o espacios de paso, en los que los roces son continuos. Tampoco soporta las salpicaduras de agua. Existen las pinturas de arcilla mixta, más resistentes, que llevan silicato potásico, aunque son más caras.

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Pinturas de silicato

Dentro del amplio grupo de las pinturas ecológicas, destacan las de silicato, que son las más resistentes. Su calidad es muy alta y son muy duraderas, pero también son las más caras del mercado.

Además, tienen otro inconveniente ya que solo son compatibles con soportes minerales, lo que significa que no pueden usarse sobre paredes pintadas con pintura plástica.

Si quisieras hacerlo tendrías que usar unas pinturas especiales: las pinturas de sol-silicato, que llevan en su composición polvo de sílice. Este componente permite que la pintura pueda aplicarse sobre superficies no minerales como las pintadas con pintura plástica.

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Pintura plástica ecológica

Se trata de una pintura plástica normal, que puede tener un acabado mate, satinado o brillante, pero que no incluye sustancias tóxicas en su composición, ni tampoco COVs.

No resulta tan cara como las pinturas ecológicas que hemos explicado anteriormente, y es una buena alternativa. Eso sí, debes buscar el sello Ecolabel en el envase, para tener garantías de que realmente no contiene componentes tóxicos.

Por otro lado, también existen algunas pinturas plásticas que, aunque sí contienen COVs, lo hacen en una proporción mucho más pequeña que las habituales.

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