Elegir mal la pared
Se le suele prestar atención a todo lo relacionado con la obra, olvidando que la pared donde va a situarse no solo importa, sino que tiene la última palabra. Es clave que tengas en cuenta su color y la iluminación, de manera que no contraste especialmente, sino que dialoguen, cromáticamente hablando. Otro error muy común es situar marcos frente a una ventana, que con sus reflejos brillarán y no nos dejarán ver bien la obra. En estos casos, y siempre que se pueda, mejor quítales el cristal.
Ser demasiado original
No queremos poner límites a tu imaginación ni a tu sentido artístico, pero siempre que cuelgues una sola obra, esta debe ir centrada, logrando un perfecto equilibrio visual. De la misma manera, estamos a favor de buscar alternativas a la pared y el suelo nos parece un buen sustituto, ya que pone el cuadro a un nivel que nos permite apreciarlo y sentirlo de forma más cercana.
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No prestar atención a las proporciones
La pared y la obra (esta de Itziar Guzmán) deben estar equilibradas. De manera que un cuadro o fotografía en en una grande, o al revés, uno grande en una pared mini, se verán, normalmente, desproporcionados y deslucidos. Aunque en ciertas ocasiones también se puede jugar con los contrastes, siempre con cuidado y según la obra. La mejor forma de no confundirse al colgarlos es adaptar las dimensiones de ambos, dejando espacio a los lados para que ‘respire’.
‘Enmarcar’ toda la casa
El arte no tiene límites, pero entre esto y emocionarse con la visión artística y vestir todas las paredes de la casa, hay una línea que no debes traspasar. Recuerda que, casi siempre, es mejor calidad que cantidad. Por eso, elige bien, dando preferencia al salón o el dormitorio, para continuar por el comedor y la entrada. Ten en cuenta que, aunque no hay estancia prohibida para el arte, este debe adecuarse a las condiciones y al tipo de obra.
La decoración de paredes no siempre es fácil, o al menos no tanto como a priori pudiera parecer, ya que entran en juego muchas perspectivas, que van desde la altura correcta o la armonía cromática hasta el encuadre de la obra. Aunque antes nos conformábamos con colgar los cuadros de forma aleatoria, con más o menos gusto y acierto, ahora buscamos crear composiciones equilibradas, resaltar una pared para que brille en solitario (las llamadas 'de acento'), establecer un vínculo emocional con las obras y, al mismo tiempo, integrarlas en la casa. Esta lista con los errores más frecuentes y sus soluciones te ayudará a colgar tus cuadros sin temor a equivocarte.
Reglas que no puedes saltarte
La mejor forma de no confundirte es recrear la composición que quieres hacer con cinta adhesiva en la pared o hacer una prueba en el suelo y comprobar el efecto, de forma que todas las piezas encuentren su lugar. Para que sea más fácil, toma el centro de la pared como punto de partida y muévete alrededor de él. Recuerda empezar por las obras más grandes y continuar con el resto y que la mezcla siempre aporta un plus de estilo. Por eso, no dudes en combinar tamaños, encuadres y técnicas, manteniendo, eso sí, el mismo espacio entre ellas y una conexión.
Tratar a todas las habitaciones por igual
A la hora de elegir la decoración de la pared, es importante tener en cuenta la función de la estancia, ya que no es lo mismo un salón que un dormitorio. Así, en el estar siempre funcionan bien cuadros y fotografías más impersonales, mientras que la habitación de matrimonio es un buen lugar para las familiares, los recuerdos o las más personales. Los pasillos como territorio neutral son también una buena opción para colgar las fotografías de Semana Santa o los dibujos de los niños.
No respetar la línea recta
A veces, mientras creamos nuestra composición, sumergiéndonos entre colores, tamaños o temas, se nos olvida que, hasta la más original, debe hacer que sus obras y marcos estén rectos. Si en la ubicación se puede ser flexible, esto no admite discusión. Usa todo lo que está a tu alcance para que siempre estén bien alineados, si no quieres estar todo el día subiéndolo y bajándolo de una esquina.
Pedir opinión
Aunque pidas consejo a tu pareja o al resto de tu familia y busques ayuda para el trabajo manual, si no quieres llenar la pared de agujeros y hacer algo que no querías, el momento de colgar los cuadros y fotos es solo tuyo y no debe convertirse en una mesa redonda donde todos opinen y ofrezcan (desinteresadamente) su visión. Confía en ti, sigue tu instinto y usa la cabeza.
Buenas obras con marcos malos
Los marcos tienen la capacidad de ensalzar y realzar láminas, cuadros y fotografías. Por eso, no subestimes su poder, ya que puede darse el caso de que una gran obra quede deslucida con un marco de mala calidad. No decimos que sea recargado o llamativo, que también es una opción, sino que sea sencillo, pero ‘bueno’, de madera, a color, negro, blanco… Si llevan cristal, mejor, antirreflejos.
No mezclar
Pensar que la armonía se basa únicamente en la unidad cromática, tamaño o tema, es un error porque, aunque pueden ser un punto de partida, siempre es un acierto apostar por la mezcla con coherencia. Las composiciones deben tener un nexo, pero eso no significa que deban ser iguales. Nuevamente déjate guiar por lo que te gusta y tu sentido estético.
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Los muebles importan
Tanto por el estilo y el color, como por ser ejes visuales que variarán según se trate de un sofá, una silla de comedor con el respaldo alto, un aparador… Por eso, es conveniente que los incorpores a tu composición para que creen un conjunto armonioso. ¿No lo ves? Piensa en la línea horizontal que marca un sofá apoyado contra la pared y observa cómo se ha colocado esta obra de la artista Itziar Guzmán.
Olvidarte de la altura y la profundidad
Nada te impide colocar los cuadros y fotos a diferentes alturas, según tus gustos o la forma de la pared, y pensar que todas ellas son buenas. Sin embargo, la mejor manera de que luzcan es poniéndolos justo a la altura de los ojos, a unos 170 cm del suelo. También ocurre a menudo que colgamos varios cuadros uno de formato XL sin tener en cuenta la profundidad, ya que su contemplación requiere una mirada desde atrás. Por eso, en términos generales, una composición grande debe ir en una habitación del mismo tamaño. Un consejo: cuidado con los pasillos.