Cuando llega el verano, y este según los expertos va a ser de los calurosos, es necesario equipar bien la casa para pasar el menor calor posible, sin ‘tirar’ demasiado del aire acondicionado ni hacer que nuestra factura energética suba en exceso. Los ventiladores de techo son una alternativa a tener en cuenta, ya que, además de enfrentarse a las altas temperaturas, decoran nuestras estancias, mantienen a raya al consumo y nos cuidan, porque no resecan el ambiente, como hace el aire acondicionado, de forma que lo podemos usar todos, incluso si tenemos problemas de asma o alergias. Te contamos qué les hace tan especiales y qué papel juegan en la decoración de interiores actual. Estamos seguros de que, al terminar este artículo, los mirarás con otros ojos.
Aspectos que determinan su elección
Principalmente el tamaño de la estancia. De manera que, cuanto más grande sea esta, mayor diámetro deberá tener. Así, los de 75-100 cm de diámetro son perfectos para 12 metros cuadrados y los más grandes (hasta 220 cm de diámetro) para espacios L y XL, de más de 20 metros cuadrados. El número de aspas, entre tres y seis (algunos modelos pueden ‘montarse’ a medida añadiendo aspas), y la potencia de su motor son dos indicativos para elegir el modelo correcto.
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1. Es un elemento ‘deco’ más
Y tiene un papel protagonista en la decoración de salones y dormitorios, las dos estancias donde suelen instalarse. Los nuevos modelos han evolucionado tanto en prestaciones como en diseño, por lo que no solo son ‘listos’, sino también bellos, como el Vedra de Faro Barcelona. Disponibles en madera, PVC, con estética industrial, minimalista… Su gran variedad les permite integrarse en todos los estilos decorativos, mostrando una imagen moderna en ambientes contemporáneos, elegante en interiores clásico o rústica y chic en atmósferas campestres o ‘vintage’.
2. Es un buen complemento del aire acondicionado
Aunque pueden ir solos y no precisan 'compañía', también son una buena alternativa como complemento de los splits u otro sistema. Esto ocurre porque ayudan a mover más rápidamente el aire, disminuyendo el tiempo de uso y, por lo tanto, el gasto eléctrico. Recuerda que es importante que se ajuste al espacio, como este de Leroy Merlin, porque uno demasiado grande en una estancia mini creará una corriente desagradable a gran velocidad, y uno pequeño en una muy amplia, no refrescará lo suficiente.
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3. Te traslada a un rincón del Caribe
Haciendo que nuestro salón, dormitorio o terraza se ponga en modo vacaciones sin ni siquiera encenderlo. Lo ideal es que se trate de un diseño con aire antiguo, preferiblemente en madera. Si quieres potenciar aún más esa sensación, elige un modelo con función brisa, por ejemplo, que hará que te sientas cerca del mar, gracias a un juego de velocidades que simulan ese efecto con corrientes de aire discontinuas. Y si tiene nebulizador de agua como el Mist de Sulion, que ahuyenta también a los mosquitos, el resultado será 100% paradisiaco.
4. Su (competitivo) precio
Aunque hay modelos que llegan y superan los 1.000 euros también encuentras otros que se mueven alrededor de los 150-200 euros. Estas diferencias permiten que puedas adquirir el diseño, como este de lamparas.es, que mejor encaje con tu presupuesto o con tus prioridades, ya que no es lo mismo elegir uno para el salón de tu casa, que para una segunda residencia. Evidentemente cuantas más prestaciones ‘extra’ incorpore (luz, función invierno, control remoto…) más caro será. Por eso, piensa antes qué quieres que tenga, a veces un modelo sencillo es suficiente.
5. Resulta muy silencioso
Algo muy de agradecer cuando lo tienes sobre la cama y se pasa la noche en funcionamiento. Los nuevos modelos apenas se oyen, se mueven entre los 36 y los 48 decibelios en función de la velocidad. Piensa que los que tienen motores DC (corriente continua) son más silenciosos que los convencionales AC (corriente alterna) y, además, consumen menos. Algunos modelos, incluso, incorporan un kit de balanceo, que evita molestos ruidos o vibraciones en su funcionamiento.
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6. Se puede controlar a distancia
Por lo que no tendrás que levantarte de la cama o del sofá para aumentar o reducir su velocidad. Los últimos modelos, además, se pueden controlar desde el móvil con Bluetooth o wifi y son compatibles con asistentes de voz, como Google y Alexa. Así, pueden formar parte del sistema domótico de tu casa, para que puedan manejarse igual que la iluminación, las persianas o el riego automático. Su función de termostato también resulta especialmente útil, ya que mide la temperatura y ajusta la velocidad para que estés cómodo en todo momento.
7. Es lámpara a la vez
Aunque no todos los modelos la integran, resulta muy práctica, ya que, incluso durante, el invierno sigue prestando un servicio esencial en el día a día. Pueden ser con bombillas o tipo led. Muchos modelos cuentan con temperaturas de luz diferente (cálida, fría y neutra), que permite adecuar la iluminación a cada momento, creando un ambiente distinto. Por cierto, la función lámpara es independiente de la de ventilación.
8. Su instalación es sencilla
Rápida y sin complicadas obras. Un especialista tardará alrededor de una hora, ya que tendrá que conectarlo a la corriente eléctrica y fijarlo. La altura del suelo a la que deben estar es de uno 220 cm, si supera los 300 cm, perderá efectividad. Aunque lo idóneo es que el techo sea de ladrillo u hormigón, también se puede colocar en un falso techo o de pladur, usando un soporte especial.
9. Algunos cuentan con función invierno
Lo que permite que puedas usarlos también durante los meses más fríos. Se trata de modelos, como el Tilos de Faro Barcelona, que disponen de giro invertido que consiste en hacer que el aire caliente baje y el frío suba, lo que distribuye mejor el calor, proporciona sensación de calidez, hace que la temperatura sea más estable y optimiza, al mismo tiempo, el consumo de la calefacción (hasta un 20%). Esto no significa que baste con ellos, sino que pueden ser un buen complemento para reducir el gasto también en invierno.
10. Consume 1 euro al mes
No vamos a decir que enfríen tanto como un aire acondicionado, porque no es cierto, pero la verdad es que mitigan el calor, bajan la temperatura alrededor de 5ºC, y proporcionan sensación de frescura y lo hacen consumiendo mucho menos, lo cual ya es un punto (o dos) a su favor. “Su gasto en luz supone alrededor de 1 euro al mes, encendiéndolo todos los días. Según un reciente estudio, el aire acondicionado consume 37 veces más, lo que convierte al ventilador de techo en nuestro mejor aliado para los meses más calurosos del año”, señalan desde Sulion.
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11. También tiene espíritu ‘outdoor’
Y en noches donde no corre el aire y hace un calor asfixiante, agradecerás tener uno en el porche o en la terraza. Además, fuera de casa proporciona una agradable y relajante sensación con sabor a verano y vacaciones. Recuerda elegir un modelo preparado para aguantar las condiciones del exterior, con resistencia a la humedad, y ponlo siempre en una zona cubierta, que le proteja de la lluvia y el viento.