Aunque todas soñamos con un salón cuadrado y espacioso, tipo salón de baile, muchas veces nos tenemos que conformar con uno estrecho y alargado. Sin embargo, usando cierto de ingenio decorativo, podemos, si no hacer que crezca a lo ancho, al menos que lo parezca y que tenga todo para ser tan perfecto, amplio y acogedor comos sus 'hermanos mayores'.
El secreto está en crear efectos visuales que jueguen con nuestra percepción del espacio y, así, dar la impresión de modificar sus volúmenes. Además de aspectos como la pintura, el mobiliario o la luz, el orden siempre será un buen aliado. Atrévete a poner en práctica una, varias o todas nuestras ideas de decoración y… ¡Estrena salón!
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Pon orden
Una habitación ordenada y organizada siempre se verá más grande que una desordenada, es así de sencillo. Por lo tanto, evita todo lo que no aporta nada, ni funcional ni decorativamente, deshazte de todo lo superfluo y di sí a las soluciones de almacenaje, como cestos en la librería o estanterías de pared, que se adaptan a tu salón como un guante.
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Distribuye adecuadamente
De manera que, en lugar de colocar los sofás enfrentados, entre sí o entre el resto de asientos, puedes ponerlos juntos o en L, y, así, acomodar más fácilmente el resto de muebles y dejar la zona de paso despejada. Al mismo tiempo, esta idea te permitirá crear un espacio central muy útil, para una pequeña mesa de centro u otro auxiliar mini que te preste el mismo servicio sin recargar o simplemente para dejarla libre para moverte cómodamente. Eso sí, ten cuidado para no hacer que parezca una sala de cine (con todos mirando al frente), sino que debes crear un estar cómodo y acogedor para disfrutar en familia o con amigos. Otra buena solución en modelos XL o con 'chaise longue' es que sean del mismo color que las paredes, para que se fundan con ellas y resulten menos pesados visualmente.
Tres distribuciones que funcionan
1. Los muebles adosados en un lado y un pasillo lateral.
2. Salón comedor, divido mediante un mueble separador, que ‘achata’ las dimensiones.
3. En L, con el sofá en la pared más larga o en la del fondo, junto a la ventana para que parezca menos profundo.
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Elige los muebles idóneos
Otra de las maneras de 'estirar' a lo ancho un salón rectangular es eligiendo bien los muebles. En primer lugar, debes evitar un exceso de piezas que abarroten el espacio, acercando peligrosamente las paredes. Así, a la hora de crear la zona de estar, una buena opción es colocar una mesa de centro rectangular (120 x 80 cm, por ejemplo) y dos sofás en ángulo.
En segundo lugar, para dar sensación de espacio, mejor muebles bajos que despejen la vista, como consolas, aparadores o, incluso, armarios de poca altura. Piensa que los altos dificultan la circulación y actúan como tabiques frente a la luz natural. Y, por supuesto, alíate con las líneas rectas y sencillas, aunque seas una firme defensora de lo ‘curvy’, ya que ocupan menos.
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Cree en el poder de la verticalidad
Si el techo de tu habitación es demasiado bajo, otra buena idea es concentrarte en su verticalidad, instalando estanterías en las paredes, muebles altos, baldas hasta el techo… Eso sí, soluciones con poco fondo, en tonos claros, que permitan aprovechar al máximo los tabiques.
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Multiplica las fuentes de luz
Puede parecer una idea de decoración obvia, sin embargo, muchas veces la pasamos por alto. Así, un salón bien iluminado, con muchas fuentes de luz, parece mucho más grande que otro oscuro y en sombra. Deja que la luz natural fluya sin impedimentos (cortinas demasiado gruesas, muebles que ‘tapan’ la ventana… ) y, si su orientación o ubicación no recibe mucho sol, potencia la artificial, con una lámpara de techo (‘of course’), pero también con secundarias de sobremesa, de pie, guirnaldas... Todas son bien recibidas, salvo los modelos de pie halógenos, que, contrariamente a lo que se cree, no agrandan la estancia a pesar de su luminosidad, sino que tiende a dispersarla a modo de niebla.
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Juega con los contrastes
Los contrastes suelen ser fáciles de crear y permiten ampliar visualmente una habitación sin 'empujar' las paredes. De esta manera, puedes jugar con la pintura y usar colores oscuros para pequeñas secciones de la pared y claros, como beige, blanco o tonos pastel para las grandes. También puedes crear contraste con las texturas de los materiales y transmitir sensación de mayor volumen o con las alturas de los muebles y aportar mayor dinamismo visual.
Crea sensación de profundidad
Como si estuvieras pintando un cuadro con un mar infinito, así debes intentar diseñar tu salón. Para lograrlo, nada mejor que integrar el exterior dentro de casa, creando sensación de profundidad, o abriendo las cortinas para que tu salón no termine justo en las ventanas.
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Conoce qué colores le ‘favorecen’
Mejor tonos claros y neutros, tanto para las paredes como para elementos como el suelo, el papel pintado o las telas. Recuerda que, si pintas la pared del fondo en un tono más oscuro que el resto, lograrás alejarlas. Para reforzar el efecto visual del color, recurre a los espejos. Pequeños o grandes aumentan el brillo y, dependiendo de su ubicación, también pueden agrandar visualmente la habitación en la que se colocan. Además, las paredes de espejos o los XXL son tendencia de decoración esta temporada.
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Confía en el poder de los accesorios
Porque ellos también tienen mucho que decir (y que aportar) a la hora de crear o no sensación espacio. Como en el caso de los muebles, deben ser pocos, pero bien elegidos. Di adiós a las montañas de cojines, a las composiciones de cuadros que ocupan toda la pared del sofá e, incluso, al mueble de la televisión: siempre puedes colgarla. También es importante que les busques un buen lugar. Así, una planta alta en un rincón puede crear sensación de profundidad, mientras una alfombra u otro elemento llamativo en medio de la estancia, centrará tu atención, equilibrará proporciones y evitarás que mires el final del ‘túnel’.
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