Para dormir de maravilla y lograr un descanso reparador cada noche hemos de cuidar diversos factores. Uno de los más importantes es el colchón, la ropa de cama y también la almohada.
De hecho este último elemento es fundamental para descansar cómodamente. Tanto es así que son muchas las personas que viajan con su almohada allá donde van. Si tú eres una de ellas te conviene saber cuáles son los cuidados que debes darle a tu almohada y cómo limpiarla para que esté siempre en perfectas condiciones.
Para gustos, las almohadas
No hay una almohada ideal que guste a todo el mundo, sino que cada uno tiene sus preferencias en función de sus gustos y de la postura al dormir.
Uno de los criterios más importantes para elegir una almohada es el material con el que está fabricada, algo que determina directamente la técnica de lavado que se ha de emplear.
- Con relleno de fibra de poliéster. Son de las más ecónomicas, pero en absoluto son peores por ello. Resultan cómodas, al ser muy transpirables, y también tienen un fácil mantenimiento.
- De espuma viscoelástica. Flexibles y con gran capacidad de adaptarse a la postura favorita de la mayoría de las personas. No resultan tan transpirables como otros materiales.
- De látex. Muy resistentes y difíciles de deformar, las encontrarás con distintos grosores y grados de firmeza.
- Con relleno de plumas de pato o ganso. Pueden ser de plumas, de plumón o una mezcla de ambos. La pluma es más suave que el plumón, pero este aporta más firmeza.
Cuídalas con mimo
Sea como sea tu almohada, hay ciertas cosas que puedes hacer para tratar de mantenerla en buenas condiciones, ya tenga relleno sintético o de plumas.
- Comienza por colocarle una funda adecuada que la proteja de manchas de sudor, saliva, maquillaje, etc. Cámbiala y lávala con frecuencia.
- Lava las almohadas, si puedes hacerlo en casa, al menos dos veces al año. Si no las puedes lavar, quizá tengas que llevarlas a la tintorería.
- Ventila las almohadas una vez a la semana, cuando cambies las sábanas de la cama. Lo ideal es sacarlas al aire libre (si es posible) para que les de el sol (y así controlar la aparición de ácaros).
Presta atención a la etiqueta
Antes de lavar las almohadas es importante mirar la etiqueta, ya que en ella estarán especificadas las instrucciones del fabricante. No todos los materiales se pueden lavar en la lavadora, ni requieren el mismo tipo de cuidados.
En la etiqueta encontrarás la temperatura a la que has de lavarlas, los productos que has de evitar, si se puede utilizar secadora o no, etc.
Cómo limpiar los rellenos de fibra de poliéster
Son las más fáciles de lavar, ya que se pueden meter en la lavadora sin problemas, siempre que selecciones un ciclo de lavado corto y una temperatura de máximo 30ºC.
Conviene que emplees un jabón neutro o un detergente para prendas delicadas. A la hora de secar estas almohadas hazlo sobre una superficie plana para evitar que se deformen. A no ser que la etiqueta indique lo contrario, puedes meterlas en la secadora eligiendo un programa a baja temperatura.
¿Puedo lavar las almohadas de látex?
La mayoría de las almohadas de látex se pueden lavar a mano en agua fría, siempre que lo hagas con cuidado. Sumérgelas en la bañera y lávalas sin frotar para no dañarlas, utilizando un detergente suave.
Ten la precaución de aclararlas muy bien para eliminar los restos de jabón. Conviene secarlas al aire libre en una superficie horizontal sin ponerlas al sol.
¿Y las de espuma viscoelástica?
Son las más complicadas de limpiar, ya que se trata de un material delicado en lo que al lavado se refiere.
La mayor parte de los profesionales desaconsejan el lavado de las almohadas de viscoelástica, tanto a mano como a máquina. En ese caso, comprueba si admiten el lavado en seco en tintorería.
Este tipo de almohadas deben llevar una funda adecuada, que sea impermeable pero también transpirable. Así estarán totalmente protegidas.
Si tus almohadas de espuma viscoelásticas no se pueden lavar, y tampoco están muy sucias, puedes espolvorearlas con bicarbonato sódico, dejar actuar unos 30 minutos y después retirarlo. Conseguirás acabar con los malos olores y la suciedad superficial.
Cómo tratar las de plumas
Las almohadas de pluma y plumón se pueden lavar en la lavadora en agua fría y con un programa delicado. Introduce en el tambor tres o cuatro pelotas de tenis metidas en calcetines para que con su movimiento eviten que las plumas se apelmacen.
Seca las almohadas al aire libre sobre una superficie plana, moviendo las plumas de vez en cuando.
Acabar con las manchas difíciles
Sudor, maquillaje, saliva, etc. Las almohadas puedes tener alguna que otra mancha. Es importante tratarlas antes de lavarlas a mano o a máquina. Si no eliminas las manchas antes, pueden fijarse más. Trátalas con una pasta de agua y detergente, frotando suavemente con un cepillo. Si se trata de restos difíciles, utiliza un quitamanchas específico.
Las fundas, siempre perfectas
Son el elemento que te va a ayudar a proteger tus almohadas, evitando que se ensucien. Elígelas de algodón para poder lavarlas con frecuencia.
También son adecuadas las fabricadas con tejidos especiales, transpirables pero también impermeables. Úsalas para almohadas de viscoelástica, por ejemplo, más difíciles de limpiar.
Si tus fundas han amarilleado puedes intentar devolverles el blanco perdido con algún producto blanqueante.