Las lámparas, en especial las de techo, son las grandes olvidadas en las tareas domésticas cotidianas. Pasan los días y no reparamos en ellas hasta que llega el momento de hacer una limpieza general y nos sorprendemos de lo sucias que están.
Para evitar que eso te vuelva a pasar acostúmbrate a limpiar las lámparas con más frecuencia. Aquí tienes los mejores consejos para hacerlo correctamente.
El polvo, el gran enemigo
Nos iluminan, nos ayudan a crear ambiente y son imprincindibles en casa cuando cae la tarde. Las lámparas juegan un papel fundamental en nuestros hogares, pero a veces no les prestamos demasiada atención.
Como no son objetos que toquemos mucho, se ensucian, sobre todo, acumulando cantidades ingentes de polvo, que es el gran problema en la limpieza de las lámparas. Pasar un plumero de microfibra o un paño del mismo material (que atraiga el polvo en lugar de diseminarlo por el ambiente) es la mejor táctica para combatirlo.
Que no se te olvide repasar las bombillas ni los cables, que también se ensucian bastante. Las primeras pueden llegar a perder casi un 50 % de luminosidad al estar sucias. Increíble, ¿verdad?
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A cada material, su solución
Si todas las lámparas no son iguales y no están hechas con el mismo material, ¿por qué habrían de limpiarse de la misma manera? A cada una de ellas le conviene un método de limpieza específico, en función de si son de cristal, de metal, de fibras vegetales o de tela o papel.
Es importante tener en cuenta si la pantalla o la estructura de la lámpara se pueden mojar o no. En caso de tener manchas, algunos materiales se pueden repasar con una bayeta mojada en agua jabonosa.
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La seguridad es lo primero
Es cierto que no es fácil que se produzcan accidentes graves al limpiar una lámpara, pero siempre es conveniente apagarlas y, si es posible, desenchufarlas de la red eléctrica antes de empezar a trabajar. Sobre todo si vas a emplear líquidos, ya que podrían mojarse las partes eléctricas.
En cualquier caso, trata de evitar esto último, utiliza bayetas bien escurridas y deja que las lámparas se sequen por completo antes de volver a encenderlas.
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Cómo dejar perfectas las lámparas de la cocina
Hay determinadas lámparas que se ensucian más que el resto por el lugar en el que se ubican: se trata de las lámparas de cocina. Aunque no lo advirtamos a simple vista, la grasa y los humos que se producen al cocina se adhieren a la superficie de los muebles, los azulejos y también las lámparas.
Para dejarlas impecables es necesario limpiarlas con un producto desengrasante o una mezcla de agua y amoniaco a partes iguales. Termina secándolas a fondo con un trapo seco.
Un método infalible para las de cristal
Aunque hay infinidad de modelos de lámparas de cristal, las más que verdaderamente suponen un quebradero de cabeza son las de araña, con miles de lágrimas de vidrio, o los chandeliers. Sin embargo, puedes hacerlo con menos esfuerzo si sigues este procedimiento.
- Comienza por proteger el suelo debajo de la lámpara con un plástico grande.
- Prepara una mezcla de agua y amoniaco a partes iguales y pulveriza con ella la lámpara, teniendo cuidado de no mojar bombillas ni elementos eléctricos.
- Otra opción es pulverizar la lámpara con alcohol y agua y un chorrito de detergente.
- Espera unos minutos para que el producto que hayas empleado actúe.
- Repasa los cristales con un paño suave.
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Cómo limpiar las de fibras vegetales
Son la tendencia del verano, aunque son perfectas para decorar cualquier espacio en cualquier época del año. Las pantallas de ratán, de bambú o mimbre resultan muy decorativas.
Para limpiarlas lo esencial es eliminar el polvo y para ello puedes utilizar un plumero o mejor el aspirador a baja potencia. Si tus lámparas tienen alguna mancha puedes limpiarla con una bayeta húmeda.
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El mejor tratamiento para las de metal
Pueden ser de aluminio, de acero, de bronce o cobre. Sean del metal que sean, debes tratarlas con cuidado ya que podrían rayarse con facilidad. No utilices estropajos ni detergentes abrasivos para limpiarlas. Bastará con que las repases con un paño suave y agua jabonosa. Después sécalas con otro paño seco.
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Los materiales más delicados
Las pantallas de tela o de papel necesitan un tratamiento adecuado que las limpie sin estropearlas. Estos materiales no pueden mojarse, por lo que la limpieza ha de hacerse en seco. Elimina el polvo de las pantallas de tela con un trapo seco o con un cepillo suave.
¿Tiene alguna mancha? Utiliza una espuma de limpieza en seco para eliminarla, aunque es buen idea hacer una pequeña prueba en un lugar no visible.
Las lámparas de papel se limpian de la misma manera y, si tienen roces o manchas, se eliminan con una goma de borrar.
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Apliques y plafones
El método de limpieza de los apliques es similar al de las lámparas de sobremesa o techo. Fíjate en el material para darles el tratamiento adecuado.
En cuanto a los plafones de techo, tendrás que desmontarlos para limpiarlos por el interior y el exterior con un trapo húmedo y agua jabonosa. Sécalos bien y vuelve a montarlos. En caso de que se trate de plafones de la cocina, puede que tengas que utilizar un producto desengrasante para dejarlos bien limpios.