Exóticas, decorativas y con un punto veraniego que te ayudará a alegrar tu casa todo el año. Así son las palmeras de interior que, aunque con un tamaño mucho más reducido que sus primas de exterior, se convierten en una alternativa perfecta para poner un toque tropical en casa aunque estemos en pleno invierno. ¿Te animas?
Elegancia tropical
Una de las características que definen a la mayoría de las palmeras, ya sean de interior o de exterior, más grandes o más pequeñas, es su porte estilizado y elegante. Suelen tener troncos esbeltos y hojas largas y exóticas, aunque hay una gran variedad de especies y cada una presenta sus particularidades.
Si te gustan las palmeras elige alguna variedad que puedas cultivar en contenedor dentro de casa y dale los cuidados que necesita. Conseguirás que crezca frondosa y feliz.
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Elige la especie adecuada
Aunque te gusten la mayoría de las palmeras y las veas pequeñas en el vivero, no todos los ejemplares son adecuados para cultivar en el interior de casa. Muchas de ellas alcanzan una gran altura y no pueden desarrollarse en una maceta por grande que esta sea.
Además, algunas necesitan estar a pleno sol y no se pueden cultivar en interiores. Por eso lo primero que debes hacer es informarte sobre qué especies puedes cultivar dentro de casa y cuáles no. Algunos ejemplos de palmeras perfectas para interior son la kentia (Howea forsteriana), la areca (Dypsis lutescens) o la palmera de salón (Chamaedorea elegans).
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Que no le falte luz
La mayoría de las palmeras, tanto las de exterior como las de interior, necesitan una buena cantidad de luz para crecer en condiciones y mantener el verde de sus hojas. Hay determinadas especies que toleran mejor estar en entornos oscuros, pero por lo general una gran dosis de luminosidad es un requisito importante para cultivar palmeras.
Por eso debes buscarle a estas plantas un espacio luminoso dentro de casa. Si las pones cerca de una ventana, mejor que estén protegidas con una pantalla, una cortina o un estor. Aunque aman la luz, los rayos del sol directos a través del cristal podrían quemar sus hojas.
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Temperaturas medias y buena ventilación
Si hay algo que no les gusta nada a las palmeras de interior son las temperaturas extremas, tanto cuando se trata de frío como de calor intenso. Ellas aman los climas suaves y húmedos, en los que el termómetro no baja de 10ºC.
También es importante que ventiles adecuadamente la habitación en la que vas a poner tu palmera, evitando que le alcancen las corrientes de aire.
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El mejor riego
Aunque necesitan un entorno húmedo para crecer felices, las palmeras no requieren de un riego excesivo. Más bien necesitan aportes de agua frecuentes (dos o tres veces por semana en verano) pero moderados, que puedan mantener el sustrato húmedo pero sin encharcarlo, lo que les viene fatal a las raíces. Lo mejor es ir controlando que la tierra no se seca totalmente. Si tienes la maceta sobre un plato, vigila que este no se llena de agua y vacíalo si es necesario.
En cuanto a la humedad ambiental, hay que saber que es muy importante para las palmeras, por lo que es buena idea pulverizarlas a menudo.
Un consejo: a las palmeras no les gusta nada el agua con alto contenido en cal. Tendrás que regarlas con agua blanda o agua de lluvia.
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Abonar, una tarea importante
Para reponer toda la energía que tu palmera gasta a la hora de crecer y desarrollarse es importante que le proporciones una buena cantidad de nutrientes en forma de abono. Debes hacerlo en la época de mayor crecimiento, desde comienzos de la primavera hasta finales del verano.
Utiliza un fertilizante específico para palmeras siguiendo las instrucciones del fabricante en cuanto a la dosis y a la forma de aplicación. Otra alternativa es emplear guano líquido diluido en el agua de riego.
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Cómo trasplantar tu palmera de interior
Poco a poco, y aunque se trate de un ejemplar de pequeño tamaño, tu palmera irá creciendo, por lo que tendrás que trasplantarla a una maceta de mayor tamaño. Es conveniente hacerlo en primavera, utilizando un contenedor de un diámetro unos 4 o 5 cm mayor que el antiguo.
A la hora de elegir el sustrato adecuado, elige una mezcla de 70 % de sustrato universal y 30 % de perlita, para mejorar el drenaje y evitar que después se encharque con el riego.
Cuando saques la palmera de la maceta vieja, procura no zarandear el cepellón, ya que las raíces son delicadas y pueden romperse con facilidad.
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Palmera de salón, una opción infalible
Si no quieres equivocarte en la elección de tu palmera de interior puedes optar por la palmera de salón (Chamaedorea elegans), una planta bella y fácil de cultivar en interiores.
Es resistente y no crece demasiado (no más de 2 o 3 metros de altura), por lo que se puede plantar en maceta sin que ello comprometa su desarrollo. Además, resulta muy decorativa, gracias a sus hojas pinnadas de color verde intenso. Tiene un único tronco, bastante delgado. Para que resulte más frondosa, se suelen plantar varios ejemplares juntos creando así una mata más densa en la maceta.
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Otras especies con las que acertarás
Además de la palmera de salón (Chamaedorea elegans), hay otra especies de palmeras que puedes cultivar con facilidad en el interior de casa. Una de ellas es la areca (Dypsis lutescens), una palmera de tamaño medio (puede alcanzar los 2 metros de altura), resistente y decorativa, gracias a su porte elegante y a sus largas hojas verdes.
Aunque le gusta estar en entornos luminosos, también soporta la semisombra, por lo que no tendrás que preocuparte demasiado. Riégala un par de veces a la semana, vigilando que no se encharque la tierra de la maceta, y pulveriza sus hojas de vez en cuando.