Mayo es el mes de las flores. Aprovecha que tu jardín está en todo su esplendor y llena tu casa de vida con preciosos ramos. Te ayudarán a decorar cualquier rincón y a poner ese toque primaveral que tanto nos gusta. Aquí tienes las claves esenciales para conseguirlo.
Decorar con flores
La belleza de las flores es efímera. Las cortas de tu jardín cuando están en todo su esplendor y al cabo de unos días se marchitan y mueren. Sin embargo, en ese tiempo en el que las has podido disfrutar, te regalan belleza y emoción a raudales. Consiguen hacerte sentir bien con sus colores y su aroma.
Por eso hoy queremos reivindicar el potencial decorativo que tienen las flores frescas. Tanto si dispones de un florido jardín, como si has de comprarlas en la tienda, crear ramos de primavera es todo un placer para los sentidos.
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Las especies primaverales
Hay flores que son un canto a la primavera. Por su color, su aroma o su forma especial nos transmiten una sensación de despertar a la vida y nos llenan de esperanza para comenzar una nueva etapa tras el duro y crudo invierno.
Entre ellas destacan flores como el jacinto, una de las estrellas de la estación gracias a sus flores perfumadas de distintos colores. O las anémonas, similares a las amapolas. Las fresias, los narcisos, las rosas y las peonías… La lista es interminable y derrocha belleza.
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Antes de empezar
Hay muchas formas de crear un ramo de flores, según el estilo que quieras darle y tus propias preferencias en cuanto a ejemplares, colores y formas. Sin embargo, existen ciertas reglas y técnicas que te pueden ayudar a conseguir el mejor resultado.
- Comienza por reunir los materiales que vas a necesitar: las flores elegidas, un cuchillo afilado, cordel fino, tijeras, etc.
- Elige flores de un color protagonista y combínalas las principales con otras de relleno.
- Ten en cuenta la textura: mezcla flores con ramas y follaje para aportar frescura.
- Vigila que tu ramo quede compacto y que no haya huecos entre las flores.
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Manos a la obra
Comienza por buscar un lugar adecuado para trabajar, con una superficie amplia y cómoda. La encimera de la cocina o una mesa de trabajo pueden ser perfectas.
- Clasifica las flores según su tipo, el color y el tamaño.
- Tanto si las has comprado como si las has cortado del jardín, haz el ramo lo antes posible para que estén perfectas.
- Conviene eliminar las hojas de los tallos por debajo del punto de unión de todas las flores. Así el agua del jarrón se mantiene más limpia y el ramo te durará más tiempo.
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Componer el ramo
Para crear el ramo perfecto, coloca las flores en tu mano izquierda. Comienza por una de ellas y ve añadiendo más de forma progresiva, poniendo los tallos a una altura similar.
Sujeta el ramo con firmeza y añade más flores, girándolo de vez en cuando para ver cómo queda por todos los lados. Debe quedar ordenado para lo cual has de buscar una distribución uniforme de las distintas flores.
Un consejo: experimenta sin miedo, prueba distintas opciones. Así conseguirás el ramo que buscas.
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El estilo deseado
La composición del ramo, es decir, el tipo de flores que elijas, y la manera de colocarlas será lo que marque el estilo. En función de lo que desees deberás distribuir las flores de una forma u otra.
Si buscas un ramo campero y silvestre, lo mejor es permitirte cierta libertad a la hora de colocar las flores en el ramo.
Si, por el contario, pretendes crear un ramo más formal, la distribución de las flores tendrá que ser más regular y ordenada.
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Rellena todos los huecos
Uno de los objetivos a perseguir es que el ramo se vea compacto u uniforme, sin huecos o espacios vacíos, y con las flores bien distribuidas por colores y tamaños. Por eso es importante rellenar los posibles huecos que queden.
A continuación sujeta las flores en el punto central con una goma o un cordel fino, justo por encima de tu mano. Ya solo queda recortar el ramo a la altura deseada.
Un consejo: corta los tallos en diagonal para que, una vez en el jarrón, absorban mejor el agua. Hazlo con un cuchillo afilado mejor que con tijeras. Con estas los tallos se aplastan y se dañan, lo que minimiza la duración de las flores.
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Agua y vitaminas
Ahora que ya tienes tu ramo terminado, has de ponerlo lo antes posible en agua, procurando que no queden dentro hojitas en los tallos que están sumergidos.
Es mejor utilizar agua tibia y cambiarla con frecuencia: cada dos o tres días es la pauta apropiada. También es importante añadir al agua alimento especial para flor cortada, de venta en floristerías. Si no lo tienes a mano puedes añadir un poco de azúcar, que también nutrirá las flores.
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Elegir el jarrón adecuado
A la hora de exponer tu ramo de flores es muy importante acertar con el jarrón. Debes tener en cuenta la altura y el tamaño, la forma y la boca (si es más ancha o más estrecha), el material, el estilo, etc.
Para saber qué altura nos conviene piensa que el tercio inferior del ramo debe quedar dentro del jarrón, mientras que los dos tercios superiores han de estar fuera.
Elige un estilo acorde al de tu ramo: para arreglos formales opta por jarrones elegantes, y por otros más rústicos si se trata de un ramo silvestre. Y lo mismo sucede con los materiales: puedes elegir cristal o porcelana fina en el primer caso, y barro cocido en el segundo, por ejemplo.
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