El metal es un material muy apreciado en la decoración actual. Aporta modernidad, brillo y un toque elegante que nos encanta. Además, hay una gran variedad para elegir, desde el hierro forjado hasta el acero inoxidable. Hoy te damos algunas pautas para combinar metales diferentes en tu salón, el recibidor o la cocina.
¿Por qué elegir solo uno?
La norma más habitual es optar por un único metal a la hora de decorar un salón o cualquier otro espacio. En principio podría parecer un tanto osado mezclar varios metales diferentes en una misma estancia, dado el carácter especial de estos objetos.
En realidad, nada impide utilizar elementos de metales distintos, siempre que los combines adecuadamente y no te excedas demasiado. Las normas están para romperlas, ¿no?
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Resistentes e infalibles, los metales más empleados
En materia de decoración se utilizan desde hace décadas diferentes metales, cada uno con su apariencia, su brillo y sus características. Estos son los más empleados:
- Hierro forjado. Es resistente y duradero, aunque tiene tendencia a oxidarse si está expuesto a la humedad. Es perfecto para interiores de estilo rústico donde puedes encontrarlo en lámparas, muebles, barandillas, picaportes, barras de cortina, etc.
- Acero inoxidable. Muy habitual en las cocinas actuales, ya sea en el fregadero, la encimera o los electrodomésticos. Lo mejor es que no se oxida ni se estropea y es muy fácil de limpiar y mantener.
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Tonos dorados y rosas
Otros metales que también son muy frecuentes en la decoración de las casas de hoy son:
- Latón. Es duradero y fácil de limpiar y mantener. Lo encuentras habitualmente en interiores de estilo mid century modern, aunque va de maravilla en la mayoría de los estilos decorativos.
- Cobre. Su apariencia rosada, muy original, lo convierte en un metal muy especial. Si quieres evitar que se oxide o se estropee puedes frotarlo con cera de abejas.
- Aluminio. Un metal ligero y económico, pero también fácil de limpiar. No se oxida.
- Cromo. Más que un metal es un acabado. Se trata de una capa de cromo que se aplica sobre otro metal como el acero, por ejemplo. Es brillante y fácil de limpiar y mantener.
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Combinar los acabados
Además de los metales que puedes emplear en la decoración, existen varios acabados que aportarán efectos totalmente diferentes a los objetos metálicos.
- Mate. No presenta brillos ni reflejos.
- Pulido. Sea cual sea el metal, el acabado pulido aporta un toque elegante.
- Cepillado. La superficie del metal cepillado es irregular, con un aspecto rugoso, menos brillante y con una textura especial. Disimula bien las huellas de los dedos y las manchas.
- Martillado. Desgastado, como si hubiera sido golpeado.
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Un metal dominante
La mejor manera de combinar metales es seleccionar uno que domine el espacio y añadir después uno o dos metales o acabados diferentes. El metal dominante puede estar en las griferías, tiradores y picaportes, por ejemplo.
Una buena idea es elegir tonos plateados o tonos dorados, y no ambos a la vez. Los colores cálidos prefieren metales como el latón o el cobre. Si la paleta de colores es fría, le irán mejor los tonos de acero inoxidable o hierro. En interiores decorados en blanco y negro, cualquier metal será bienvenido.
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Apuesta por el contraste
Utilizar el brillo del metal para aportar equilibrio a un espacio concreto es una buena idea. Si el ambiente es sobrio y está decorado con colores neutros, los objetos de metal proporcionan elegancia y un toque de luz.
Un ambiente industrial, por ejemplo, con elementos de hierro, puede acoger de maravilla una lámpara dorada capaz de crear un contraste interesante.
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Cuidado con el exceso
Aunque ya sabemos que mezclar metales diferentes en un mismo espacio no es una locura, tampoco conviene pasarse con la cantidad de elementos o con los metales elegidos. Ten en cuenta que si añades demasiados matices podrías caer en el caos. Como regla general, es buena idea combinar únicamente dos o tres metales o acabados.
Gran variedad de lámparas metalizadas
Aunque hay otros materiales muy apreciados para convertirse en pantallas de lámparas, como pueden ser las fibras naturales, existe una gran variedad de luminarias de metal, perfectas para arrojar un poco de luz allí donde se necesita.
Las lámparas de metal pueden ser de mesa, de pie o de techo. Estas últimas te ayudan a introducir un elemento de interés sin distorsionar.
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Los espejos de metal dorados
Merecen un apartado para analizar su gran poder decorativo. Los espejos dorados son un clásico en la decoración del salón o del dormitorio que, además, se pueden combinar muy bien con otros objetos metálicos.
Quedan perfectos en ambientes de cualquier estilo, como espacios industriales en los que se acompañan de muebles o elementos de hierro forjado. El hierro pintado en negro resulta sobrio y fácil de mezclar con otros acabados más barrocos.
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