Además de ser una solución de almacenaje muy versátil, las estanterías cumplen una función decorativa innegable en toda la casa. Por eso no faltan en casi ningún hogar: por su flexibilidad, su funcionalidad y su gran capacidad para decorar.
Sin embargo, no todas son iguales. En función de sus características, de su diseño o del material del que estén fabricadas, hay estanterías más adecuadas para unas estancias que para otras. A continuación analizamos cuáles van mejor según cada espacio de la casa.
De suelo a techo y con poco fondo: para el salón
Si leer es una de tus pasiones, seguramente tendrás muchos libros que guardar en tu casa. Puedes crear una práctica y decorativa biblioteca con una estantería de suelo a techo que ocupe la mayor parte de una de las paredes de tu salón, sino toda.
Para exponer los libros en casa necesitas una estantería de poco fondo: con 25 cm es suficiente para la mayoría de los volúmenes. Procura que las baldas no superen los 80 cm de largo y que tengan unos 3 cm de grosor, ya que los libros son bastante pesados.
A la hora de colocar los libros en la estantería puedes seguir el criterio que prefieras, aunque visualmente quedan muy bien si los ordenas por tamaño y color del lomo, ya que consigues mayor sensación de orden.
Modulares y muy prácticas: para el rincón de trabajo
La funcionalidad es esencial en este tipo de espacios. Una estantería aporta las soluciones de almacenaje que necesitamos para poder trabajar o estudiar en las mejores condiciones posibles.
Nos ayuda a despejar la mesa de trabajo y a tener a mano todo aquello que necesitamos, aumentando así nuestra productividad y nuestra concentración. Es importante que cuente con baldas para organizar carpetas, archivadores, cuadernos, libros, etc.
Materiales nobles y diseño elegante: para el dormitorio
En las zonas de descanso, las más íntimas de tu casa, es donde las estanterías explotan al máximo su función decorativa. Solo hay que fijarse en el dormitorio principal, donde este tipo de muebles suele ser de madera para añadir una nota cálida al ambiente, y tienen un diseño atractivo.
En estos espacios tenemos otras alternativas de almacenaje, como armarios, cómodas o mesillas de noche, por lo que la estantería, más que como solución para guardar, pone de manifiesto su alta capacidad estética.
Bajas y resistentes: para el cuarto de los niños
Si hay un espacio de la casa en el que hay que apostar por lo práctico ese es, sin duda, las habitaciones infantiles. No se trata de olvidarnos por completo de la estética, pero sí debemos priorizar lo funcional sobre lo decorativo, con el objetivo de facilitar las cosas y las tareas del día a día.
En el cuarto de los niños las estanterías han de ser muy resistentes. Deben estar fabricadas en materiales sólidos, nada delicados, que no se estropeen con el uso intenso y que sean fáciles de limpiar.
Además deben ser bajas, para que ellos tengan acceso a sus cosas, y tener unos 35 cm de ancho, la medida justa para poder colocar juguetes, libros, juegos, material escolar, etc.
Un consejo
Es fundamental que te asegures de que las estanterías en el cuarto de los niños están bien ancladas a la pared. Que no te quepa la menor duda de que intentarán trepar por ellas (al menos los más pequeños).
Abiertas y sin fondo: para el recibidor
Otra de las funciones que podemos destacar de las estanterías es la de actuar como divisores de espacio, especialmente en casas pequeñas, donde son muy útiles para separar ambientes sin restar luminosidad.
Cuando la puerta de entrada da directamente al salón y el recibidor es prácticamente inexistente, una estantería puede hacer de elemento divisorio para dotar al salón de cierta intimidad.
En estos casos un mueble sin fondo, con estantes abiertos a ambos lados, resulta más ligero.
Con baldas regulables: para el vestidor
En el vestidor las estanterías cobran gran relevancia como elementos de almacenaje. Por eso han de ser muy funcionales, de fácil mantenimiento y, sobre todo, con baldas regulables en altura.
Hay tantas cosas que guardar y de tamaños tan dispares, que se hace necesaria cierta flexibilidad. Si puedes mover las baldas en función de lo que tengas que colocar en ellas, tus estanterías estarán mucho mejor aprovechadas.
De estructura metálica: para el trastero o el garaje
El orden es fundamental en estas zonas de la casa y es necesario que seamos escrupulosos a la hora de observarlo. Todos sabemos lo que puede ocurrir cuando los enseres se acumulan en un trastero o pequeño almacén mal organizado, o en un cuarto vacío que tengamos en casa. Que el caos lo domina todo.
Por eso debemos añadir a las paredes las estanterías que necesitemos para tener a buen recaudo todo lo que haya que guardar.
Las estanterías metálicas específicas para trasteros o almacenes pueden ser con o sin tornillos; ambas soportan cargas similares. Además han de ser robustas y fáciles de limpiar.
Ligeras y modernas: para el cuarto de baño
Como el resto de elementos y muebles auxiliares específicos de baño, las estanterías son muy prácticas. En ellas es posible guardar muchas cosas, tanto si tienen baldas abiertas como si están equipadas con alguna puerta o cajón.
Puedes elegir entre estanterías colgadas en la pared, especialmente recomendables cuando el espacio es reducido, y las que se apoyan en el suelo.
En cuanto a los materiales más adecuados destacan el metal y el vidrio, por resultar ligeros y modernos. Elige muebles con acabados de calidad, capaces de soportar el agua y la humedad.
Estrechas y livianas: para el pasillo
Si el pasillo de tu casa es largo pero no demasiado estrecho, puedes instalar una estantería (o varias unidas) que te ayuden a aprovechar el espacio al máximo. Ponerlas a media altura es buena idea, ya que de esta forma no saturan demasiado el pasillo ni resultan recargadas.
Puedes aprovechar para colocar libros, a modo de biblioteca, o incluso poner cuadros y fotos enmarcadas en la balda superior para decorar.
Un consejo
Intercala algún objeto decorativo y deja algunos huecos para no atiborrar los estantes.