Levantarse de la cama e ir directamente al baño son uno de esos pequeños lujos que nos hacen la vida más fácil, logrando que nos sintamos como en un hotel de cinco estrellas. Esta apertura se produce por el nuevo espíritu de la casa, abierto y libre, donde los espacios conviven en armonía, véase el salón con el comedor y la cocina, y por el papel protagonista que ha adquirido el baño en las viviendas actuales, donde lejos de esconderse de las miradas (y las visitas) se muestra y se disfruta. Para ello, se cuida su distribución y se establece un código ‘deco’ que realza a ambos, sin perder personalidad. Además, se multiplican los metros y la luz circula libre, alcanzando todos los rincones. Estas ideas de decoración te ayudarán a realizar esa unión para que salgáis ganando todos.
Aspectos a tener en cuenta
Antes de tirar tabiques (es una reforma que implica obra), sé consciente de los metros cuadrados disponibles (mínimo 15 m2), revisa tus prioridades y las de tu pareja (horarios y hábitos) y elige la solución (integración total o parcial) que mejor se adapte a tus circunstancias. Después infórmate de todos los aspectos prácticos básicos, como el tema de las bajantes, la posibilidad de instalar una grifería de pie para tu bañera exenta o colocar un plato de ducha en una u otra esquina. Y no olvides que, incluso las uniones perfectas, tienen fisuras: la calefacción y la humedad son diferentes en ambas, por lo que deben siempre sintonizarse. Esta propuesta de Scavolini saca lo mejor de esta relación: establece una comunicación directa, pero manteniendo la privacidad de lavabos y sanitarios.
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El cabecero como ‘elemento barrera’
Esta es una de las soluciones más habituales: usar la cama como ‘elemento barrera’ para delimitar visualmente ambas estancias sin abigarrar el espacio. La clave está en jugar con los dos lados del cabecero, como en esta propuesta de Gala, de manera que en la 'cara B', la que da al baño, albergue la bañera, los lavabos e, incluso, los sanitarios. Para mantener la continuidad visual entre ambas, se ha usado el mismo pavimento y revestimiento, se ha alargado el cabecero con un tabique de cristal, ayudando a la comunicación, y se ha mantenido el juego entre la madera clara y el gris efecto cemento.
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Sin puerta
Para crear un espacio único, lo primero que hay que tirar es la puerta y eso es lo que se ha hecho en este ambiente de Villeroy & Boch. Aunque se ha ido aún más lejos, sustituyendo el tabique de uno de sus lados por una especie de biombo de lamas de madera, lo suficientemente separadas para otorgar cierta privacidad sin renunciar a la luz natural. Respecto a la decoración de interiores, ambos están en sintonía, el color azul de paredes, revestimiento y ropa de cama se establece como hilo conductor, sin embargo, los límites entre uno y otro se marcan con el cambio de pavimento (parqué y moqueta) y con la peana en la que se ha colocado la bañera, otorgándola un papel protagonista.
Con la ducha en una ‘pecera’
Este dormitorio es el sueño hecho realidad de muchos, ya que su amplitud permite crear varias zonas (de relax, estar…) e incorporar el baño de manera natural. Para ello, se ha creado una doble altura, situándolo en el nivel elevado y se ha 'encerrado' la ducha en una urna de cristal. Una idea que recuerda a los acuarios, aunque aquí se han sustituido los peces por sirenas reales. Además, como el baño no cuenta con ventana, esta solución hace que llegue la luz natural a todos los rincones y que se multiplique gracias al espejo de la zona del lavamanos.
A dos alturas
Si lo habitual es delimitar visualmente ambas estancias, esta propuesta de Duravit aboga por separar por conceptos. Así, la bañera exenta se traslada al dormitorio reforzando el espíritu de relax, en modo ‘spa’, que ha adquirido en los últimos tiempos; mientras que las zonas prácticas del baño (sanitarios y lavabos) se sitúan más alejadas del corazón de la estancia. Para marcar los límites visuales entre las dos áreas se ha usado una doble altura mediante dos escalones. Hay que destacar que, aunque el pavimento también es diferente entre ambas, el color gris de las paredes contribuye a crear sensación de unidad.
Una corredera de cristal
Este proyecto de Knowhaus demuestra que se puede vivir ‘juntos, pero no revueltos’, manteniendo la unidad visual, pero sin perder la propia personalidad del espacio. Así, un gran tabique corredero con perfiles negros, de cierto aire industrial, es el encargado de dividir sin empequeñecer el espacio. Esta idea soluciona uno de los problemas a los que se enfrentan los baños integrados en el dormitorio: el ruido. Así, al cerrar la puerta se insonoriza el ambiente, al mismo tiempo, que se logra una mayor intimidad. Nuevamente se apuesta por pavimentos diferentes para mantener la individualidad de cada uno.
A continuación uno del otro
Esta propuesta de Terratinta Group actualiza el clásico dormitorio tipo suite, proponiendo un espacio secundario (el baño) que, aunque separado, es parte del principal (el dormitorio). Para conseguirlo, se ha usado el mismo pavimento en ambos, lo que contribuye a la unidad visual, y la puerta tradicional se ha sustituido por una corredera de cristal que incluso cerrada crea la sensación de espacio común. Para reforzar esa unión, la puerta recrea el ‘look’ de la mampara de ducha, de forma que todo está perfectamente conjuntado y a tono.
Tipo ‘suite’
Aunque más tradicional, los dormitorios tipo suite como este, poseen todas las ventajas de tener el baño al lado de la cama, pero ninguno de sus inconvenientes (la falta de privacidad o el ruido), ya que al cerrar la puerta todo lo que ocurre se queda dentro. Una solución ideal para parejas donde los horarios y los hábitos no coinciden, que evitarán que te despierte el extractor o el agua de la ducha y que harán posible que puedas seguir escuchando tu emisora de radio favorita por las mañanas.
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Como estancias gemelas
El revestimiento, el pavimento y el color gris hacen que en esta propuesta de Genebre no sepamos dónde termina el baño y empieza el dormitorio o al revés. Creados a imagen y semejanza, las fronteras visuales entre ambos espacios se difuminan y apuestan por la integración total, por lo que saltar de la cama a la ducha se convierte en una auténtica realidad. Una solución perfecta si vives sola, que deberás consultar, sin embargo, si compartes piso y cama con tu pareja.
Un tabique de cristal
Para unir sin empequeñecer y sin perder luminosidad, nada mejor que cambiar el tabique divisorio entre ambas estancias por uno de cristal, que difumina los límites entre ambos, sin hacerlos desaparecer del todo. Además, en lugar de un vidrio transparente se ha instalado uno ahumado que otorga cierta privacidad. En esta propuesta de Ceramiche Refin se ha instalado el mismo pavimento, lo que refuerza la sensación de conjunto, y se ha hecho un guiño decorativo usando ropa de cama de color verde, a juego con la pared principal del baño.
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