El microclima es el conjunto de las condiciones climáticas particulares de un lugar determinado y conocer los que afectan a nuestro jardín, y hablamos en plural porque raramente es solo uno, resultará vital para diseñar un espacio exterior bello y sostenible.
Dos expertos, Fernando Nájera, fundador de Fernando Nájera Paisajista y Santiago Herrero de Egaña, biólogo paisajista en Paisajes Pensados, nos ofrecen todas las claves para comprender los microclimas del jardín y rentabilizarlo en una planificación eficiente.
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¿Qué son los microclimas?
Un microclima es el conjunto de variables o patrones atmosféricos que rigen en un espacio reducido determinado. Y ello, como cuenta Fernando, “viene condicionado por el relieve, la luz que recibe, la humedad y temperatura, régimen de viento…”.
Por su parte, Santiago reconoce que “observando, conociendo e incluso ‘creando’ en algunos casos estos microclimas tenemos mucho terreno ganado a la hora de generar un jardín sostenible”.
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En el jardín existen varios microclimas
En los jardines de nuestras casas siempre existirán varios microlclimas, porque el edificio generará sombras, como también las pueden crear elementos vegetales como trepadoras, abrbustos y árboles. Desde Paisajes Pensados explican que “la vivienda generará exposiciones al sol diferentes a su alrededor, un lado norte más umbrío y uno sur más soleado, por ejemplo. También puede haber lugares donde se recoja más pluviometría que en otros. La topografía también es determinante. Si el terreno es llano, retendrá más agua que si está en pendiente”. Y añaden, "a un lado de un muro que se recalienta durante el día y expele calor durante la noche las condiciones de temperatura cambian a lo largo del día de forma diferente a si esa pared no existe o si es vegetal”.
Mientras que desde Fernando Nájera Paisajista explican: “cuando a resguardo del sol se plantan las hortensias acompañadas de helechos o de aspidistras, o cuando un seto abriga un jardín de los vientos… no son más que modos de aprovechar o crear microclimas”.
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Comprender los microclimas
“Si entendemos un jardín sostenible como aquel que es compatible con los recursos de que dispone el lugar en que se emplaza, la comprensión de los microclimas es imprescindible. De ellos va a depender qué podamos hacer, cómo se va a mantener y cómo se va a disfrutar”, revela Fernando. Quien también nos ofrece las claves para reducir la demanda de agua del jardín. Se puede hacer por dos vías distintas:
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Diseñar el jardín con vegetación que una vez asentada no requiera aportes extras de agua, es decir, que sea capaz de crecer con los recursos del lugar.
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Diseñar el paisaje exterior de acuerdo a un aprovechamiento óptimo de los recursos presentes y futuros. Saber qué plantas y qué elementos situados en el jardín van a generar un efecto beneficioso a largo plazo sobre el consumo de agua. Al plantarlo puede que no sea tan ahorrativo como el del primer caso, pero cuando se establezca llegará a un equilibrio y además será mucho más atractivo. Setos, vallas, ríos secos, árboles que den sombra, estanques… son elementos que estratégicamente situados ayudan a generar microclimas que podremos aprovechar.
Exposición solar
La exposición al sol es el principal factor que influye en los microclimas del jardín. “Para conocerla bien se debe hacer un estudio de `sombreamiento’ que incluya las sombras que se proyectan en el momento de empezar a diseñar el espacio exterior y como serán esas sombras a lo largo de las estaciones y de los años cuando el arbolado crezca”, detalla Santiago. En el gráfico vemos un estudio de insolación digital de un patio realizado por él.
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¿Existe una orientación mejor?
Cada una brinda oportunidades diferentes. Como comenta Santiago, “en la orientación norte puede generar un auténtico oasis para el verano y, por ejemplo, la orientación oeste resultará ideal para disfrutar de las tardes otoñales…“.
En el caso de Fernando, para él la este es su orientación favorita, con sol desde la mañana al mediodía durante todo el año, pero con el descanso del poniente. A continuación, matiza, “por regla general la orientación este o sureste tiene muchas ventajas, pero según el lugar analizado esto puede cambiar. Por ejemplo, por la existencia de edificios que den sombra o un viento dominante que haga insostenible el jardín orientado a levante”.
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La orografía del terreno, dato vital
En pendiente, llano, con valles… La orografía del terreno genera corrientes de aire, sombras, depósitos de agua o escorrentías (es decir, flujos de agua procedentes de las lluvias o deshielo), condicionando enormemente el clima del lugar. Fernando afirma que “la orografía puede generar microclimas múltiples en un jardín. Naturalmente la escala del relieve tiene una relación importante con ello, no es lo mismo un talud con varios metros de caída que apenas un peldaño. Las alteraciones en el clima son directamente proporcionales a la escala de los accidentes del relieve. Así, los valles más acentuados generan más sombra que aquellos más abiertos, o los llanos son más proclives a mayor sequedad que zonas deprimidas”.
Estar atentos a esa orografía contribuirá a planificar un jardín sostenible que requiera pocos cuidados y riegos.
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La planta adecuada en el lugar idóneo
En este aspecto, habrá que tener en cuenta la necesidad de luz, agua y preferencia de suelo que tengan las plantas, flores, arbustos y árboles. Fernando comenta que “cuanto más próximo sea este mix a lo que la planta necesita más eficiente será. Por ejemplo, plantas de semisombra a pleno sol por un lado sufrirán en las hojas, flores… pero también consumirán más agua”.
Santiago, ofrece este consejo: “en el lado norte de vivienda funcionarán bien las plantas que sean de sotobosque, mientras que en los lugares más expuestos, funcionarán mejor las plantas colonizadoras de claros del bosque cuando este se deteriora”.
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Plantas que toleran el frío
Tenemos veranos tórridos e inviernos en algunas zonas realmente gélidos. ¿Cómo dar con plantas para el jardín tolerantes al frío severo y al calor extremo de las olas de calor, y con requisitos hídricos bajos? Fernando explica que “atendiendo solo al frío, las plantas de hoja caduca han desarrollado una gran tolerancia al frío y en general llegado el frío entran en hibernación. Además, durillos, eleagnos, fotinias, hiedras, brezos, acebos, rododendros son algunas de las opciones resistentes al frío y siempre verdes”.
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Especies que soportan el calor
Si atendemos a aspectos como el calor extremo, serán adecuadas plantas de pleno sol. Desde Fernando Nájera Paisajista apuntan que “eminentemente las plantas de pleno sol mediterráneas, como las lavandas, romeros, salvias, gauras, todo tipo de gramíneas, sedums, crasas, rosales…, ¡la lista es interminable! Son generalmente plantas que necesitan poca agua y que después de una época de crecimiento y floración necesitan podas vigorosas".
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Sombras para un jardín más sostenible
Especialmente en las zonas en las que el clima durante los meses de verano sea muy cálido, generar sombras con árboles y arbustos resultará importante, dado que así se podrá disfrutar del jardín plácidamente.
Desde Paisajes Pensados comentan al respecto que “los árboles generan sombras pero estas sombras pueden ser de diferentes tipos según la altura del árbol, la densidad de su follaje y de si se trata de un árbol de hoja perenne o caduca. Un árbol con la copa alta, como un pino piñonero, dará sombra móvil a lo largo del día, mientras que un árbol con la copa más baja, como una morera, generará una sombra más estable. Los árboles de hoja caduca se adaptan muy bien a nuestro clima continental, porque dan sombra en verano y en invierno dejan pasar los rayos del sol”.
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La función de árboles y setos, además, no es solo la de generar sombra. Desde Fernando Nájera Paisajistas señalan que “un dosel arbóreo o un seto va a generar una sombra a sus pies que contribuye decididamente a la retención de la humedad en el suelo, a la vez que protege a numerosas plantas del calor más intenso. Respecto al viento, los setos ayudan mucho a cortarlo, de modo que no se acentúa la evaporación del suelo ni la transpiración de las plantas. Además, los árboles ralentizan la caída de la lluvia, evitando la erosión y con su porte, y abundante cantidad de ramas y hojas, son verdaderos filtros de aire y polución".
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