Un buen sueño, relajado y reparador, que te ayude a recuperar la energía cada noche para levantarte exultante por la mañana. Eso es lo que perseguimos, el ideal del descanso nocturno. Y para lograrlo es fundamental que nuestro dormitorio cumpla ciertos requisitos básicos sin los cuales dormir a gusto se convierte en toda una hazaña.
En busca del mejor descanso
Si no concilias fácilmente el sueño por las noches y no duermes lo suficiente, por la mañana estarás cansada y de mal humor, y todo se te hará cuesta arriba. Pero para lograr un descanso de calidad hay que prepararse con antelación.
Los doctores Eduard y Carla Estivill, expertos en sueño, lo explican en su libro El método Tokei (ed. Plaza & Janés): hay que prepararse para dormir bien adoptando ciertos hábitos saludables como cenar de forma ligera, no tomar estimulantes y practicar la desconexión digital al menos dos horas antes de acostarte.
Por otro lado, el dormitorio es otro de los factores a tener en cuenta. Te resultará mucho más fácil conciliar el sueño, y lograr que este sea de calidad, en un ambiente propicio: en absoluta oscuridad, en silencio y con una temperatura ambiental agradable, entre 20 y 23 ºC.
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Mantener a raya la luz natural
Nos encantan los ambientes luminosos y que nuestra casa goce de mucha luz natural, pero lo cierto es que para dormir a pierna suelta necesitamos oscuridad. Si los primeros rayos de sol del amanecer entran a raudales por tu ventana te despertarás antes de lo previsto.
Esto también puede ser un problema si tus circunstancias te obligan a dormir antes de que se ponga el sol o ya de día. Para evitar estos inconvenientes debes asegurarte de que las persianas de la ventana cumplen su función.
También puedes instalar unas cortinas tupidas que bloqueen el paso de la luz. Si pones también unos visillos ligeros podrás regular la entrada de luminosidad en función de las necesidades de cada momento del día.
Un consejo: si controlar la luz es un problema para ti, quizá puedas hacerte con un antifaz cómodo para dormir.
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Diseñar la iluminación con acierto
Una vez cae la tarde, la iluminación artificial marcará la pauta en tu dormitorio. Si la planteas de manera correcta te ayudará a conseguir ese ambiente relajado que necesitas para caer en brazos de Morfeo sin ninguna dificultad.
Para empezar, lo ideal es que convivan diferentes tipos de iluminación. La luz general puede venir de una lámpara de techo o de apliques en las paredes. También necesitarás una luz indirecta, suave y matizada, que será todo lo que necesites para acostarte. Por último, te vendrá bien una luz puntual si te gusta, por ejemplo, leer en la cama.
En todos los casos apuesta por luces cálidas, con un matiz amarillo o anaranjado que recuerde la puesta de sol al atardecer. Huye de las lámparas de luz fría, blanca o azulada, que no favorecen el descanso.
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Los colores que relajan
Elegir los colores fríos del espectro cromático es lo más adecuado a la hora de decorar un dormitorio. Y esto sirve para la pintura de las paredes, los muebles y la ropa de cama. Azules, verdes, grises y malvas, en todas sus versiones e intensidades, se convierten en las tonalidades más acertadas para la habitación, ya que potencian el descanso y esa atmósfera de relajación que buscamos.
Un truco infalible es combinarlos con blanco, el color estrella a la hora de suavizar, matizar y aportar ligereza visual.
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Busca las buenas vibraciones
Crear un ambiente a tu gusto, en el que se respiren sensaciones agradables, es el objetivo para hacer de tu dormitorio un espacio de descanso. La clave está en acabar con cualquier signo de hostilidad que entorpezca la búsqueda del relax, desde el desorden hasta los dispositivos electrónicos.
Una manera de conseguirlo es incorporar un difusor de aroma con un olor suave y relajante, muy discreto. O encender una vela de vez en cuando.
También es buena idea colocar alguna planta. Lejos queda aquel mito según el cual era perjudicial tener plantas en el dormitorio ya que, según se decía, robaban el oxígeno. Hoy sabemos que, aunque las plantas por la noche toman oxígeno y expulsan dióxido de carbono, la proporción es totalmente insignificante. No solo no te causarán perjuicio alguno, sino que aportarán una nota natural y fresca. Incluso hay especies vegetales capaces de purificar el aire de los interiores.
Un colchón que se adapte a ti
El colchón sobre el que descansas cada noche tiene una gran importancia. Es fundamental dormir en una cama cómoda, confortable, y en esto el colchón tiene mucho que ver.
De muelles, de viscoelástica o de látex, puedes elegir el material que prefieras. Lo que sí es importante es que se adapte a ti, a tu peso y a tus circunstancias: si duermes solo o compartes cama, por ejemplo.
No escatimes en el presupuesto a la hora de comprar tu colchón. Pasamos durmiendo una gran parte de nuestra vida, por lo que la inversión merecerá la pena.
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La ropa de cama, confortable y natural
Elegir sábanas, mantas y edredones adecuados es clave para dormir a pierna suelta. La ropa de cama ha de ser cómoda y de tacto suave y agradable. No debe darte mucho calor ni tampoco has de pasar frío. Huye de la mezcla y opta por tejidos naturales como el algodón o el lino: son transpirables y, aunque se arrugan más y se planchan peor, son más confortables y regulan de forma óptima la temperatura corporal. Además, conviene elegir colores neutros, que no sean fuertes ni llamativos, sin grandes estampados.
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En pro del orden
Un dormitorio en orden es esencial para descansar con tranquilidad. Y para conseguirlo tendrás que pensar qué soluciones necesitas tú: qué espacios de almacenaje se adpatan mejor a tu habitación, si te viene bien disponer de algún colgador o percha, si te hacen falta muebles auxiliares o no, etc. Hay soluciones perfectas para cada necesidad que surja.
Un ejemplo: contar con un espacio en el dormitorio para dejar tus cosas es una buena idea. No nos referimos a prendas de ropa ni a tus complementos. Hablamos de las cosas que utilizas cuando están en casa: el móvil, tu reloj, etc. Disponer de un rincón donde tenerlas a buen recaudo cuando vayas a acostarte te vendrá bien. Puedes colocar una pequeña bandeja en la mesilla o en algún mueble del dormitorio, una caja o una cesta.
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Un rincón para el relax
Para leer, pensar, meditar, escribir… Para reflexionar cinco minutos por la mañana o por la noche antes de acostarte. Disponer de tu pequeño rincón de relax en el dormitorio es una gran idea para la que no necesitarás demasiado espacio.
Puede ser una pequeña butaca o un banco. Añade comodidad con algún cojín y un plaid y ya estará listo.
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