Si te estás planteando la compra de un vehículo eléctrico o híbrido, o ya tienes uno en propiedad, este reportaje te interesará, pues instalar un punto de carga en casa resulta muy cómodo y, como te explicamos, incluso te permitirá ahorros. Descubre todos los detalles acerca de estos puntos de carga, incluido el presupuesto que comporta y las ayudas de las que te puedes beneficiar.
Nos asesoran sobre esta temática Enrique del Valle, presidente de la comisión de Industria de FENIE (Federación Nacional de Empresarios de Instaladores de España; fenie.es) y Sergi Belda, Director de Desarrollo de negocio en Cargacar (cargacar.com).
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Ventajas de cargar en casa
La instalación de un punto de recarga en casa permite una mayor autonomía e independencia del propietario del vehículo, además de ahorros en la factura eléctrica.
Enrique especifica que “resulta muy cómodo, al eliminar los tiempos de espera. Asimismo, por nuestro modo de vida es habitual la recarga del vehículo eléctrico por la noche, mientras estamos en casa, lo que resulta interesante porque coincide con las horas valle de las tarifas. Del mismo modo, existen soluciones técnicas en el mercado que analizan de forma continua los consumos de la instalación, y dedican mayor o menor potencia a la recarga del vehículo eléctrico en función de las necesidades de la vivienda, lo que permite que tras un análisis previo del perfil de consumo, en todo momento se aproveche la potencia disponible, sin necesidad de que esta tenga que realizar un aumento de la misma y por tanto no sea necesario incrementar los costes fijos de la factura eléctrica”.
Sergi, por su parte, añade que “salir de casa con el coche cargado es lo más eficiente tanto en comodidad como en coste. La recarga pública siempre saldrá más cara que si se realiza en casa”.
A todo ello hay que sumar que los equipos de carga pueden alimentarse con energía solar.
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Cambio de tónica
Existe una creciente demanda de la instalación de puntos de carga, especialmente en grandes ciudades y su extrarradio. Enrique lo justifica así: “este aumento de demanda se está dando principalmente en las zonas cercanas a núcleos urbanos de ciudades en las que los requisitos para el acceso a vehículos de combustión cada vez son más elevados”.
Distintos cargadores en función del vehículo
Sergi detalla que los puntos de recarga de subdividen en cuatro categorías o, mejor dicho, como se conoce en el sector, en Modos:
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Modo 1: enchufe doméstico tipo Schuko, válido para carga de la mayoría de motocicletas de forma directa.
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Modo 2: partiendo de un enchufe doméstico o industrial tipo CETAC le conectamos un cargador portátil.
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Modo 3: es el tipo de carga que realizamos tanto en casa como en lugares públicos, con una potencia no superior a 22kw.
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Modo 4: es el tipo de carga conocida como rápida y que solo encontramos en cargadores públicos. Su potencia es superior a los 22kw.
“Mientras que en los modos 1, 2 y 3 el vehículo coge la electricidad de la red que es corriente alterna y la pasa por su inversor interno para convertirla en corriente continua, que es la que vale para cargar las baterías; en el modo 4 el cargador público ya entrega la energía en corriente continua y directamente a la batería de coche”.
¿Los hay compatibles para todo tipo de vehículo eléctrico?
Desde Cargacar opinan que “afortunadamente se ha estandarizado para el mercado europeo al menos, el tipo de conector Mennekes o también conocido como Tipo 2. Por tanto, los usuarios de un vehículo eléctrico puro o híbrido enchufable disponen de la posibilidad de realizar la carga ya no solo en su garaje, también en cualquier cargador público”.
Dónde y cuándo recargar
Desde Cargacar realizan esta serie de recomendaciones:
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Disponer de punto de recarga propio en la vivienda/oficina (Modo 3).
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Disponer de una cable macho-hembra para poder cargar en cargadores públicos.
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En caso de tener una segunda residencia, disponer también de un equipo portátil para poder cargar desde un enchufe doméstico (Modo 2).
Y como ya hemos dicho, aprovechar la noche para hacerlo resulta interesante porque la electricidad es más barata y porque la carga se hace sin tener que realizar esperas, mientras descansas tranquilamente.
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¿De qué elementos consta el punto de carga?
“Si hablamos del Modo 3, un cargador consta de un sistema interno electrónico de control e intercomunicación con el vehículo que es, a la larga, vital para una recarga ‘sana’ y que asegure la correcta carga y cuidado de las baterías, y un sistema de protecciones, para evitar que problemas en la red eléctrica puedan afectar a nuestro vehículo”, detallan desde Cargacar.
Respecto al cuadro general de mando y protección, desde FENIE añaden que “permite activar o desactivar la infraestructura de recarga y, llegado el momento, actuará de manera automática para evitar accidentes”.
¿Debemos solicitar permiso para la instalación?
Enrique detalla que, “de forma general para la instalación de infraestructuras de recarga privadas o de acceso público en edificios privados, no es necesaria la solicitud de ningún permiso a la administración. En el caso de comunidades de propietarios en los que un usuario quiera ubicar un punto de recarga en una plaza de garaje, el usuario deberá informar previamente a la comunidad, para que esta sea conocedora de que este va a llevar a cabo dicha instalación. En estos casos el usuario que lleva a cabo la instalación es el que asume el coste de esta y de sus consumos”.
En garajes comunitarios
Sergi explica que en estos casos “lo más extendido es que cada usuario disponga de su cargador en su plaza de aparcamiento, que se encuentre conectado directamente al contador de su vivienda, aunque también existe la posibilidad de un uso compartido, en el que se le tarifica a cada usuario su consumo eléctrico. Cuando existen puntos de recarga propiedad de la comunidad, es decir, compartidos, cada usuario dispone de una tarjeta RFDI u otro medio tipo app en el smartphone para identificarse ante el punto de recarga y desbloquearlo. Así, toda la energía que utilice es contabilizada para posteriormente ser facturada, bien de forma inmediata tipo cargador público o bien cada cierto tiempo”.
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¿Qué precio tiene instalar un punto de recarga?
Enrique nos da unos costes de forma orientativa, pues la inversión para instalar un punto de recarga varía en función de la potencia de este y la velocidad de carga. “Un punto de recarga destinados al sector residencial de P<7.4kW sale por 1.000-2.000 € y esta cuantía incluye tanto el diseño de la instalación, su ejecución por parte de una empresa instaladora, así como la remisión por parte de esta de la documentación técnica a la comunidad autónoma para la legalización de esta, asegurando con este trámite que esta cumple los requisitos de seguridad establecidos en la normativa vigente”.
Y añade, “el incremento de la inversión en caso de que sea necesario aumentar la potencia eléctrica contratada, resulta reducido respecto al coste de la infraestructura de recarga”.
Ayudas públicas
FENIE cuenta que “actualmente y hasta el 31 de diciembre de 2023 el Gobierno tiene abierto el programa de ayudas MOVES III. Entre las actuaciones subvencionables por este programa se encuentran aquellas dirigidas a la implantación de infraestructuras de recarga del vehículo eléctrico, de las que pueden beneficiarse personas físicas, comunidades de propietarios, entidades locales y personas jurídicas”. Así, tanto los particulares como las comunidades de vecinos pueden beneficiarse de ayudas que oscilan entre el 30 y el 80 % del coste de la infraestructura de recarga del vehículo eléctrico.
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