Así se vive en una casa rústica mediterránea entre viñedos

Una joya slow en arquitectura y decoración de interiores. Jaime Salvá Arquitectura & Interiorismo ha sabido plasmar en esta arquitectura la calma a través de materiales sencillos combinados con gusto exquisito. Y todo a través de un estilo rústico mediterráneo cuidado que hacen de esta vivienda, ubicada en un entorno vinícola, un refugio perfecto.

Una casa ubicada entre viñedos

En una planta. Así ha diseñado el despacho Jaime Salvá Arquitectura & Interiorismo (www.salvarq.com) esta vivienda mallorquina, ubicada en Biniagual, a pocos minutos de Binissalem, entre viñedos. Biniagual es un pequeño pueblo de tan solo 15 casas aproximadamente y 20 habitantes, que se encuentra en el interior de la isla de Mallorca y que tiene su origen en la época árabe. La casa se encuentra aislada y ha sido diseñada para una pareja local y numerosos animales en una parcela rústica de 35.000 metros cuadrados, rodeada de viñedos y vistas a la montaña. Un entorno que favorece la calma que transmite la construcción.

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En una sola planta con piscina

Por el tamaño de la parcela, la construcción se presenta como un bloque horizontal que da lugar a una casa organizada en una única planta. "Todas las estancias se colocan orientadas a las mejores vistas y orientación, sin descuidar la conexión con la parte trasera, consiguiendo de esta manera una ventilación cruzada, así como unas vistas a todos los puntos de la parcela", señalan desde el estudio de arquitectura. A unos metros de la vivienda se ubica la generosa piscina, rodeada de suelo de tarima con una zona techada de tumbonas.

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La presencia de materiales locales en la construcción

Cuando nos acercamos a esta casa en la que todo invita a la calma (tanto la ubicación, como la arquitectura como la decoración), destaca su estilo arquitectónico mediterráneo. Se han utilizado materiales locales, como la piedra de mampostería utilizada en los muros (y que proviene de la propia parcela). Esa piedra tiene presencia tanto en el interior como en el exterior de la vivienda.

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Un completo porche con varios ambientes

El porche se ha diseñado como un espacio completo en el que hacer vida, con un ambiente de zona de estar, otro de comedor y una pequeña cocina de exterior (con muebles en madera rústica, la misma usada en la cocina interior, para crear continuidad). Todo en tonos ocres, con mucha presencia de la madera y de las fibras naturales. Así, es posible pasar largos ratos en este espacio conectado con el entorno. "El entrevigado del porche está compuesto de cañizo, contrastando con las vigas pintadas de color blanco, aportando un aire fresco y mediterráneo", desvelan desde Jaime Salvá Arquitectura & Interiorismo.

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El estilo de la vivienda

Se podría calificar como rústico mediterráneo y viene dado por el diseño de la construcción, según lo que marca la estricta normativa en suelo rústico. Se trata de una secuencia de muros paralelos de piedra que van dividiendo las diferentes estancias. "El mayor reto de la construcción fue conseguir el estilo contemporáneo demandado por el cliente, sobre todo teniendo en cuenta las restrictivas normativas urbanísticas y estéticas de las zonas rústicas de Mallorca", indican desde el estudio encargado del proyecto. En esa normativa, por ejemplo, se indica que el 80% de las cubiertas tienen que ser inclinadas de teja árabe, los huecos en fachada tienen que tener proporción vertical y se deben utilizar tonos ocres en la construcción.

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La conexión 'in & out' a través de los materiales

El cliente quería una casa de estilo rústico pero, al mismo tiempo, muy contemporánea y conectada con el entorno. La intención era disfrutar de las hermosas vistas y de los animales que tienen. Las premisas se cumplieron y esa conexión interior-exterior no se da solo a través de los ventanales sino en el uso de un estilo similar y materiales que se repiten: tonos ocres y piedra seca local están presentes en el salón; así como porcelánicos de color gris claro que imitan la piedra caliza.

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Una planta de ambientes compartidos

En esta imagen se aprecia la conexión entre los espacios. El salón con chimenea y delimitado por los dos paneles laterales en piedra. A la derecha una zona de trabajo muy luminosa. El comedor, en primer plano y ubicado a continuación de la cocina con una mesa rectangular en madera y sillas y pantallas de fibra de carácter artesanal. A la derecha se aprecia parte del recibidor. "En el interiorismo participaron activamente los propietarios, quienes se encargaron de seleccionar el mobiliario y la cocina", matizan desde el estudio. La obra tuvo una duración aproximada de dos años y también trabajó el arquitecto técnico Iñaki Fernández.

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La cocina abierta añade la nota más contemporánea

En esta imagen de la zona social se muestra la conexión entre salón, cocina y comedor. La cocina se ubica en un extremo, abierta y delimitada por una isla. Para el mobiliario se ha escogido el acabado madera rústica para los muebles y detalles en negro -que ponen una nota contemporáneo- en la encimera y antepecho. Se trata de un diseño sin apenas muebles altos, que dejan el protagonismo a la gran campana decorativa. La isla cuenta con una zona de barra con taburetes. En la fachada principal, grandes ventanales que conectan con el porche.

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El recibidor

En la misma estética sencilla y rústica actualizada se decora el recibidor, como un espacio despejado con un gran ventanal fijo que deja que las vistas lo llenen todo. La puerta de acceso en madera queda frente a una sencilla consola con un espejo tipo ventana encima. Todo el pavimento de la casa es porcelánica imitación piedra caliza de la marca Saloni, suministrado por Pivita SA en formato 60 x 120 cm.

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Un cuarto de baño en microcemento

En el baño se ha utilizado el microcemento para revestir las paredes y los paneles laterales de la bañera. Este cuenta con zona de ducha anexa a la bañera. La idea era reducir al máximo el uso de materiales y eliminar juntas. El mueble del lavabo es de madera, como los marcos del ventanal. Así se rompe la unidad y añade una nota cálida. La distribución favorece el disfrutar de un baño con las mejores vistas a la montaña del término municipal vecino llamado Alaró.

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