Desde hace años, las tendencias decorativas del norte de Europa han ido copando páginas y revistas de decoración y cada vez están más presentes en nuestras casas. Y es que los nórdicos son conscientes del poder que tiene tu casa para ayudarte a gestionar tus emociones, vivir cómodo y ser más feliz. Nórdico, hygge, lagom, skogluft, koselig… Suma y sigue. Pero, ¿sabes en qué se basa cada uno y cómo llevarlos a tu casa? Te explicamos los fundamentos de cada una de estas tendencias nórdicas y cómo adaptarlas para sentirte (aunque sea) un poquitito mejor en casa.
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Por qué miramos al Norte
Es sencillo. Por quinto año consecutivo, el Informe Mundial de la Felicidad 2022 (World Happiness Report) ha nombrado a Finlandia como el país más feliz del mundo, seguido de Dinamarca e Islandia. Para recabar los datos de este estudio, se analizan datos del PIB per cápita, el apoyo social, la esperanza de vida saludable, la libertad, la generosidad y la corrupción, ofreciendo un análisis de cómo las personas de todo el mundo evalúan su propia felicidad.
Tal vez sea por las pocas horas de luz que reciben o la ausencia del verano como lo conocemos nosotros lo que nos llama la atención de su cultura, forma de ver la vida y manera de vivir. Y es que los nórdicos saben mucho de lo que es pasar tiempo en casa, ya que en muchas zonas de estos países se dan meses enteros en los que no ven la luz del sol y las temperaturas medias son bajo cero durante todo el día.
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El ya clásico estilo nórdico
Hace varias décadas que se popularizó el estilo nórdico (aunque el término fue acuñado a mediados de los años 50), revolucionando el concepto decorativo. Los ambientes cargados y cálidos daban paso a estancias más minimalistas, muebles con una clara función pragmática y una (casi) obsesión por los colores claros. Y es que podríamos decir que estas son las bases del estilo nórdico, donde los muebles cumplen siempre una función, pero sin dejar de mirar la estética, donde no hay nada al azar y rehúsan de los artificios. En este contexto, los colores suaves y maderas claras son también sus acabados predilectos. Y es normal. Teniendo en cuenta que en sus hogares la luz natural es un bien muy preciado, estas tonalidades ayudan a multiplicar la luz y aumentar la calidez, de la que la madera es principal responsable.
Pero, ¿por qué lo hemos adoptado con tanta facilidad, como si en nuestro país también tuviéramos tan solo 6 horas de luz diarias (o menos)? El estilo nórdico ha ido ganando adeptos debido a que aúna conceptos como la sencillez, el estilo y la funcionalidad, con una clara vocación de crear espacios agradables, cómodos y en los que prima la calidez. Y, aunque adaptado a nuestro estilo de vida e influencias mediterráneas, sigue en plena vigencia.
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El nórdico retro, un sucesor con tintes tradicionales y elegantes
En los últimos años, hemos visto cómo el estilo nórdico ha regresado a sus raíces, con muebles con patas inclinadas, maderas más oscuras y una estética pura y muy limpia. Y es que se han recuperado los diseños de grandes creadores como Hans J. Wegner (silla Wishbone), Arne Jacobsen (Silla Egg y la silla número 7), Alvar Aalto (silla Paimio y las mesas auxiliares apilables), Michael Thonet (silla nº 14) y su hijo August Thonet (silla nº 51) –aunque son alemanes– o Eero Saarinen (silla Tulip, de la que podemos encontrar todo tipo de versiones hoy en día).
Y estos icónicos diseños viven una nueva época de esplendor, siendo cada vez más utilizadas para carácter y un marcado estilo moderno, aunque con tintes retro, a la decoración.
'Hygge', la felicidad está en casa
Este concepto danés no tiene una traducción literal en castellano, aunque podríamos decir que es una sensación de bienestar y confort. Si le preguntáramos a un danés qué es el hygge, seguramente su explicación pasaría por una agradable tarde al calor del fuego, con una buena y calentita manta de lana y un chocolate caliente con especias. Se trata de sacar partido de cada momento, disfrutando de cada detalle y los pequeños placeres en el hogar. En términos decorativos, podríamos decir que se trata de crear atmósferas acogedoras y relajantes, en las que las preocupaciones no tienen cabida y la calidez es su principal máxima. Pero también está relacionado con la importancia de encontrar momentos para uno mismo y relajarse sin preocupaciones, así como sacar tiempo para los tuyos, con pequeñas reuniones familiares o con amigos, relajados, disfrutando de una película o unos divertidos juegos de mesa.
Y, ¿cómo conseguir ese sentimiento hygge en casa? Para empezar comienza por buscar materiales que aporten calidez: aquí la madera al natural vuelve a ser protagonista. Pero también a potenciarla mediante texturas como la lana o las mantas de pelo. La iluminación juega también un papel clave, teniendo en cuenta la falta de horas de luz de los países nórdicos. Para ello, crea puntos de luz indirectos, que potencien la iluminación ambiental. Y elige una temperatura de la luz cálida: huye de las tonalidades más frías, propias de una oficina o hasta un garaje.
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'Skogluft', el poder de las plantas
Os lo hemos contado muchas veces: tener y decorar con plantas tu casa es sinónimo de bienestar. Tienen muchísimos beneficios: aíslan del calor, el frío y el ruido, regulan los niveles de humedad y decoran, entre otras ventajas. Y esto los nórdicos lo saben. Pero, ¿qué pasa en estancias con poca luz, como les pasa a ellos en su día a día? Pues que hay que echar mano de plantas resistentes, que puedan sobrevivir con pocas dosis de luz y agua y sean frondosas. En este contexto, triunfa el método Skogluft, creado por el noruego Jørn Viumdal, quien propone llevar la naturaleza al interior de las casas (pero también la oficina o el lugar de trabajo) mediante paredes de plantas. Podría ser lo que aquí llamamos jardines verticales, con la particularidad de que se ubican en el interior.
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'Koselig', saber estar bien en casa
Este término noruego aboga por encontrar en casa el mejor y más acogedor refugio. Para ello, es fundamental crear ambientes en los que reine la calma y la tranquilidad, que sean acogedores y agradables. Se trata de compartir las cosas sencillas para conseguir un sentimiento de bienestar interior, generalmente con familiares y amigos, dentro o fuera de casa y durante todo el año. Y, aunque podemos decir que este término está íntimamente relacionado con el hygge danés, en el koselig cumple una papel básico también el orden. Porque es imposible encontrar ese equilibrio si lo que nos rodea es caos y desorden. En definitiva, se trata de estar a gusto, en un espacio cálido y acogedor. Y es que este término se emplea también para describir una situación agradable, una persona amable o una casa cálida.
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'Lagom': la clave está en el punto medio
Este concepto procede de Suecia. Su traducción literal es ‘moderar’ y, siendo un poco más literarios, como “ni demasiado, ni demasiado poco, solo lo adecuado. En su justa medida”. Y, aunque el ‘término medio’ ya fue acuñado por Aristóteles en el siglo IV a.C., los suecos le dan una vuelta de tuerca, aplicándolo a todos los aspectos de nuestra vida. Para ellos, el lagom se basa en el placer de compartir y la moderación como base para el bienestar y la felicidad. Y sugieren empezar por la casa. Para alcanzar esa vida equilibrada, comienza por crear un hogar cálido y acogedor, al que siempre estés deseando regresar. Para ello, rodéate solo de objetos que te generen felicidad, evitando los ambientes desordenados y abigarrados, en los que moverse es toda una odisea. Se trata un poco de emular el estilo nórdico, con materiales cálidos y colores suaves y trasladarlo, después, a todas las esferas de nuestra vida.
'Friluftsliv', a los nórdicos también les gusta estar fuera de casa
Cierto que los nórdicos pasan muchas horas dentro de casa debido a la falta de luz o las bajas temperaturas; pero también saben apreciar los momentos al aire libre. Y es que, precisamente, friluftsliv puede traducirse como vida al aire libre. Y esto contribuye a que estos países copen el ránking de los más felices del mundo, porque igual que saben disfrutar de estar en casa, también son capaces de superar el frío y pasar los mejores momentos al aire libre. De hecho, uno de los dichos más populares en los países escandinavos es “No existe el mal tiempo, sino la mala ropa”. Y, aunque aquí podemos disfrutar de unas temperaturas mucho más agradables, es una invitación a pasar tiempo en la naturaleza y desconectar de la tecnología y el ajetreo de la ciudad. Así que, haga como haga, vete al campo, da un paseo con tu perro o vete a recoger setas. Estarás más cerca del concepto nórdico de la felicidad. También puedes pasar un rato en la terraza, con una buena manta y una estufa. ¡Te cambiará el ánimo!
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