El estrés es uno de los grandes males que afectan a nuestra salud, pero también a la de tus plantas. Como seres vivos que son, las plantas también se estresan ante circunstancias desfavorables.
Detectar el problema a tiempo es clave para poder solucionarlo. Estas son las razones más comunes por las que tus plantas se estresan.
Un peligro serio
Puede que te parezca increíble que tus plantas sufran estrés, pero es mucho más habitual de lo que puede parecer.
La situación se produce cuando las plantas, ya sean de interior o de exterior, se ven sometidas a determinados estímulos que les producen ciertas alteraciones. Podríamos decir que las condiciones del entorno en el que se encuentran son desfavorables, y la capacidad de adaptación de las plantas se ve superada: entonces se estresan. Si esta situación se prolonga en el tiempo, la salud de la planta puede empeorar hasta la muerte.
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Las causas habituales: temperaturas inadecuadas
Son muchos los factores que pueden causar estrés a tus plantas. Uno de los más comunes es la temperatura: demasiado frío o un excesivo calor puede llevar a una planta a una situación comprometida.
Cada especie, para desarrollarse adecuadamente, necesita un rango de grados diferente. Hay plantas que soportan muy bien el frío y otras a las que no les afecta el calor. Cuando se enfrentan a temperaturas que no son capaces de aguantar mucho tiempo es cuando sufren estrés vegetal.
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Estrés hídrico: la importancia de regar correctamente
Un aporte de agua adecuado a cada planta es el secreto para que tus especies de interior y de exterior no se estresen, al menos no por ese motivo. El estrés hídrico se produce cuando la planta necesita agua y no la obtiene en la cantidad necesaria. Puede ser porque no haya llovido lo suficiente o porque no la hemos regado lo necesario.
Sea como sea, si la planta no recibe el agua que necesita durante un tiempo prolongado sufrirá las consecuencias: dejará de crecer, le faltarán minerales necesarios y se marchitará y secará.
En ocasiones, la situación es la contraria, es decir, regamos las plantas en exceso, lo cual también puede ser un motivo de estrés para ellas. Las consecuencias en este caso serían diferentes, pero igual de perjudiciales para su salud.
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La luz, en su justa medida
Otro aspecto que puede ser causa de estrés en las plantas es la luz que reciben. Dependiendo de la especie, necesitarán má o menos luz natural para crecer felices.
Si tienes una planta de interior que necesita poca luz y la expones a los rayos del sol y a una luminosidad muy intensa, lo normal es que termine por sufrir estrés.
Y lo mismo sucederá al revés, con aquellas plantas que crecen en entornos oscuros y necesitan luz en cantidad.
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Elegir el sustrato
Cuando la tierra en la que crecen las plantas, ya se trate del terreno del jardín o del sustrato de las macetas, no es el adecuado para sus necesidades, pueden sufrir estrés. En general suele ser por una falta o exceso de nutrientes, aunque también puede ser por el pH del terreno: la mayoría de las plantas se desarrollan bien en un suelo neutro, pero otras necesitan que sea más ácido o más alcalino.
En cuanto a los fertilizantes, puede ocurrir que no estemos aplicando el abono adecuado o que la dosis sea incorrecta.
Un consejo: estar atento a la aparición de malas hierbas en el terreno del jardín es clave para evitar situaciones de estrés a tus plantas. Las malas hierbas les roban luz, agua y nutrientes del terreno.
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Shock traumático por trasplante
Si no quieres que tus plantas se estresen debes tener mucho cuidado a la hora de trasplantarlas. Hazlo siempre en el momento más propicio y de la forma más adecuada.
Aun así, cambiar una planta de maceta y de sustrato suele ser una experiencia dura para ella que en algunos casos puede llegar a ser traumática y tener consecuencias perjudiciales para ella.
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Los efectos de plagas y enfermedades
Entre los motivos por los que las plantas pueden experimentar situaciones de estrés están las plagas de insectos y las enfermedades causadas por hongos y bacterias.
Estas agresiones externas desequilibran el estado de las plantas, además de afectar directamente a su salud. Protégelas de estos ataques y les estarás evitando situaciones estresantes que no las benefician en absoluto.
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¿Cómo saber si tus plantas están estresadas?
Las plantas tienen diversas formas de manifestar el estrés. De hecho, cada una lo hará de forma diferente. Sin embargo, el marchitamiento es la respuesta más habitual ante una situación estresante, sea cual sea la causa que la produzca.
Otras manifestaciones son las manchas blanquecinas en las hojas (que pueden estar provocadas por quemaduras solares), zonas negras (por daños por heladas), hojas que se rompen, bordes secos, hojas descoloridas (por falta de nutrientes), etc.
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Claves para evitar el estrés en las plantas
Ahora que ya sabes cuáles son las causas principales por las que se pueden estresar tus plantas, está en tu mano evitarles esas situaciones. Para ello es necesario que conozcas a tus plantas, que sepas cómo son y qué necesitan para crecer felices, por que así podrás darles los cuidados adecuados.
Para tener unas plantas fuertes es importante que las fertilices adecuadamente, eligiendo los abonos adecuados para cada especie, y respetando las dosis recomendadas por los fabricantes. Si lo haces así no alterarás el equilibrio de tu plantas.
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