32 metros cuadrados ubicados en el madrileño barrio de Malasaña. Una mini casa a la que se le ha sacado el máximo partido -con este antes y después-, transformando por completo una vivienda ruinosa y compartimentada, en una buhardilla de esencia bohemia, con espacios comunicados y sensación de amplitud.
Antes de la reforma
Esta imagen muestra el estado en el que se encontraba la buhardilla antes de la reforma. Al fondo, la puerta de acceso a la casa con las habitaciones. El techo inclinado deja la parte más elevada a la derecha. Las ventanas -de reducido tamaño- se ubican en la fachada. Este proyecto suponía un reto para el estudio de interiores Interior Studio de PortobelloStreet.es (estudio.portobellostreet.es). La casa se encuentra en el castizo barrio madrileño de Malasaña, conocido por ser un punto neurálgico de movimiento culturales diversos.
Originalmente, esta buhardilla contaba con un envejecido papel pintado en todas las paredes. El techo estaba cubierto con placa de cartón-yeso que cubría las vigas. Al comenzar la reforma "descubrimos que sobre el techo había unas bellas vigas de madera, parte de la construcción original del inmueble. Cubrimos el espacio entre las vigas con placas de cartón-yeso, así como las paredes", detallan los encargados del proyecto.
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Antes y después: aprovechar la luz
Era necesario aprovechar al máximo la luz que recibe, en la cantidad justa, esta buhardilla. Los ventanucos eran la única fuente de entrada de luz, que ahora tras la reforma se ve multiplicada por el color blanco de las paredes y techos y la madera suave del suelo. En esta imagen, arriba, un detalle del estado de las paredes con dos de las ventanas de fachada, que se orientan hacia un patio de vecinos. Abajo, el resultado tras el trabajo de Interior Studio de PortobelloStreet.es, con Alberto Torres al frente, que ha trabajado aquí con el estudio de arquitectura D-Ark (www.d-ark.es/el-estudio). Desde la zona de estar, que ocupa una ubicación central en la planta alargada, se accede al baño y al dormitorio.
En cuanto a los nuevos revestimientos, se ha usado un suelo laminado efecto roble natural de la marca Quick Step, hidrófugo y de gran resistencia. En la cocina, el revestimiento elegido ha sido un porcelánico con volumen de Aparici.
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Una casa en un barrio de gente joven
En el barrio de Malasaña se dan cita modernos restaurantes y tiendas de segunda mano, que conviven con bares, mercados y otros negocios tradicionales. Hoy es un barrio codiciado por gente joven, interesada por la cultura. Este pequeño espacio de 32 metros cuadrados contaba con una habitación, cocina y baño, y dos habitaciones más.
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Luz y amplitud, los objetivos de la reforma
Teniendo en cuenta las características del espacio, pocos metros, poca luz y techo abuhardillado, "nos decantamos por crear un espacio diáfano, eliminando todas las paredes que separaban las distintas estancias", señala Alberto Torres. El objetivo era aportar luz a la buhardilla al tiempo que aumentaba no solo la sensación espacial, sino también el espacio en sí. Esta zona de salón prescinde de elementos decorativos. Destacan el sofá y la butaca Belluci, ambos realizados a medida para este proyecto tan especial y con unos colores llamativos que obligan a centrar la vista en este espacio tan acogedor. Sus líneas redondeadas ayudan a dar dinamismo a un espacio pequeño. El conjunto se completa con las mesas nido Osaka en madera y cristal para quitarle peso visual en la estancia y fomentar la sensación de espacio.
Antes y después: una planta alargada con todos los ambientes
"El objetivo era aportar luz a la buhardilla al tiempo que aumentaba no solo la sensación espacial, sino también el espacio en sí", indican desde el estudio de interiorismo de PortobelloStreet.es. Este antes y después muestra arriba una habitación cerrada y abajo el efecto de apertura y sucesión de ambientes que se ha logrado después de la reforma. La entrada a la buhardilla se encuentra junto al comedor. A partir de ahí, en el lado izquierdo (el de mayor altura), se diseña un frente de muebles hasta la entrada al dormitorio. Este frente acoge la cocina y los armarios roperos.
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La distribución, en función de la inclinación del techo
"Al ser una vivienda abuhardillada, su estructura responde a la propia disposición y caída del tejado. Esta estructura nos obligó a ser creativos y pensar en una disposición abierta que diera sensación de más espacio. Con este concepto en mente, así como el de conseguir una vivienda confortable y funcional, nuestro equipo de diseño se puso a trabajar para aprovechar el espacio al 100% y crear una buhardilla en la que cualquiera querría vivir", explican desde el estudio. Aquí se aprecia el mini comedor que se adosa a una pared y queda frente a la cocina abierta. La mesa extensible Fukuoka y las sillas Anika son de PortobelloStreet.es.
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La cocina (y algo más)
Esta imagen muestra el frente de la cocina que se organiza con muebles altos en un extremo (para frigorífico y microondas) y muebles bajos para la zona de trabajo con fregadero y placa. La parte alta se mantiene despejada para no saturar con un decorativo estante con plantas e iluminación ambiental. Al fondo, de nuevo aparecen armarios altos -realizados a medida por Alcomobi- que en este caso se destinan a armarios roperos junto al dormitorio. Allí, en lo que es la separación de la ducha, se instala un espejo que amplía visualmente el espacio.
El proceso de reforma
Aquí se muestra un momento de la reforma en el que se crea un tabique divisorio entre la zona de día y el dormitorio. Este elemento marca la separación de ambientes según su uso, pero sin cerrar por completo, ya que no existen puertas. Ese tabique sirve para instalar el televisor en el salón, evitando así colocar un mueble para este fin, que llenaría innecesariamente el espacio. En la reforma, ejecutada por la empresa D-Ark, y elección del mobiliario se ha buscado un estilo acogedor, de cierta inspiración nórdica, aunque con la esencia bohemia que aporta la construcción con los techos inclinados y las vigas de madera vistas.
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Antes y después del dormitorio
Para el equipo de PortobelloStreet.es era fundamental trabajar con materiales de calidad para aumentar la eficiencia de la vivienda. Los materiales utilizados para los recubrimientos de las paredes, suelos y techo son de gama alta, al igual que las ventanas. Las antiguas ventanas de madera se han reemplazado por otras que aíslan la vivienda más eficazmente de aluminio lacado en blanco con rotura de puente térmico. Aquí se muestra el antes y después del dormitorio, ubicado en el extremo contrario a la entrada, para dotarlo de cierta privacidad. La cama se orienta hacia el tabique divisorio que veíamos anteriormente y se escogen muebles de líneas sencillas y tonalidades neutras, todos de la colección Osaka de PortobelloStreet.es. El papel pintado usado en la pared del cabecero es de la colección Structure.
Unas estéticas vigas que conceden personalidad
Para no perder la esencia de la construcción, la idea de dejar las vigas de madera vistas en el techo personalizada el espacio. Destacan las tiras led instaladas a lo largo de las vigas, que crean un ambiente acogedor. Toda la iluminación se ha cuidado al milímetro, buscando no solo la eficiencia energética, sino como un elemento decorativo más. En cuanto a la elección del mobiliario, "hemos dejado atrás los artificios y hemos decorado la buhardilla con muebles de líneas rectas y simples, piezas funcionales y colores claros mezclados con elementos acabados en madera", explican desde PortobelloStreet.es. En la pared del dormitorio, obra de Hugo Alfaro, impresa por Imagen Decor.
Antes y después del baño
Cambio de ubicación, distribución y de estética. El baño queda integrado en el dormitorio con una cabina de ducha y un lavabo. A la derecha, una puerta independiza el inodoro a modo de cabina.Los accesorios de los baños, como la mampara, el espejo, la grifería o el plato de ducha son de la marca Roca y los mecanismos eléctricos, como enchufes, interruptores y conexiones de telefonía son de la casa Simon.
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