Un inesperado oasis en Madrid que desdibuja la frontera entre 'in & out'

Nos encontramos en una lujosa urbanización de la zona norte de Madrid en una casa de líneas rectas abierta al frondoso jardín con grandes ventanales y que, además, cuenta con diferentes terrazas integradas en la vegetación.

Una vivienda en la que el interiorista Raúl Martins (raulmartins.com) potencia la conexión de los interiores con la naturaleza que los rodean.

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Piezas con sello propio

En todos sus proyectos el interiorista diseña muebles adaptados a las necesidades del espacio y del cliente, porque trabaja estrechamente con los artesanos y está involucrado en todos los procesos de fabricación para que el resultado sea el mejor. “El diseño de muebles es fundamental para diferenciar cada proyecto y hacerlo único, que al final es lo que busco con mi trabajo”, afirma Raúl, quien en este salón de exterior ha creado los muebles y también la lámpara. La alfombra, por su parte, es de la firma The Rug Company la vende BSB.

Como este ambiente volado sobre el jardín hace que parezca que esté en mitad de un oasis, para él se han seleccionado piezas de líneas rectas (a excepción de la mesa de centro) y colores neutros que invitan a la calma.

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Paraíso junto a la piscina

Los exteriores cuentan con otro acogedor salón, este más informal tipo chill out junto a la piscina, con bancos de obra forrados en microcemento acompañados de colchonetas y alegres cojines (de Lizzo y Alhambra).

La pérgola es de madera y resulta un imprescindible para dotar de sombra el rincón, que se equipa asimismo con un polivalente puf gris que puede usarse tanto de asiento extra como de mesa de centro (procede de Tocamadera, como las butacas).

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Entrada triunfal

Accedemos al interior de la vivienda, una edificación de los años 50’ que requirió una remodelación completa. “Aunque cuando se adquirió la vivienda ya tenía una reforma previa hecha, en nuestro proyecto abrimos huecos de fachada para permitir la entrada de luz y una mayor conexión con las zonas ajardinadas. Además, creamos espacios más abiertos, sin tanta compartimentación, unificando suelos y jugando con la palillería, para crear ambientes”, apunta Raúl.

Nos encontramos en el recibidor, aquí, y en el resto de la casa, la pintura de las paredes como lienzos en blanco permiten jugar con el mobiliario. Para esta entrada se instalan peanas lacadas y, sobre ellas, copas de piedra francesa del siglo XIX. Tanto el separador metálico como el espejo son diseño del interiorista.

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Panorámicas de excepción

Todos los ambientes tienen un estilo relajado, elegante y actual. En ellos se conjugan muebles modernos con piezas de anticuario. Pero, además, tras la reforma la frontera entre interior y exterior se desdibuja. En este caso el profesional advierte que hay que tener cuidado y crear el equilibrio perfecto entre las dos zonas. Pero con unas vistas tan maravillosas no se necesitan más cuadros que el ventanal, de ahí que la mayoría de las paredes queden ‘desnudas’.

La mesa de comedor es creación de Raúl Martins, también la alfombra, que fabrica Kaymanta. Por su parte, las geométricas sillas fueron adquiridas en Tocamadera.

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Funcionalidad y estilo

Para conseguir una cocina muy práctica y fácil de limpiar el suelo es continuo, un microcemento, y la encimera de acero. Pero el mobiliario en roble macizo (de Santos) resta frialdad al conjunto, que de lo contrario tendría una estética muy  industrial.

Respecto a la distribución, una gran isla central articula las áreas principales: fuegos y aguas (en la que se integran dos fregaderos, para comodidad en el día a día).

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Lujo sereno

Sin estridencias y logrando el máximo confort, así define el artífice del proyecto la decoración para la vivienda. En el caso del salón ello queda reflejado con materiales nobles en suelo y mesas, colores en tonos tierra y grises, en contraste con los neutros de los accesorios que aportan calidez y luminosidad, así como la atractiva mezcla de líneas rectas con las formas orgánicas de las butacas.

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Salón… ¡de altura!

Aquí reina el eclecticismo, de hecho se conjugan piezas que ya tenían los propietarios, como los sofás enfrentados de aire clásico y la mesa de centro rústica, con mobiliario que ha seleccionado el interiorista, como las butacas de estilo art déco, de venta en Mestizo, o la alfombra de motivos geométricos, de The Rug Company. Y la banqueta frente a la chimenea, es un diseño del propio Raúl Martins.

El espacio a doble altura añade la librería de la planta superior. Para integrar ambos espacios en armonía se emplean recursos como la gama cromática, los materiales y las formas.

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El dormitorio perfecto

La casa posee unas vistas excepcionales por lo que necesita poco artificio, pero se ha querido crear una pieza especial para el dormitorio principal: un cabecero tapizado de diseño envolvente. “Su silueta se sale de lo corriente, en terciopelo gris y rematado con tachuelas, además los laterales lo hacen más acogedor y dan un plus de intimidad”, afirma Raúl, quien no solo ha diseñado esta pieza, sino todo mobiliario e incluso persiana de lamas de madera (todo salvo el chifonier). Los coloridos cojines y plaid, de Alhambra, dan un toque animado al ambiente.

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‘Total white’ en el baño

El blanco es sinónimo de pureza y siempre da más amplitud a los espacios, así que es el que es protagonista en el baño en suite, con permiso de las vetas del mármol en color gris, que dan cierta continuidad con los tonos del dormitorio. Y no, este espacio no es la excepción, también aquí el interiorista diseña el mobiliario.

¿Qué destacan los propietarios tras el trabajo del estudio de Raúl Martins? Que el proyecto se hizo muy a la medida de su modo de vida. “Los dueños son muy activos, y aunque les gusta viajar mucho, tienen una intensa vida social y les encanta recibir en casa, por lo que las zonas públicas ganaron un gran protagonismo en la reforma, dejando espacios muy abiertos y accesibles”, detalla el interiorista.

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