¿Estás buscando un arbusto capaz de decorar alguna zona del jardín? Si lo que quieres es una planta resistente y fuerte que, además, resulte bella y florezca abundantemente, el durillo puede ser la alternativa ideal. Conoce un poco más sus características esenciales y todo lo que tiene que ofrecerte y te enamorarás sin remedio.
Una planta mediterránea
Sorprende por su belleza, por su espectacular floración y porque nunca pierde las hojas, ni estas su color verde brillante, por mucho que llegue el invierno. Es más, durante la estación más fría del año el durillo es cuando más bello y esplendoroso se encuentra, ya que florece tras el otoño.
Muy adecuado para los jardines españoles, el durillo es un arbusto originario de la zona mediterránea. También se le conoce con los nombres de laurel salvaje o laurentino. Aunque existen muchas variedades, la más habitual es Viburnum tinus.
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Cuidados sencillos
No es extraño ver durillos plantados en cualquier jardín, y eso tiene una sencilla explicación: además de bella, se trata de una planta que no demanda complicados cuidados. Más bien al contrario, cultivarlo no te dará quebraderos de cabeza y sí grandes alegrías, en especial la de verlo florido y hermoso.
Tanto es así que su nombre, durillo, tiene una razón de ser, ya que trata de resaltar la resistencia y dureza de esta planta arbustiva. Hazte con uno o más ejemplares para tu jardín y verás que soportará sin problemas condiciones bastante adversas.
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El mejor sitio para tu durillo
Antes de plantar tus durillos piensa cómo los vas a utilizar. Es decir, si vas a tenerlos como ejemplares aislados o si prefieres que crezcan en grupos formando parterres o macizos. Sea como sea, lo mejor es que les busques un emplazamiento al sol o en semisombra.
Debes protegerlos de vientos fuertes que le perjudican bastante en invierno. Puedes ponerlo, por ejemplo, al abrigo de un muro que le sirva de parapeto.
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Flores en invierno
Uno de los alicientes para cultivar durillo es su magnífica floración invernal que se convierte en una explosión de belleza en el jardín durante los meses más fríos del año. Precisamente esa caracterísitca es una de las razones más poderosas que nos hacen elegirlo.
Si en primavera y verano nuestro jardín se llena de flores y belleza, esto no siempre ocurre en otras estaciones, por lo que es importante valorar y cuidar aquellas plantas que florecen en invierno y aportan color en este tiempo.
Las flores del durillo son pequeñas, al principio rosadas y después blancas, y se organizan en ramilletes. En verano, esta planta hace gala de unos frutos de color azul oscuro. Aunque a los pájaros parecen gustarles, ya que les atraen, resultan muy tóxicos para las personas.
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La pauta de riego
En cuanto al aporte de agua que has de darle a los durillos la consigna es clara: no te pases con el riego, si no quieres que tus plantas sufran. El durillo necesita un riego moderado, que no encharque el sustrato. De hecho, tolera mejor la sequía que el encharcamiento, así que si tienes dudas mejor espera más tiempo antes de aportarle agua de nuevo.
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Una buena dosis de energía
Cuando llegue la primavera, a tu durillo no le vendrá nada mal una buena inyección de energía en forma de fertilizante.
Si lo tienes plantado en el suelo del jardín, proporciónale un abono para plantas mediterráneas, en la dosis adecuada y con la frecuencia que especifique el fabricante.
Si, por el contrario, tienes a tu durillo en una maceta utiliza un fertilizante líquido diluido en el agua de riego desde marzo, más o menos, hasta agosto. En todos los casos debes ser cuidadoso con la cantidad de abono que empleas, ya que un exceso podría perjudicar a tus durillos.
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Protégelo en invierno
Ya sabemos que el invierno es la época estrella para el durillo, debido a su floración. Es una planta que puede soportar perfectamente temperaturas de hasta -10º C. Sin embargo, no está de más que lo ayudes un poco acolchando el sustrato con mantillo de hojas y compost o con una manta de hibernación.
En caso de que la zona donde vives sea muy fría, puedes cultivar el durillo en contenedor. Así cuando lleguen los días más fríos podrás llevarlo a un interior luminoso para evitar que se hiele a la intemperie.
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¿Quieres reproducir tu durillo?
Hay varias maneras de reproducir o plantar durillos: por esquejes o por semillas, aunque la primera es la opción más recomendable y también la más sencilla. Sigue los siguientes pasos y lo harás perfectamente:
- Comienza por preparar una maceta con un sustrato adecuado: debe llevar compost y arena para mejorar el drenaje y evitar encharcamientos. Elige un contenedor de tamaño medio y suficiente anchura.
- Separa un esqueje leñoso de la planta y quita todas las hojas excepto dos de ellas.
- Planta el esqueje en la maceta, dejando dentro de la tierra unos 2/3 del mismo.
- Riega abundantemente teniendo cuidado de no encharcar.
- Coloca la maceta en un lugar luminoso.
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Plagas y enfermedades
Aunque el durillo es una planta resistente que no suele verse afectada por plagas de insectos ni por hongos, en ocasiones pueden producirse algunos problemas frente a los que convienen estar preparados.
- El pulgón puede afectar a los durillos. Si aparece utiliza jabón potásico para combatirlo.
- También puede sufrir oídio, un hongo que ataca a toda la planta y que puede hacer que detenga su desarrollo y pierda las hojas. Elimínalo con un fungicida adecuado.
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