Encontrar tiempo para limpiar y ordenar la casa entre semana es complicado con los horarios de trabajo, el cole de los niños, las extraescolares… Por eso, hay que optimizar al máximo esos minutos sueltos que nos quedan para, al menos, prevenir que nuestra casa se convierta en un campo de batalla. Te ofrecemos varios consejos y recursos que te servirán para sacar todo el partido a los ratos muertos y que la limpieza del fin de semana sea más llevadera.
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1. Antes de cenar: los dormitorios, listos para descansar
Antes de poneros a preparar la cena o siquiera antes de entrar en la cocina, revisa el estado de tu dormitorio. Deja la ropa del día recogida, la que esté sucia en el cubo de la ropa sucia, la que pueda usarse otra vez, guárdala en el armario. Lo mismo con el calzado. Después, aprovecha para dejar preparada la ropa del día siguiente, ahorrarás unos minutos valiosísimos por la mañana. Invita a todos los miembros de tu familia a que hagan lo mismo y verás cómo durante el fin de semana, el tiempo que dedicáis a ordenar se reduce drásticamente.
2. Antes de cenar: ¿qué pasa con los juguetes?
Si tus hijos juegan en el dormitorio, este paso estará solventado. Pero, si es el salón su habitual espacio de juegos, recoged el espacio antes de poneros a preparar la cena. Tú dedícate a recoger tu ordenador y las cosas que hayas podido dejar en la mesa de centro o sobre la del comedor. Mientras, anima a los peques a que vayan recogiendo los juguetes. Lo ideal es que tengan una cesta o un baúl en el que puedan almacenarlos y no estorben, especialmente si están en esta zona común de la casa. No hace falta darse una paliza, con guardar lo que se ha utilizado en el día notarás la diferencia.
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3. Antes de cenar: da un repaso a la cocina
Antes de ponerte a preparar la cena, limpia los platos y cacharros que tengas en el fregadero y recoge los que estén ya secos. Aprovecha también para vaciar el lavavajillas. No te dará tanta pereza como si lo dejas para después de cenar y, además, lo agradecerás. Asimismo, puedes aprovechar para despejar una parte de la encimera y dejar parte del desayuno del día siguiente preparado: la mesa puesta, la cafetera lista, los boles de los cereales a mano, etc.
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4. Antes de cenar: limpia y recoge mientras cocinas
Mientras tienes la comida en el fogón o metida en el horno, aprovecha para ir limpiando lo que vas manchando. Aunque no te dé tiempo, saca unos minutos para esta tarea: agradecerás ver la cocina recogida cuando termines de cenar y vuelvas con los cacharros sucios de la cena. Ten a mano también el cubo de la basura, para ir depositando los desechos que produzcas mientras cocinas.
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5. Antes de cenar: deja la cocina limpia
Deja también la bayeta pasada por el resto de las encimeras que has utilizado. Recuerda que es más práctico e higiénico emplear una bayeta específica para esta tarea. Cuando tengas la cena casi lista, resérvala y pasa la escoba por la cocina para recoger todo lo que se te haya podido caer al suelo. Hazlo con cuidado de no levantar polvo, piensa que no estás haciendo una limpieza general, solo quitando la posible suciedad del día. Mientras haces esto, abre la ventana o enciende la campana para conseguir que los olores se disipen y no se acumulen en tu casa e invadan otras estancias.
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6. Antes de cenar: no hace falta dejar la cocina impecable
Tampoco te vamos a decir que te pongas a limpiar y que, como consecuencia, se os quede la cena fría. Así que si hay cacharros más sucios o que requieren algo más de tu atención, déjalos en remojo mientras cenas y después será mucho más sencillo fregarlos.
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7. Después de cenar: no dejes para mañana…
No cedas a la tentación y dejes el mantel y demás en el comedor. Recogedlo todo y dejad el comedor limpio y ordenado, como estaba antes de la cena. No dejes tampoco los cacharros en el fregadero hasta el día siguiente. Además de que será más fácil eliminar bien toda la suciedad (y tendrás que frotar más, además de gastar más agua y gas), la cocina no acumulará malos olores y, por la mañana, cuando os levantéis, dará gusto ver la cocina recogida y sin los platos del día anterior. Limpia también todo aquello que habías dejado en remojo.
Pasa una vez más las encimeras y deja las bayetas y estropajos en remojo para que al día siguiente estén listas de nuevo para la acción.
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8. Después de cenar: los electrodomésticos
Aprovecha para programar el lavavajillas con las cosas sucias de la cena y que limpie durante la noche, cuando las tarifas eléctricas son más baratas. Lo mismo con la lavadora. Si se te acumula mucha ropa entre semana (seguro que te pasa si tienes niños), deja también la lavadora programada para que funcione por la noche y, así, tenderla en cuanto te levantes.
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9. Después de cenar: da un repasito al salón
Antes de irte a la cama y tras haber disfrutado un rato cómoda y relajada en el sofá, ahueca los cojines, dobla los plaids, coloca la funda… En definitiva, deja el salón listo y recogido para el día siguiente. Esta tarea, además, no te llevará más de cinco minutos y será una bendición ver el salón recogido cuando os vayáis por la mañana a toda prisa.
10. Después de cenar: deja el baño listo para el día siguiente
Antes de irte a la cama, cuando estés lavándote los dientes, aprovecha para ver en qué condiciones está el baño. Cuelga las toallas que hayan podido quedarse tiradas, extiende la alfombra del baño para que no coja olores, echa a lavar lo que esté sucio y recoge las cremas o productos que haya por medio. Aprovecha también para dar un repasito al lavabo y que, al día siguiente, esté perfecto para las prisas mañaneras.
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