El género Jasminum, que pertenece a la familia de las oleáceas, es una planta que engloba más de dos centenares de especies de arbustos y trepadoras que, aunque comparten muchas características, también difieren en otras.
Hoy queremos descubrirte una de estas especies, el jazmín de invierno (Jasminum nudiflorum), para que te decidas a cultivarlo en tu jardín y puedas disfrutar de la belleza de su flor.
El jazmín amarillo
Jasminum nudiflorum, el jazmín de invierno, es una especie originaria de China que se caracteriza por tener unas hojas pequeñas y unas flores de color amarillo intenso.
Al contrario de lo que sucede con otras especies de jazmín, tremendamente aromáticas, las flores del jazmín de invierno apenas destilan olor.
Puede alcanzar los tres metros de altura, por lo que es una planta arbustiva adecuada para cubrir muros y paredes, si la guías adecuadamente y la sujetas. Es importante que coloques un apoyo o tutor, ya que este tipo de jazmín no se agarra por sí solo a los soportes.
El jazmín de invierno es muy resistente y soporta muy bien las bajas temperaturas, y aunque su ubicación favorita está en el jardín, también puede cultivarse en maceta.
Un amplio elenco de especies
Entre las 200 especies que componen el género de los jazmines, no será difícil que encuentres una que se adapte a tu espacio exterior y al clima de la zona en la que vives.
Además del jazmín de invierno (Jasminun nudiflorum), destaca el jazmín de China (Jasminum polyanthum), el Jasminum officinale, el Jasminum nitidum, el Jasminum grandiflorum, etc.
A la hora de plantar el jazmín de invierno, y dado que es una variedad de temprana floración, puedes combinarla con otros tipos de jazmín o con otras trepadoras que florezcan más tarde. Así tendrás tu jardín siempre rebosante de color.
Flores invernales
Uno de los alicientes que ofrece cuidar este bello jazmín, además de lo fácil que resulta hacerlo, es su esplendorosa y abundante floración invernal.
En torno al mes de enero (y a veces antes, en diciembre, cuando la planta tiene lo que necesita) surgen las flores, pequeños ejemplares amarillos que duran hasta comienzos de la primavera.
Si te decides a plantarla, hazlo en otoño (si donde vives el clima es benigno) o a finales del invierno y disfruta de su belleza.
Pasión por el frío
Las bajas temperaturas no son un problema para este esplendoroso jazmín. De hecho, el Jasminum nudiflorum necesita el frío para crecer y para florecer.
Soporta hasta -15ºC, por lo que es una planta que vive mejor en el exterior, en el jardín, preferiblemente en un rincón orientado al norte, aunque es importante que la protejas del viento.
Si en tu zona el clima es muy frío, con temperaturas extremas, conviene que cubras el suelo del jazmín con una capa de mantillo. Otra opción es instalar la planta en un balcón o en la terraza, en una maceta de gran tamaño.
¿Cómo regar el jazmín de invierno?
A la hora de regarlo, es preferible pecar por defecto que por exceso, ya que no tolera el encharcamiento. Sin embargo, le gustará que la riegues a diario, aunque sea vigilando la cantidad de agua para no pasarte.
Procura que el terreno en el que está plantado tu jazmín de invierno tenga un buen drenaje.
Entre sol y sombra
Al jazmín de invierno le gusta estar al sol. Necesita una buena exposición de luz para crecer saludable, aunque también se desarrolla contento en zonas de semisombra. De hecho, si vives en un lugar muy caluroso es conveniente que protejas tu planta de jazmín del sol intenso.
Un suelo fértil y bien drenado
Para cultivar el jazmín de invierno no se requiere de un suelo especial. Bastará con que sea ligero, que esté aireado y tenga un buen drenaje.
Entre las labores de jardinería que tendrás que dedicarle a esta especie está la de enriquecerlo con un abono orgánico como humus, por ejemplo, especialmente si se trata del terreno de tu jardín.
Para cultivar el jazmín en maceta utiliza un sustrato de tipo universal y mantillo.
La mejor nutrición para tu jazmín
Además de agua en la medida correcta, luz natural y un buen suelo, muchas de tus plantas necesitan un complemento nutritivo. Por eso, aunque plantes tu jazmín en un sustrato previamente enriquecido, es conveniente que le proporciones también un abono adecuado. Hazlo durante todo el año, especialmente en invierno y primavera, para proporcionarle energía para la floración. Así lo tendrás precioso y lleno de flores más tiempo.
Utiliza abonos de tipo orgánico como compost, o fertilizantes líquidos si tu jazmín crece en maceta. Verás como crece sana y vigorosa.
Poda sin miedo
Una buena poda le vendrá de maravilla a tu jazmín para renovar sus tallos y conseguir que se desarrolle con más fuerza y belleza. Sus ramas crecen de forma un tanto desordenada, por lo que la poda sirve para controlarlas y le devuelve a la planta un poco de orden y concierto.
Recorta tu planta después de la floración, sin miedo, retirando las ramas y tallos que estén marchitos o dañados. Utiliza herramientas de corte adecuadas y previamente desinfectadas para evitar enfermedades.