Estamos en pleno verano y ahora las zonas de exterior expuestas al sol se convierten en espacios hostiles que no podremos usar debido al calor. Para resolver el problema podemos instalar una pérgola en el jardín o en la terraza. Este elemento clave nos permitirá disfrutar de estar al aire libre incluso en las horas centrales del día, cuando el calor es más intenso, y no solamente por la noche. Descubre cómo es la pérgola perfecta.
Un elemento sencillo
Una pérgola de exterior es un elemento arquitectónico de gran sencillez. Consta de una estructura formada por postes que sujetan unas vigas o cubiertas. Existen pérgolas adosadas a las fachadas y otras que son autoportantes, es decir, que se instalan de forma independiente en el jardín.
Para crear un espacio de sombra bajo la pérgola es necesario cubrir la parte superior con lonas o toldos, cañizo o con plantas trepadoras. En función de la alternativa elegida, la pérgola tendrá un estilo u otro.
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Muchos materiales para elegir
Encontramos una gran diversidad de materiales para construir una pérgola. Estas pueden ser de madera, aluminio, hierro forjado, resina o PVC, etc.
A la hora de elegir debemos escoger un material resistente y decorativo, que esté en sintonía con el estilo de nuestra casa. Si eliges una pérgola de madera, seguramente será de pino o abeto, castaño o de alguna madera tropical como la teca o el iroko. Lo importante es que apliques un tratamiento protector para madera que la haga más resistente a la intemperie, y que lo renueves de vez en cuando.
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Adosadas a la fachada
Este tipo de pérgolas, que se apoyan en la fachada de la casa o en cualquier otro muro o pared, son muy frecuentes. Se trata de una buena opción cuando el espacio exterior es reducido, ya que ocupan menos.
Con ellas puedes crear un porche muy agradable. Pueden ser de madera o metálicas, de hierro o aluminio. Las de hierro forjado se asocian más a estilos clásicos, mientras que las de aluminio son perfectas para pérgolas contemporáneas.
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La importancia de la cubierta
Si bien es importante elegir la mejor estructura para la pérgola, con el material y la forma que mejor se adapte a nuestro caso, también es clave optar por una cubierta adecuada. Esta puede ser de diferentes tipos:
- De cañizo, unas esteras sencillas fáciles de colocar.
- Lonas y toldos de poliéster y PVC que son impermeables. Lo ideal es que sean enrollables y se puedan desmontar para guardarlos en invierno.
- Materiales permanentes como cubiertas de madera, tejas, chapa, etc.
- Plantas trepadoras: si sabes elegir la especie adecuada puede ser una solución natural y muy decorativa.
Una pérgola clásica
Las pérgolas de estilo clásico surgieron hace mucho tiempo, en el Renacimiento, durante los siglos XV y XVI. Desde entonces se mantienen vigentes, con pocas transformaciones.
Solían ser de hierro forjado y se cubrían con plantas trepadoras que proporcionaban una sombra fresca y agradable, y les conferían un aire muy romántico. Si te gustan los jardines de estilo clásico, una pérgola de hierro cubierta, por ejemplo, de rosas trepadoras puede ser la mejor opción.
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Apuesta por un porche chill-out
Perfectas para casas de campo, las pérgolas de madera son un recurso muy decorativo. Pueden ser de vigas, pero también de troncos, pudiendo variar el tipo de madera.
Otra alternativa a tener en cuenta son las pérgolas de obra con cubierta de cañizo, un material sencillo pero muy decorativo, perfecto para ambientes relajados. El cañizo o la madera en bruto no son solamente para porches rústicos. También sirven para componer pérgolas de estilo contemporáneo, como la de la imagen.
Elige una cubierta vegetal
Las plantas trepadoras son una alternativa genial para la cubierta de una pérgola. Además de resultar naturales y decorativas, ofrecen una sombra fresca y muy agradable y, además, tienes muchas opciones para elegir, como las enredaderas con flor.
Un ejemplo es la glicinia china o Wisteria sinensis, perfecta para cubrir cualquier tipo de estructura. Sus flores malvas o violetas, que aparecen a finales de la primavera, crecen en grandes racimos y son de una belleza espectacular.
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Otras trepadoras perfectas para tu pérgola
La glicinia no es la única opción en cuanto a plantas trepadoras para dar sombra y decorar una pérgola de jardín. Existen otras especies muy adecuadas para este fin que también hacen gala de una gran belleza.
- Cualquiera de las variedades de jazmín, la mayoría de flores blancas y perfumadas, que destilan un rico aroma. Es muy frecuente el jazmín común (Jasminum officinale).
- La clemátide (Clematis spp.), de floración bellísima. Elige una de las variedades de hoja perenne y estará preciosa también en invierno.
- La madreselva (Lonicera caprifolium) es otra de las alternativas. Tiene la ventaja de crecer muy rápido y produce bellas y aromáticas flores blancas con matices rojizos y amarillos.
- La pasiflora o flor de la pasión (Passiflora caerulea) es también perfecta para cubrir una pérgola. Sus flores originales, que surgen en verano y duran hasta otoño, son todo un espectáculo.
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Pérgolas bioclimáticas
Son lo último en pérgolas para exterior. Se componen de una estructura robusta y de una cubierta de lamas de aluminio orientables, ligeras y resistentes.
Este tipo de cubiertas ofrecen un gran control sobre las condiciones del exterior, ya que permiten regular la luz y el sol, así como la entrada de aire. También protegen totalmente de la lluvia cuando están cerradas.
Las pérgolas bioclimáticas resultan prácticas, cumplen perfectamente su función y se adaptan de maravilla a los ambientes modernos de exterior.
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