Los hogares pueden tener contaminantes como ácaros de polvo, radiaciones, disolventes… Se trata de elementos de carácter muy variado a los que conviene hacer frente para lograr un hogar sano y, en consecuencia, salud para todos quienes habitan en ella. Un experto en la materia, Carles Surià (www.carlessuria.com), profesional liberal, ingeniero, geobiólogo y consultor en biohabitabilidad desgrana todo acerca de los tóxicos que podemos encontrar en casa y, además, aconseja sobre cómo prevenirlos.
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Contaminantes más probables en los hogares
Para comenzar, vamos a clasificar los tipos de tóxicos que podemos encontrar en las viviendas y que convendría eliminar o minimizar. Son básicamente tres:
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Físicos: radiaciones, iluminación, ruidos…
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Químicos: disolventes, pesticidas, plastificantes…
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Biológicos: mohos, ácaros, levaduras…
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Síntomas de alerta en la salud
Una familia antes de conocer la presencia de contaminantes puede notar que estos existen al provocarse, o acentuarse, distintos síntomas como asma, alergias, fatigas, problemas circulatorios, nerviosismo, dolores de cabeza o problemas circulatorios.
Ácaros del polvo, Compuestos Orgánicos Volátiles (COVs), fibras de amianto, formaldehído, gas radón, hongos, moho... Se trata de contaminantes que no ayudan en absoluto a mejorar nuestra salud y bienestar.
Como detalla Carles, los ácaros del polvo, por ejemplo, constituyen el alérgeno más común en nuestros hogares. Los Compuestos Orgánicos Volátiles, por su parte, además de ser causa de alergias, náuseas, irritación de ojos… provocan incluso cáncer (como por ejemplo el benceno) y causan daños también al medio ambiente, especialmente en las plantas, interfiriendo en su crecimiento. De todos ellos, seguramente el formaldehído es el más común en viviendas.
El gas radón constituye la principal fuente de radioactividad a la que está expuesta la población. Es, además, la segunda causa principal de cáncer de pulmón, detrás del tabaquismo.
Los hongos y el moho son útiles para los ecosistemas, pero en las viviendas son un contaminante que puede provocar reacciones alérgicas tales como congestión nasal, irritación en los ojos o incluso asma.
¿Cómo detectarlos?
Cada contaminante requiere su equipo de medición específico. Lo más habitual es la toma de muestras y el envío de las muestras a laboratorio para su analítica.
El experto detalla algunos ejemplos:
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Para atrapar el moho se utilizan medios de cultivo en placas Petri.
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En cuanto a los COVs, con la ayuda de una bomba se hace pasar el aire a través de tubitos como por ejemplo de gel de sílice.
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Respecto al amianto, también con la ayuda de una bomba se hace pasar el aire a través de unos tubitos donde se deposita (lo vemos en la imagen).
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En relación con los metales pesados, lo más habitual es enviar a laboratorio directamente la bolsa del aspirador de la vivienda.
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¿Cómo prevenir los tóxicos en el hogar?
Cada contaminante identificado tiene su procedimiento de saneamiento. “No podemos generalizar sobre cómo actuar si se detectan tóxicos en el hogar. Prefiero aportar algunas recomendaciones generales de prevención, siempre válidas”:
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La primera y principal es ventilar frecuentemente.
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Disponer plantas de interior.
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Se puede valorar la utilización de mosquiteras como medida de prevención de mosquitos sin la utilización de productos químicos.
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En caso de desear perfumar la casa, aconsejo optar por vaporizar alguna gota de aceites esenciales. Además, bien elegidos, pueden aportar propiedades preventivas de la salud interesantes.
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Evitar impresoras láser, fuente potencial de nanopartículas.
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Hábitos de ventilación de la vivienda
La ventilación permite expulsar los contaminantes volátiles de nuestro hogar, además de ayudar a controlar contaminantes biológicos, como el moho y los ácaros.
Podemos hacerlo abriendo las ventanas o instalando ventilación mecánica con recuperador de calor. Carles explica que “en el momento que esta ventilación es mecanizada nos permite filtrar también el aire que introducimos desde el exterior. Si además le añadimos un recuperador de calor, reducimos el gasto energético en climatización. Así que la valoración del sistema es muy positiva”.
Por otro lado, el experto cuenta que la ventilación es importante pero no lo es todo, puesto que hay contaminantes que la ventilación apenas elimina, especialmente los más pesados, como los plastificantes, los retardantes de fuego o los metales pesados, que suelen encontrarse en el polvo de la vivienda. La aspiración con filtros HEPA (o superiores) constituye un buen complemento a la ventilación mecanizada.
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Hábitos de compra y tabaquismo
Por si no lo sabías, nuestros hábitos inciden directamente en la calidad del aire interior de nuestro hogar y, como advierte el experto, lo hacen negativamente en el caso de, por ejemplo, fumar en espacios cerrados. El tabaco emite gran cantidad de contaminantes al aire interior que después respiran todos los miembros de la familia, de allí la importancia de la ventilación. “En caso de combinar tabaquismo y dosis altas de gas radón, se estima que el riesgo de padecer cáncer de pulmón es 25 veces superior”, especifica el consultor en biohabitabilidad.
Los productos de limpieza están concebidos para evaporarse y cuando lo hacen emiten Compuestos Orgánicos Volátiles en el aire interior. En este aspecto, la ventilación es siempre una elección inteligente durante la limpieza.
Carles considera que otra buena alternativa consiste en seleccionar productos naturales de limpieza como, por ejemplo, los preparados de vinagre para el parquet o el bicarbonato para los sanitarios.
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El mejor mobiliario
En la medida de lo posible hay que elegir mobiliario natural de madera tratado con lasures, ceras o aceites naturales. Estos tratamientos mantienen el poro abierto al vapor de la madera, lo que permite estabilizar la humedad atmosférica interior y, en general, elevarla a un grado superior. Además, también absorben sustancias gaseosas nocivas y reducen la formación de polvo y la carga electrostática.
¿Existen alternativas también saludables? “Los muebles laminados de madera constituyen una opción más económica y con resultados casi tan buenos como la madera maciza. Estos muebles tienen pocas colas, lo que permite mantener buena parte de las propiedades del mobiliario de madera macizo”, detalla el experto.
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La elección de la pintura de pared
Carles explica que, en la mayoría de los casos recomienda pinturas minerales, como la pintura a la cal o la pintura al silicato. Estas pinturas se caracterizan por ser transpirables al vapor de agua (no hay condensaciones), fungicidas (su pH es alto), con bajas o incluso nulas emisiones de COVs, resultar fácilmente lavables con un paño húmedo y, además, sin ecológicas. Quizá su principal desventaja se encuentre en su aplicación: la superficie a pintar debe ser porosa.
En esta cocina en Ibiza de estilo rústico actualizado, el interiorista Raúl Martins opta por la pintura a la cal tanto para paredes como para los muebles de obra.
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Tóxicos, ¿se dan más en casas antiguas o nuevas?
Algunos contaminantes son más típicos de viviendas viejas, como el moho, mientras que otros, como los COVs, suelen tener más presencia en viviendas nuevas.
No obstante, Carles explica que lo más preocupante suele encontrarse en viviendas rehabilitadas. Frecuentemente nos encontramos dobles acristalamientos realizados a posteriori para mejorar el confort térmico y acústico. Si no se incluyen medidas adicionales para mejorar la ventilación, en estas viviendas es más probable encontrarse gas radón y moho.
El gas radón suele penetrar fácilmente al no haber impermeabilización en el terreno, pero luego tiene dificultades para salir de la vivienda al haber mejorado los cerramientos. En cuanto al moho, suele aparecer en las paredes frías mal aisladas térmicamente en el momento que el nuevo acristalamiento dificulta el paso del vapor de agua.
Mejorable legislación actual
A medida que la regulación de la contaminación por el tráfico es más severa y los vehículos son cada vez más eficientes energéticamente, los contaminantes del aire interior de las viviendas cada vez tienen más peso. Así pues, “deberíamos controlar mejor la calidad del aire interior como se ve en la estimación de la EPA conforme el 72% de la exposición a químicos que sufren las personas se produce en interiores”, opina el experto.
La cuestión es que las patologías de salud derivadas de la sobreexposición a químicos en viviendas son relativamente fáciles de evitar, al menos en fase de diseño y construcción. En este aspecto, se echa de menos una mayor regulación legal de prevención de salud en materia de proyectos de edificación.
“La modificación del Código Técnico de la Edificación en 2019 para incluir medidas para reducir el acceso de gas radón a la vivienda de obra nueva debería tener continuidad en la mayoría de los contaminantes habituales”, concluye Carles.
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