Existen muchas formas de reformar las casas, las rehabilitaciones consisten en procurar mantenerlas tal y como estaban al 100%, mientras que las renovaciones con alma recuperan parte de los elementos arquitectónicos de valor, pero incorporan otros actuales, en claro contraste de eras. Precisamente ese diálogo entre dos épocas genera mucho interés. “Si sabemos fusionar con acierto lo antiguo y lo nuevo eso conseguirá que nuestra casa hable de nosotros, de lo que nos emociona y de cómo vivimos y entendemos el hogar”, explica la arquitecta e interiorista Laura Ortín, la experta que nos asesora a lo largo de todo el reportaje para comprender cómo podemos conservar la esencia de una casa cuando se hacen trabajos de mejora.
Este dormitorio con el baño en suite forma parte de la reforma global de un piso modernista (es decir, construido a inicios del siglo XX) en Barcelona, por parte del interiorista Noé Prades.
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Trabajar con la preexistencia
Para comenzar la experta comenta: dice el filósofo y poeta francés Gaston Bachelard en ‘Poética del espacio’ que “la casa natal es más que un cuerpo de vivienda, es un cuerpo de sueño” es por ese motivo por el que se da una revalorización al hecho de rehabilitar, reformar o aprovechar las casas antiguas, volvemos al hogar en cierto modo, a la cabaña, la cueva, el útero.
Laura se siente cómoda emprendiendo reformas. Y añade, “además, el concepto de aprovechar lo que ya está construido y dotarlo de una nueva vida conectando lo antiguo con lo nuevo me parece un reto y a la vez algo muy sostenible”.
Vemos en piso centenario en el barrio de Malasaña, en Madrid, que ha remodelado Outline Interior, en concreto en la entrada de la vivienda ahora se encuentra la cocina con isla.
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Por dónde comenzar
Cuando se realizan reformas es muy importante hacer un análisis contextual de la preexistencia: debemos conocer las técnicas constructivas que se utilizaban en la época concreta en la que se construyó y ahondar en cuestiones tales como por qué se realizaban ciertas cosas, distribuciones, organizaciones, usos de unos determinados materiales, etc. Garmendia Cordero Arquitectos firma la transformación de una iglesia renacentista abandonada en vivienda. Una intervención realizada en la localidad de Sopuerta (Vizcaya) que supuso tocar la edificación original solo si no había más remedio, manteniendo así su historia y su espíritu.
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Ayer y hoy, ¿cómo acoplarlos bien?
“Es muy importante no utilizar imitaciones, si no se pueden recuperar los restos entonces es mejor trabajar con materiales actuales, y que se note”, aconseja Laura. Diferenciar claramente entre lo que es de antes y lo que es de ahora, que el espacio y los materiales dialoguen, pero no se confundan.
Por ejemplo, en la imagen vemos una casa de campo en la Algaida (Mallorca) rehabilitada por FlexoArquitectura, cuya ampliación destaca por el empleo de otros materiales, como propone la experta.
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Nuevos empleos de lo viejo
Otro recurso es el reciclaje con otros usos, el también denominado upcycling o reciclaje creativo, que supone una acción ecológica.
En una vivienda antigua reformada por la arquitecta e interiorista se tuvieron que sustituir todas las vigas de madera del techo, “cuando vimos acopiadas todas esas maderas sentimos la necesidad de aprovecharlas, realizamos una serie de tres mesas para la casa. En cierto modo la memoria de esa vivienda sigue ahí”, detalla Laura. El mismo concepto aplicó Dom Arquitectura cuando instaló las puertas y ventanas originales a modo de una decoración expuesta en la pared (como se puede apreciar en la fotografía), recuperando así parte de la historia de la casa.
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Terrazo, gotelé y más cosas que vuelven
“Como siempre huyo de las imitaciones, el abuso de materiales de otras épocas sin entenderlos, el terrazo, por ejemplo, que hace ya algunos años volvió, me gusta utilizarlo entendiendo su materialidad, es decir, no solo la estética sino que está hecho con piedras naturales pulidas y eso le confiere una resistencia y que cada pieza sea única. Si ponemos un gres que lo imita estamos quedándonos solo con su estética y me parece que es perder el 50% de su esencia”, opina la experta.
En este baño de un piso en Ferrol (La Coruña) reformado por Imaisde Design Studio, en el baño se conserva el terrazo original para revestir paredes y suelos.
Por otra parte, también “hemos vuelto a utilizar texturas en paredes como el gotelé o la tirolesa, pero ahora lo hacemos para darle expresividad a los espacios y eso me parece que es el punto interesante, técnicas de antes con lecturas de ahora”, afirma Laura.
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Otros tiempos, otras viviendas
Antes se construía de otra forma y las viviendas también eran diferentes. Laura nos pone dos ejemplos:
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Una casa en la huerta de más de 60 años lo más probable es que esté realizada con muros de carga directamente sobre el terreno y una cubierta de madera y teja sin impermeabilización ni aislamiento térmico (de ahí la razón por la que siempre encontramos techos de escayola bajitos, los colocaban para evitar goteras y reducir la altura a calefactar).
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Si reformamos una casa de los años 70’ u 80’, lo más habitual es encontrarnos grandes pilares de hormigón y una compartimentación de espacios exagerada y muy jerárquica debido a los modos de vida mayoritarios de aquella época, cosa que ahora están en peligro de extinción.
En la propuesta vemos la reforma de un piso en Valencia, en concreto el espacio de teletrabajo para dos, debido a las nuevas demandas provocadas tras la llegada de la pandemia. Se trata de un proyecto de Destudio Arquitectura.
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Demanda de estancias más abiertas y amplias
Las familias han cambiado, la pirámide familiar cada vez está más desdibujada y las familias ahora son múltiples y sus necesidades cambiantes. Incluso mucha gente se plantea rehabilitar casas antiguas para usarlas de co-housing o alojamiento rural, por lo que los esquemas originales ya no valen. También ocurre que la corresponsabilidad de las tareas requiere espacios multifunción y priorizan uno amplio a cuatro pequeños.
Así, en la actualidad, la mayoría de las personas prefieren hacerse una casa para ser disfrutada y vivida al máximo.
En la imagen una reforma parcial de un dúplex en Murcia proyecto de Laura Ortín Arquitectura. En concreto vemos la entrada, situada tras el salón, donde las estanterías en madera y el armario tipo closet recuerdan a los tableros de ajedrez que la clienta tenía en casa. Dicho recibidor cumple también la función de rincón de lectura y, aparte de encontrarse relacionado con la sala de estar, también lo hace relacionado con el comedor y la cocina, todo en un ambiente abierto.
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Reformar casas antiguas (incluso centenarias)
A nivel constructivo en las viviendas con solera casi siempre tenemos muros muy anchos con una gran inercia térmica, cubiertas inclinadas muy altas que dan mucho juego a la hora de crear dobles alturas, altillos. En definitiva, se cuenta con más volumen.
A nivel emocional las personas conectamos con recuerdos de experiencias vividas en esas casas, cuando visitabas a los abuelos, cuando viajaste con la familia a un pueblo perdido, son recuerdos felices que nos traen ese tipo de arquitecturas.
El punto negativo es económico. Todo se puede rehabilitar y recuperar, el problema en algunos casos es el coste que tienen dichos trabajos. “Sobre todo si quieres mantener la esencia y no caer en ‘imitaciones’ suele resultar caro actualizar la vivienda a las exigencias de habitar de hoy en día, en cuestiones como resistencia, durabilidad o confort”, advierte Laura.
En la propuesta, Raúl Sánchez Architects une dos pisos en el barrio del Raval de Barcelona, creando un dúplex moderno.
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Que no te obsesione la perfección
Si nos encontramos con un suelo original de barro o hidráulico, por ejemplo, hay que aceptar que va a estar envejecido y, probablemente, parcialmente roto. Eso tiene su encanto, porque habla de su pasado. “Yo lo mantendría y rellenaría las zonas donde no estuviera, porque hayamos quitado tabiques, de algún material como cemento pulido o madera”, propone la arquitecta. Y es precisamente lo que han hecho en la reforma de un piso en el Cabanyal (Valencia) desde OSB arquitectos.
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Reformas con alma de casas más nuevas
Somos exigentes en cuanto al tema del confort, queremos buen aislamiento térmico, acústico y eficiencia en las instalaciones, pero a todo ello le sumamos el deseo que de todo esté en un espacio ambientalmente emocional, que nos produzca confort visual también.
En las casas de 50 años atrás o más nuevas, debemos aprovechar los elementos antiguos que apreciamos y restaurarlos en la medida de lo posible con técnicas actuales, pero manteniendo su esencia. Vemos un ejemplo en esta casa con patio de Beniaján (Murcia), un proyecto de Laura Ortín Arquitectura.
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Un importante recordatorio
Sea cual sea el elemento que necesitemos colocar, la premisa es no intentar imitar lo que había en la época en la que se construyó la casa. El motivo que nos da Laura es que, esas cosas se hacían antes porque respondían a su tiempo, a su contemporaneidad, por tanto, nosotros debemos responder a nuestro tiempo. Así pues, la clave de una reforma con alma consiste en encontrar el equilibrio entre los elementos actuales añadidos y los originales conservados.
Un buen ejemplo de lo que explica la experta es este ambiente de dormitorio diseñador por Egue y Seta en un piso con historia en Barcelona, en el que lo viejo y lo nuevo se dan la mano con éxito.
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